En las últimas semanas, el cantante estadounidense Kanye West ha copado titulares en todo el mundo por una serie de comportamientos erráticos a los que finalmente su mujer, la archifamosa Kim Kardashian le ha puesto nombre: trastorno bipolar.

El cantante y diseñador, tras anunciar que se iba a presentar a presidente de los Estados Unidos y ofrecer un discurso sin mucho sentido en el que, entre otras cosas, reveló que había intentado abortar a su primera hija, se encerró en su rancho de Wisconsin.

Desde allí, vía twitter, se dedicó a publicar una serie de mensajes en los que aseguraba que su mujer quería obligarle a ingresar en un psiquiátrico, que su suegra –a la que denominó Kris Jong Un, en referencia al dictador norcoreano– era una supremacista blanca, que a Michael Jackson lo asesinaron, que él iba a terminar como Mandela… una catarata de tuits desafortunados fuera de toda lógica a los que siguió finalmente una disculpa a la que todavía hoy es su mujer.

Kanye West

Kim Kardashian ha puesto nombre a la enfermedad de Kanye West: trastorno bipolar

Kim Kardashian, por su parte, pidió a los medios comprensión y empatía para una enfermedad mental, el trastorno bipolar, que su marido padece y que, según ella, le hace tener este tipo de comportamientos.

Qué es el trastorno bipolar

El trastorno bipolar está marcado por cambios extremos en el estado de ánimo, de la euforia a la depresión más profunda. Es una patología severa, que produce graves problemas en la vida cotidiana de una persona, tanto en sus relaciones como el trabajo, en los estudios o cualquier otro ámbito de su día a día.

Generalmente, los primeros síntomas aparecen en los últimos años de la adolescencia o los primeros de la edad adulta. La persona empieza a mostrar episodios de cambios de estado de ánimo que pueden durar alrededor de dos semanas. Hay tres síntomas principales: manía, hipomanía y depresión.  Mientras experimenta manía, una persona con trastorno bipolar puede sentir un subidón emocional. Puede sentir excitación, impulsividad, euforia y mucha energía. En esta etapa no es raro que se presenten comportamientos extremos, como gastar mucho dinero, tener sexo sin control o, en casos más graves, consumir drogas o alcohol de forma excesiva.

A diferencia de la manía, la hipomanía puede no causar problemas en el trabajo, la escuela o las relaciones sociales. Sin embargo, las personas con hipomanía aún notan cambios en su estado de ánimo. Durante la fase en la que se manifiesta la depresión se experimenta una profunda tristeza, desesperación, pérdida de energía, falta de interés, sueño excesivo o pensamientos suicidas.

Mujer con depresión

 El trastorno bipolar tiene tres síntomas principales: manía, hipomanía y depresión

El hecho de que una persona desarrolle este trastorno puede deberse a varias causas. En primer lugar, genéticas: si un padre o un hermano lo padece, las probabilidades aumentan. También puede ser determinante la estructura cerebral, que puede afectar su riesgo de desarrollar la enfermedad o factores externos como sufrir un episodio de estrés extremo o una experiencia traumática. Sin embargo, lo más probable es que una combinación de factores contribuya al desarrollo de la enfermedad.

Para diagnosticar la enfermedad, hace falta que se produzcan uno o más episodios maníacos o episodios mixtos (maníacos y depresivos). El especialista tiene que analizar cada caso y determinar el tratamiento específico, pero ha de seguirse de por vida porque no tiene cura, pero empeora si no se trata. Los episodios pueden ocurrir con mayor frecuencia o volverse más extremos. Pero si recibe tratamiento, es posible llevar una vida casi normal, por eso es tan importante un buen diagnóstico.