Este mes de mayo recién estrenado nos está dejando temperaturas muy buenas para salir a la calle y hacer planes. Pero es también un mes en el que, como todavía no están abiertas las piscinas y son pocos los que pueden disfrutar de las vacaciones para irse a la playa, se nos olvida utilizar la protección.
Sin embargo, la precaución debe mantenerse y es necesario utilizar protector solar si vamos a pasar varias horas en la calle con los rayos de sol impactando en nuestro cuerpo y especialmente en nuestro rostro. No en vano, en Europa se detectan en la actualidad el doble de casos de cáncer de piel que hace 30 años.
Las zonas más sensibles
Aun así, es cierto que cada vez existe más conciencia acerca de la necesidad de utilizar protección solar y son cada vez más personas las que la utilizan de forma regular. Sin embargo, cuando la aplicamos en el rostro, existen tres zonas que casi siempre se olvidan y que tienen tanto riesgo como el resto: el contorno de ojos, los labios y las orejas.
El estudio
De hecho, un estudio llevado a cabo recientemente en el Reino Unido viene a demostrar este hecho al concluir –tras realizar una investigación en un grupo de hombres y mujeres– que un porcentaje nada desdeñable de estas personas no cubrieron estas partes sensibles de la cara y la cabeza.
Los expertos que han participado en el estudio sostienen que las campañas de sensibilización que se han realizado sobre protección solar han sido efectivas en los últimos años. Pero pese a ello, creen que debería hacerse hincapié en las áreas sensibles, pues existe una mayor probabilidad de desarrollar un cáncer de piel en estas zonas menos protegidas.
Y no solo cuando llega el verano, sino también durante el resto del año, pues en un día frío y nublado los rayos ultravioletas tienen un impacto directo sobre nuestra dermis. Incluso conduciendo, estos rayos atraviesan el cristal de las lunas y ventanillas del coche y pueden dañar la piel e incrementar el riesgo de sufrir un melanoma.
La protección
En cuanto al tipo de protector, para estas zonas específicas como los párpados o el contorno de ojos, existen productos específicos. Aquellas personas que sufran irritación, pueden utilizar otro tipo de cremas con pantallas minerales elaboradas con materiales como el óxido de zinc o el dióxido de titanio. En cuanto a los labios, también se pueden encontrar en el mercado bálsamos, lápiz de labios o brillos con protección solar que preservan esta zona tan sensible. Lo mismo ocurre para las orejas y oídos.
Por último, respecto a la aplicación, debe realizarse antes de salir de casa. Tampoco hay que escatimar, pues más vale utilizar una cantidad generosa que dejar zonas desprotegidas –alrededor de 30 ml de producto por todo el cuerpo cada vez–. Se debe renovar cada dos horas aproximadamente, y más aún si hacemos alguna actividad acuática. Cada vez que se sale del agua, debe volver a aplicarse la protección solar por todo el cuerpo.