El Hospital Vall d'Hebron ha tratado a más de 1.000 pacientes con Covid-19 en el UCI desde el inicio de la pandemia. El 3 de marzo del 2020, ingresó a la primera paciente crítica, una mujer de 29 años, y poco después, el hospital sextuplicó la capacidad para atender enfermos críticos y pasó de 56 camas estructurales a montar 300. El hospital llegó a atender a 198 críticos al mismo tiempo.

Como centro de referencia a Catalunya, Valle de Hebrón han atendido más de 50 mujeres embarazadas que han requerido cuidados intensivos. En estos quince meses, la mortalidad de los pacientes críticos se ha reducido del 20% al 5%, ya que las personas que ingresan son más jóvenes; conocen mejor la enfermedad y se han estandarizado los tratamientos, y la capacidad de asistencia es mayor.

Las UCI de Catalunya se han ido vaciando en las últimas semanas gracias, sobre todo, a la vacunación, con la mayoría de la población de más de 50 años con al menos una dosis. Una de las principales incertidumbres ahora son las nuevas variantes y si se pueden escapar de esta protección, pero el doctor Ricard Ferrer, jefe de la UCI, espera no volver a verla atenazada por la Covid-19, cómo ha pasado en los últimos meses.

Situación consolidada

Actualmente, en la UCI del hospital mayor de Catalunya ha ingresados 14 pacientes y al área de semicríticos, 2, además de los que están en planta. "No teníamos una situación como esta desde julio del año pasado y entonces era consecuencia de un confinamiento muy estricto y era transitoria. Creemos que ahora es una situación muy consolidada gracias al efecto de la vacunación", afirma la cabeza del Servicio de Medicina Intensiva, después de que el hospital haya atendido más de 1.000 pacientes críticos -1.032 segundos datos de este miércoles.

Un sanitario trabajando en la UCI del Hospital Vall d'Hebron / ACN

Referente en embarazadas

Del total de pacientes tratados, más de 50 han sido mujeres embarazadas, ya que Vall d'Hebron es el centro de referencia para las gestantes que acaban desarrollando una Covid-19 grave en Catalunya. Todas ellas y sus hijos han evolucionado bien, explica el doctor Ferrer. La mitad de las mujeres embarazadas con una neumonía bilateral a causa del coronavirus acabarán necesitando ingreso en la UCI, indica.

La mortalidad de los pacientes en la UCI ha bajado del 20% al 5% aproximadamente. "Los últimos cien pacientes son los que tienen la mortalidad más baja. Son más jóvenes, la enfermedad está estandarizada y también por la capacidad de asistencia, ya que cuando la afluencia no es masiva el pronóstico es mucho mejor", afirma la cabeza de la UCI.

Por debajo de los 60 años

Sobre los pacientes críticos que ingresan actualmente, expone: "Prácticamente ha desaparecido el paciente de más de 60 años que entra en la UCI. Se puede deber a qué no se hayan vacunado o bien personas en quien la vacunación es menos efectiva, como las inmunodeprimidas, pero la mayoría se encuentran por debajo de los 60 años, todavía no han recibido la vacuna y tienen un cuadro de neumonía Covid grave".

Otro factor que repercute en el pronóstico es la capacidad asistencial. "Cuando hay una entrada muy rápida de pacientes y la gestión es muy compleja, eso tiene un pequeño impacto sobre la mortalidad", reconoce al doctor Ferrer. Cuando el virus golpeaba los hospitales como un tsunami, en primavera del 2020, Vall d'Hebron montó 300 camas de UCI en espacios provisionales y con equipamiento aprovechado. Utilizó casi 200 al mismo tiempo. En Catalunya se llegó a triplicar de forma provisional la capacidad de UCI, que antes de la pandemia era de unas 600 camas.

Pacientes tratados con ECMO

Vall d'Hebron ha tratado 75 pacientes con Covid-19 con la técnica ECMO (oxigenación con membrana extracorpórea), que consiste en una máquina que sustituye las funciones del pulmón y del corazón de forma transitoria. Es el hospital del sur de Europa que más pacientes ha tratado con ECMO, también de otros hospitales y que han trasladado a Vall d'Hebron. "Hemos ido a buscar al paciente, de manera que hemos implantado la terapia ECMO fuera del hospital. Eso es importante en términos de equidad", destaca al doctor.

"Ahora miramos atrás y estamos satisfechos. Es el reto mayor de la historia que hemos tenido en Medicina Intensiva. Cuando afrontas un atentado o un accidente de múltiples víctimas, hay un principio y un final. En la pandemia, el gran reto es la gestión de la continuidad; una situación muy larga, pero también oscilante. Eso requiere mucha flexibilidad y tener preparada contingencia de camas y de un personal siempre a punto", reflexiona el doctor Ferrer, que agradece la entrega de todos los profesionales: "Si el compromiso hubiera descendido un poco, no habríamos salido adelante".

Jordi Prat Morera, enfermo de Covid que recibió tratamiento ECMO en Valle de Herbrón, con Jordi Riera y Elisabeth Gallart / ACN

"He visto lo peor de la vida"

Jordi Prat Morera, de 60 años, estuvo ingresado en Vall d'Hebron a principios de año a causa de una Covid-19 con complicaciones de neumonía bilateral y trombosis. En la recta final de la recuperación física, puede hablar por primera vez directamente con los responsables del Programa de ECMO; el director, Jordi Riera, y la coordinadora, Elisabet Gallart. Ellos dos y los otros profesionales sanitarios mantuvieron el hilo con que Prat se pegaba a la vida en los días más complicados.

Prat ingresó el 23 de enero en el Hospital General de Catalunya, en Sant Cugat del Vallès. Unos días más tarde, fue trasladado a Vall d'Hebron, donde recibió la terapia ECMO, y cuando empezó a mejorar, lo devolvieron al UCI del Hospital General de Catalunya, de donde recibió el alta el 26 de febrero. De la estancia en Vall d'Hebron, no recuerda nada, a parte de algunos sueños y delirios. "Lo que hacen desde las UCI es indescriptible. Sólo por lo que me han explicado, los llevaré siempre en el corazón", expresa, conmovido.

Imagen principal, unidad de cuidados  intensivos del Hospital Valle de Hebrón, que ha atendido más de un millar de pacientes críticos desde marzo del 2020 / ACN