La OMS ya decidió el pasado mes de mayo renombrar las variantes Covid-19 que fueran apareciendo para no mencionarlas con un nombre científico, basado en una nomenclatura difícil de pronunciar. La inspiración viene basada en el alfabeto griego pero la nueva variante sudafricana ha sufrido un cambio de nombre que no era el esperado.
Ómicron no era el nombre predestinado pero la OMS se ha saltado dos letras, que no han sido usadas para llamar a ninguna otra variante del coronavirus. Así pues, ha decidido no utilizar la letra Nu, porque, según el organismo, "se confunde muy fácilmente con new". Tampoco se optó por Xi, ya que es un nombre común en China y esta organización lo habría considerado ofensivo.
Un panel de expertos de la OMS recomendó utilizar letras del alfabeto griego para referirse a las variantes, "que serán más fáciles y prácticas de discutir por audiencias no científicas". ¿La finalidad? "Ningún país tiene que ser estigmatizado por detectar y reportar variantes", ha subrayado Maria Van Kerkhove, líder técnica de la Covid-19 y epidemióloga de la OMS. Hasta ahora, tenemos cinco nombres:
- Variante B.1.351: detectada por primera vez en mayo de 2020 en Sudáfrica, fue etiquetada como beta. Se ha demostrado que es un 50% más transmisible y evade el tratamiento con anticuerpos monoclonales duales.
- Variante B.1.1.7: detectada por primera vez en septiembre de 2020 en el Reino Unido, fue etiquetada como alfa. Esta variante del coronavirus es altamente transmisible y ya se ha detectado en unos ochenta países.
- Variante B.1.617.2: detectada por primera vez en la India en octubre del 2020, fue etiquetada como delta. Un documento de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, indica que es tan transmisible como la varicela, cada persona infectada contagia hasta otras ocho o nueve, por término medio.
- Variante P.1: detectada por primera vez en noviembre de 2020 en el Brasil, fue etiquetada como gamma. Se ha demostrado que elude los efectos del tratamiento con anticuerpos monoclonales.
- Variante B.1.1.529: detectada por primera vez en noviembre de 2021 en "múltiples países" ha sido etiquetada como ómicron.
¿Próxima variante?
El abecedario o alfabeto griego consta de 24 letras, divididas en mayúsculas y minúsculas y utilizadas de la misma manera que el actual alfabeto nuestro, es decir; para formar palabras y hacer ciertas representaciones. Se desarrolló en torno al siglo IX a.C. a partir del alfabeto fenicio y sirvió como base para el alfabeto latino del cual provienen una gran parte de los idiomas de la actualidad.
Actualmente tanto los números como el alfabeto griego antiguo siguen siendo ampliamente utilizados, especialmente en la creación de denominaciones en ámbitos como la ciencia, las matemáticas y la tecnología. Si miramos la lista, la próxima variante se debería denominar Pi. Y si nos fijamos en la utilización de nombres y cómo la OMS ha decidido no bautizar con nombres como Xi o Nu, habrá que ver si tendrá el mismo criterio a la hora de descartar otros como Eta.
La expansión de ómicron
En la lista de países que ya han confirmado la llegada de la última variante ómicron, el último en sumarse ha sido Francia. Las autoridades francesas han informado este domingo de la monitorización de ocho casos sospechosos de contagio, después de que el ministro de Salud, Olivier Véran, reconociera horas antes que la detección del primer caso era "cuestión de horas. Se han identificado ocho posibles casos en el territorio nacional", ha confirmado.
Por su parte, esta mañana, la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ha descartado que hubiera algún caso confirmado en el Estado español: "Nuestro país es seguro. España es el país con menos afectación. No hay ningún caso", ha asegurado en Televisión Española. Y ha añadido: "Hemos actuado con celeridad este fin de semana. Se han publicado diferentes órdenes que tienen que ver con la llegada de ciudadanos que hayan pasado por otros países afectados por esta variante".