Cuando una persona está en riesgo de sufrir hipertensión, ha sufrido ya algún episodio o algún accidente cardiovascular, se le suele restringir el consumo de sal en la dieta de forma drástica como medida de prevención. Esto provoca un cierto rechazo en algunas personas porque no disfrutan igual de los alimentos.

Pero un nuevo estudio presentado en el Congreso ESC 2021 de la Sociedad Europea de Cardiología y publicado en el New England Journal of Medicine ha demostrado que los sustitutos de la sal, que reemplazan parte del cloruro de sodio en la sal regular por cloruro de potasio, pueden ser una buena opción.

Ya se sabía que reducen presión arterial, pero sus efectos sobre las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y la muerte no habían sido concluyentes. Además, existía preocupación porque podían causar exceso de potasio en personas con enfermedad renal crónica que provocaba arritmias cardíacas y muerte súbita.

El Salt Substitute and Stroke Study (SSaSS) ha comparado el efecto del sustituto de sal de sodio reducido frente a la sal regular sobre el accidente cerebrovascular, los eventos cardiovasculares, la mortalidad y la hiperpotasemia clínica en un ensayo llevado a cabo entre abril de 2014 y enero 2015 cuyos participantes –más de 20.000 personas– eran adultos con un accidente cerebrovascular previo o de 60 años o con una hipertensión mal controlada.

Se les dio un sustituto de sal (aproximadamente 75% de cloruro de sodio y 25% de cloruro de potasio) como reemplazo de la sal común y se les recomendó que lo usaran para cocinar, condimentar y conservar los alimentos. También se les animó a utilizar el sustituto de la sal con más moderación que antes para maximizar la reducción de sodio.

Durante un seguimiento promedio de 4,74 años, más de 3.000 personas sufrieron un accidente cerebrovascular, más de 4.000 murieron y más de 5.000 registraron un evento cardiovascular importante. Pero los expertos pudieron comprobar que el riesgo de accidente cerebrovascular se redujo con el sustituto de sal en comparación con la sal regular (29,14 versus 33,65 por 1000 pacientes-año)

En cuanto a los resultados secundarios, los eventos cardiovasculares mayores (ictus no mortal, síndrome coronario agudo no mortal, muerte vascular) se redujeron con el sustituto de sal (49,09 frente a 56,29 por 1.000 pacientes-año) al igual que la mortalidad total (39,27 frente a 44,61 por 1.000 pacientes-año).

Con respecto a la seguridad, no hubo un mayor riesgo de eventos adversos graves atribuidos a la hiperpotasemia clínica con el sustituto de sal en comparación con la sal regular. Tampoco se identificaron otros riesgos.

Según el investigador principal, el profesor Bruce Neal del Instituto George para la Salud Global en Sídney, Australia, dijo: “Este estudio proporciona evidencia clara sobre una intervención que podría emprenderse muy rápidamente a un coste muy bajo, porque el sustituto de la sal es muy fácil de fabricar y no es caro”.