En la última semana el mundo se ha puesto en alerta por la nueva variante del coronavirus, la ómicron. Aunque falta investigación y hay muchos interrogantes abiertos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha alertado de que presenta un "riesgo muy alto" de aumento de infecciones que podrían tener "consecuencias graves" en algunos sitios. Por eso, algunos países ya han cerrado fronteras y han adoptado nuevas restricciones. ¿Cuáles son las diferencias con las anteriores variantes de la covid y por qué la ómicron ha encendido todas las alarmas?

Los síntomas de la variante ómicron

Según ha explicado la doctora sudafricana Angelique Coetzee, una de las sanitarias que está estudiando la nueva variante desde su aparición, en la BBC, la omicron presenta una sintomatología diferente: la mayoría de pacientes padecen una fatiga muy intensa y algunos también coinciden en tener el pulso acelerado y taquicardias. En cambio, a diferencia del resto de cepas, los infectados no sufren pérdida del sabor o olfato.

En este sentido, la doctora ha hecho un llamamiento a la calma y ha explicado que la mayoría de pacientes suelen tener síntomas leves, aunque preocupan las personas mayores, con comorbididades o sin vacunar.

Una combinación atípica

La ómicron presenta una combinación atípica y alarmante de mutaciones que, en opinión de los científicos, podría hacer más contagioso el virus y ayudarlo a esquivar la respuesta inmunitaria del organismo. La Unión Europea también considera que ómicron tiene un riesgo "alto o muy alto" y "es más divergente que se ha detectado en cantidades significativas durante la pandemia hasta el momento, cosa que genera preocupaciones que pueda estar asociada con una transmisibilidad mayor, una reducción significativa en la efectividad de la vacuna y un mayor riesgo de reinfecciones".

En concreto, la nueva variante de la covid-19, Ómicron, tiene 32 mutaciones en la proteína de la espícula, que al mismo tiempo es la parte del virus utilizada por la mayoría de las vacunas para proteger el sistema inmunitario contra la covid-19. Está en el número de mutaciones donde radica el problema. Y es que tiene casi el doble de las asociadas a la variante delta, hecho que puede afectar a la capacidad del virus para infectar células y expandirse, pero también imposibilitar que las células inmunitarias ataquen el patógeno. Es por eso en lo que el OMS ya ha admitido que la nueva variante se puede convertir un riesgo de infección mayor y lo ha denominado como "variante de preocupación".

Así, falta averiguar si es más transmisible porque es más contagiosa o bien porque tiene más capacidad de evitar la inmunidad. Si tuviera más capacidad de esquivar la inmunidad, habría que comprobar en qué medida se reduce la eficacia de las vacunas actuales. Y si es más contagiosa, será necesario desarrollar una nueva generación de inmunógenos.

A pesar de los primeros datos, todavía hay que conocer más aspectos sobre esta variante y el efecto que podría tener en las personas vacunadas. Los interrogantes siguen abiertos y habrá que esperar para ver cómo evoluciona esta nueva variante.