El coronavirus, las medidas restrictivas y el confinamiento ha provocado que, quizás, nos escucháramos más. Yoga, meditación, ejercicio, cocinar, plantas. Las descargas de este tipo de aplicaciones han subido como la pólvora. En un contexto de estrés y ansiedad permanente donde no es fácil saber qué pasará mañana, cualquier opción para ayudar a calmar y relajar el cuerpo y distraer la mente es bienvenido.
"Desde el comienzo de la pandemia ha habido una explosión en el uso de aplicaciones de meditación y fitness" explica Perla Kaliman, doctora en Bioquímica, Honorary Fellow del Center for Healthy Minds de la Universidad de Madison-Wisconsin y profesora asociada en la UOC. "Hay varias razones que explican este fenómeno. "Estamos viviendo momentos muy difíciles, la pandemia ha provocado el aislamiento, pérdidas de ingresos, miedo, sufrimiento, luto. También ha puesto más en evidencia las disparidades sociales". Además, la autora del libro La ciencia de la meditación: de la mente a los genes resalta también que "todo ha provocado una segunda pandemia, la de la depresión, ansiedad y estrés. Eso ha provocado una demanda creciente de servicios de salud mental, los cuales se han visto afectados o interrumpidos por el coronavirus, según datos de la OMS, en 93% de los 130 países encuestados".
"Antes del confinamiento ya tenía muchas visitas, pero cuando estábamos cerrados, sí que hubo un aumento", explica el creador del podcast de meditación de Spotify Meditada. "Hace más de un año que empecé y después por cuestiones de trabajo lo tuve que abandonar". En conversación con ElNacional.cat, detalla que empezó por amor al arte. Así, insiste en que subía lo que a él le gustaría. "Me enviaban mensajes durante el confinamiento con temas que les preocupaban", comenta. De esta manera, intentaba trabajar-los.
¿Qué buscamos con el yoga y la meditación?
En general, la pregunta tiene una respuesta fácil: paz mental. Y eso se consigue, tal como expone Kaliman, reduciendo el estrés, siendo capaz de percibir la realidad de una manera menos dolorosa y cultivar emociones positivas. Un hecho que a simple vista, quizás no parece tan fácil de conseguir.
"La paz mental es el antídoto ante el estrés. El estrés crónico genera problemas de salud física, emocional, alteraciones cognitivas y de comportamiento. Se hace notar a través de señales fácilmente reconocibles, como por ejemplo dolores crónicos, más resfriados y otras infecciones, problemas digestivos, irritación, frustración, problemas de memoria... además también puede provocar comportamientos de riesgo como el consumo excesivo de alcohol, tabaco u otras sustancias adictivas," expone.
Y aquí es donde entran en juego la meditación, el yoga o prácticas como la respiración, el taichi y otros que pacifican la mente y reducen el estrés "a través del entrenamiento de la atención". "Entre los beneficios de integrar este tipo de prácticas en nuestros hábitos cotidianos, encontramos mejoras en la calidad de vida", expone Kaliman. "Numerosos estudios científicos demuestran que estas prácticas también generan cambios fisiológicos importantes, como la disminución de procesos inflamatorios y mejoras en la respuesta inmunitaria, un hecho muy relevante en estos momentos", concluye.