El despliegue de fuerzas antidisturbios policiales y militares en la costa marroquí para evitar y disuadir los intentos de saltos y entradas irregulares de personas a España, y, de rebote, a Europa, no salen gratis. En los últimos cuatro años el Gobierno español ha pagado, vía "ayudas directas", un total de 120 millones de euros al gobierno de Marruecos. Con este dinero, y según adelanta Gonzalo Araluce en Vozpopuli, se pagan las dietas de los agentes de la policía marroquí en la costa, en la frontera con Ceuta y Melilla, el despliegue de vehículos y patrullas marítimas y también la adecuación de infraestructuras para evitar las entradas irregulares.
Estas ayudas firmadas por el ministro del Interior, el socialista Fernando Grande-Marlaska, se han asignado durante los años 2019, 2020, 2021 y 2022 y suman este total de 120 millones de euros en cuatro asignaciones de más de 30 millones cada año. Concretamente, las ayudas son para "despliegues de operativos de vigilancia de fronteras, en el ámbito de la Cooperación Policial internacional" y para la "financiación de actividades de lucha contra la inmigración irregular, tráfico de inmigrantes y tráfico de seres humanos en el ámbito de la Cooperación Policial internacional". Con todo, sin embargo, las ayudas estas, que asume el Estado para reforzar la protección en la frontera sur, son a fondo perdido y no consta que Marruecos tenga que declarar su aplicación o tenga que justificar su gasto.
Con este dinero también se pagan, según los acuerdos bilaterales entre los dos países, el retorno de inmigrantes subsaharianos que sean detectados de manera irregular en territorio marroquí a la espera de entrar en territorio español y también hacer pruebas de Covid-19 al personal desplegado a la vigilancia de la frontera entre Marruecos y España.
Baja el número de personas que entran irregularmente en España
Este dinero enviado en cuatro grandes paquetes no se dejó de enviar ni el año 2021, cuando Marruecos y España entraron en una crisis diplomática después de la entrada en el Estado del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que después de aterrizar en una base militar de Zaragoza fue trasladado a un hospital donde recibió tratamiento médico.
Como respuesta, Marruecos relajó las medidas y miles de personas iniciaron saltos y entradas irregulares por Ceuta y Melilla. España incluso tuvo que desplegar militares del Ejército de Tierra con el fin de dar la seguridad que no podían asumir solo la Guardia Civil y la Policía Nacional, por la falta de colaboración por parte de la policía, la gendarmería y el ejército marroquí. Con el fin de intentar frenar las entradas irregulares en territorio español, que el año 2022, según datos de Interior, fueron de más de 30.000 personas —el año 2021 fueron más de 40.000—, Marruecos también recibe dinero directamente de Europa que lo destinan a la gestión de la frontera y a la compra de vehículos más modernos, con cámaras térmicas.