La radicalización de los jóvenes de Ripoll que integraban la célula yihadista que perpetró los atentados del 17 y 18 de agosto en Barcelona y Cambrils tuvo lugar fuera de la mezquita. Fieles y responsables de la comunidad musulmana de Ripoll coinciden en que los autores del ataque casi no pisaban el oratorio. Incluso Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que atropelló a 14 personas, no había pagado ni una cuota.
El presidente de la comunidad Annour, y el hombre que contrató el cerebro del atentado, el imán Abdelbaki es Satty, Ali Yassine, niega que el ataque se orquestara desde el oratorio de Ripoll y asegura que ninguna mezquita lo permitiría.
"La comunidad musulmana de Ripoll está al corriente, ahora y antes de los atentados, de todo lo que pasa en la mezquita", asegura Yassine, "Nuestro local lo tenemos del todo controlado", insiste, "lo que pasó se promulgó fuera el oratorio, en la oscuridad, nadie lo sabía".
El presidente de la mezquita de Ripoll fue quién dio de alta el imán Es-Satty y juntos firmaron el contrato. Entonces, el responsable de la asociación islámica no estaba al corriente de su condición de exprisionero al ser condenado por narcotráfico a la prisión de Castellón.
De hecho, desde el primer trimestre del 2015 había sido imán en Ripoll sin dificultades. "Le ofrecimos dos semanas de prueba, su trabajo fue correcto, y continuó como imán". El clérigo marroquí provenía de otra mezquita de Ripoll, Elfath, la más antigua y situada en las afueras de la villa. Es en esta donde predicó más tiempo, un año, y la acabó abandonando "por problemas económicos internos que no se han acabado de aclarar", explica Yassine.
La mezquita ahora tiene un nuevo imán. "Si detectamos a alguien que se radicalice, evidentemente avisaremos a la policía"
La mezquita nueva, Annour, ahora tiene un nuevo imán. Es Mohamed El Oncre. Tiene 72 años y proviene de Roses. Habla poco el castellano y llegó a Ripoll pocas semanas después de los atentados "recomendado por un conocido". Se le pidió la documentación de residencia y el certificado de antecedentes penales. Mientras ellos dos estén allí, asegura a Yassine, no habrá ningún mensaje radical. "Si detectamos a alguien que se radicalice, evidentemente avisaremos a la policía", asegura Yassine.
El presidente no quiere que se repita lo que pasó hace dos años y da dos razones concretas: "Por nuestra seguridad y por la de la sociedad y porque el islam prohíbe matar". A las oraciones diarias siguen yendo los familiares de los jóvenes de Ripoll, "visiblemente destrozados", añade el presidente. "No viven la vida normal, porque cada familia ha perdido a dos hijos".
El responsable de la mezquita afirma que la policía española ha visitado el oratorio unas cuantas veces desde que está el nuevo imán, preguntando por la cotidianidad de la mezquita, el funcionamiento de la junta y por las actividades que organizan. "Es el seguimiento rutinario", explica Yassine, "como también habían venido dos veces en un año preguntando directamente por Es-Satty". Entonces hubo un tercer contacto pero fue telefónico, en el cual la policía pidió si Es-Satty todavía seguía ocupando el cargo de imán.
El islam prohíbe matar
Sobre la supuesta relación del cerebro de los atentados con el CNI, Yassine dice que no puede opinar nada porque no dispone de esta información. Lo que sí que asegura es que el oratorio de Ripoll no fue escenario de ningún tipo de contacto por parte del supuesto confidente. "Yo soy responsable de un lugar de culto, no era mi trabajo investigar al respecto", apunta.
Después de dos años la rutina de la mezquita Annour se desarrolla con normalidad, según el presidente. "Hacemos las oraciones que corresponden, con nuestras tradiciones, la fiesta del cordero, y ahora trabajamos para fusionarnos con la sociedad ripollesa".
Los representantes de la comunidad musulmana han querido romper con el estigma y en el último año han abierto el oratorio a toda la ciudadanía de Ripoll. A principios de junio celebraron el fin del ramadán y la "normalización" de la convivencia con un desayuno popular. Antes ya se había hecho una jornada de puertas abiertas y una visita guiada a la mezquita con una cata de productos marroquíes.