La suplantación de identidad a través de las redes sociales va al alza durante los últimos años. La Fiscalía de Delitos Informáticos de Barcelona recibió en 2023 un 41% más de denuncias por robo de la identidad en las redes sociales. En concreto, recibió 324 denuncias, enfrente de las 230 del año 2022. En sí, el robo de un perfil de usuario no es un delito, lo que sí lo es el uso posterior a que se haga de este perfil, ya que puede suponer un descubrimiento de secretos, daños informáticos, intrusión, estafa u otras tipologías.
En este sentido, el fiscal de delitos Informáticos, Roberto Valverde, ha declarado que hace tiempo que "desde la Fiscalía se pide que la suplantación de identidad sea calificado de delito, sea cual sea la finalidad", puesto que es un hecho que va en aumento y especialmente en el ámbito de la violencia machista.
Delitos informáticos
Según los datos de la Fiscalía, las denuncias interpuestas por los ciudadanos delante de los Mossos de Esquadra por delitos informáticos en la provincia de Barcelona fueron 56.324, un 48% más que en el 2022. El 95% del total, 53.375, fueron estafas.
A pesar del elevado número de denuncias presentadas ante los Mossos, solo llegaron a los juzgados 1.747, ya que la mayoría no tenían ningún sospechoso. Sin embargo, el número de denuncias que llegaron a las dependencias judiciales fueron un 20% más que en el 2022, pero representan solo el 3,1% del total. Con respecto al número de denuncias por estafa, solo el 2,26%, 1.217, llegaron a los juzgados. La falta de efectivos policiales y las dificultades de las investigaciones con ramificaciones en el extranjero y los obstáculos que ponen estados y empresas, hace que la policía se centre sobre todo en los casos más graves o los que afectan menores de edad, ya que son el colectivo más vulnerable. En cambio, del resto de tipologías de delitos informáticos, se judicializan el 22%. En toda la demarcación, los fiscales especialistas en delincuencia informática intervinieron en 170 procedimientos y en 189 escritos de acusación, cifras similares a las del 2022.
Los datos del ministerio apuntan que más de la mitad de los procedimientos, en concreto, 90, y casi todos los escritos de acusación, estaban relacionados con otros delitos de violencia machista. Con respecto al tipo de delito, la difusión de imágenes íntimas supuso 7 expedientes y 3 escritos de acusación. Además, también se abrieron 25 expedientes y se presentaron 50 escritos de acusación por ruptura de condena o medida cautelar que impedía la comunicación del agresor con la víctima. Por pornografía infantil, se abrieron 71 procedimientos y 45 escritos de acusación, y 27 procedimientos de acoso a menores mediante las redes sociales, y se presentaron 14 escritos de acusación. Los delitos que han disminuido son aquellos relacionados con las revelaciones de secretos, acceso ilícito a las telecomunicaciones o la interceptación de transmisiones, con 27 procedimientos y 8 escritos de acusación. Por último, los delitos de daños informáticos pasaron de 31 a 40. Y se consideran como delitos informáticos nuevos son promover o facilitar entre menores y personas con discapacidad el consumo de productos nocivos.