Según revela una encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) hecha pública en enero, un 77% de las mujeres teme sufrir un robo y un 75% ser agredidas. En el caso de la violencia sexual, la cifra de mujeres que expresan asustarse se dispara hasta el 71%: mientras que un 52% de las mujeres afirman tener "mucho miedo" de ser violadas, el porcentaje crece hasta el 70% en la franja de edad que va de los 18 a los 25 años. Esta semana, coincidiendo con la conmemoración del 8-M, el Día de la Mujer Trabajadora, hemos salido a la calle con el objetivo de abrir debate y reflexionar sobre la desigualdad de género y las violencias machistas en diferentes ámbitos de la vida cotidiana.

 

 

"Salir a la calle de noche tranquila sin mirar atrás".

En primer lugar, hemos planteado la misma hipótesis a hombres y mujeres. ¿A la pregunta "Qué harías si desaparecieran los hombres durante 24 horas"? La mayoría de las mujeres responden que saldrían a la calle tranquilas, sin pasar miedo de ser asediadas, o incluso se vestirían diferente, sabiendo que no recibirían miradas furtivas de los hombres, tocamientos sexuales o comentarios sexistas; es decir, que se sentirían más libres. ¿En contraposición, a la pregunta "¿Qué harías si durante 24 horas desaparecieran las mujeres"?, los hombres responden que no cambiaría nada y no aprovecharían a hacer nada especial, ya que la presencia de las mujeres en el espacio público no los acondiciona en su día a día. El vídeo, publicado en las redes sociales de ElNacionalcat, no ha tardado en viralizarse, creando controversia con algunos usuarios que se denunciaban sentirse atacados. Algunos comentarios que se podían leer han sido que "No todos los hombres son iguales", algunos añadían "Nos están criminalizando" o que es un discurso de odio. El objetivo de la pregunta es reflexionar hasta qué punto las limitaciones personales tienen más que ver con la estructura social, es decir, el patriarcado, y no tanto con la personalidad del individuo. Este miedo constante que sufren las mujeres tiene un impacto profundo en su salud mental. Los niveles de ansiedad y estrés aumentan cuando se enfrentan a entornos públicos, y muchas optan por ajustar su comportamiento y su vestimenta para evitar posibles agresiones. Eso refleja una clara limitación de la libertad y autonomía femenina, restringiendo la capacidad de disfrutar plenamente del espacio público.

Manifestación 8M en Barcelona

El acoso al transporte público

Con los datos en la mano, hemos vuelto a salir a la calle, esta vez, hemos preguntado, exclusivamente a las mujeres, cuál había sido la última situación machista que habían vivido, ya fuera en el trabajo, en los espacios públicos, en medios de transporte o incluso en casa. En esta segunda publicación hemos encontrado diferentes testimonios interesantes que constatan las desigualdades de género. Ingrid Rúbio, que hace más treinta años que se dedica al mundo de la interpretación, nos relataba que, aunque ella no ha vivido un caso de acoso sexual en primera persona, conocía a muchas actrices que sí que habían vivido situaciones de maltrato, ya fuera durante los castings, en rodajes o en espacios relacionados con el trabajo. Este año, salían a la luz las acusaciones por violencia sexual contra el director Carlos Vermut por parte de diferentes mujeres que trabajan en la industria, o el cineasta de Gran Canaria, Armano Ravelo, acusado por el artista Koset Quintana al recibir insinuaciones sexuales. Estos casos recuerdan el movimiento #MeToo de 2017, que marcó un antes y un después en la industria del cine norteamericano, cuando en el 2017 el productor Harvey Weinstein fue acusado de acoso y abuso sexual y llegó a acumular más de 80 testimonios en contra suya. Otros testimonios del vídeo que hemos recopilado nos explicaban las situaciones de violencia que vivían en su día a día en el ámbito de la salud. En concreto, una doctora relataba que a menudo sus pacientes la confunden con la enfermera o que, incluso, sus compañeros no la tienen en cuenta a la hora de hacer consultas internas. Uno de los casos más sorprendente y que nos ha impactado más ha sido una mujer que trabaja en una clínica de reproducción asistida y relata cómo muchos hombres infértiles culpan a la pareja (mujer) de no poder tener hijos y son incapaces de aceptar que el problema lo tienen ellos. Una de las situaciones que más se ha repetido en el vídeo ha sido la de las violencias machistas a los medios de transporte. De hecho, los datos son preocupantes. Este pasado 2023 han aumentado en un 44% las agresiones sexuales al transporte público en Catalunya. En total, hubo 97 agresiones durante 2023, de las cuales siete de cada diez son en el metro. Así lo explicaba el conseller Elena a propósito de la campaña contra la violencia sexual al transporte público. Se añaden así más argumentos a la postura de qué no se trataba exclusivamente de una percepción de inseguridad.

 

 

La invisibilización de las mujeres y la falta de referentes femeninos

También hemos querido poner el foco en la invisibilización de las mujeres en muchos ámbitos de la sociedad, así como la falta de referentes femeninos en varios sectores. Es por eso que hemos publicado dos vídeos centrándonos en los referentes concretos en diferentes ámbitos: el mundo científico, tecnológico, empresarial y en el mundo deportivo. En este sentido, nos preguntamos las aportaciones que las mujeres han hecho y hacen al mundo del deporte y por qué hace falta crear referentes con los cuales las chicas y mujeres de Catalunya se puedan mirar al espejo. Hay que destacar que todavía existen diferencias muy evidentes, como la brecha salarial, las cláusulas antiembarazo o los obstáculos para profesionalizar a las deportistas; en definitiva, estructuras patriarcales que provocan que la desigualdad de género sea mayor que en otros ámbitos.

 

 

Plantear a la gente si conocen Alèxia Putellas, Mireia Belmonte, Laia Sanz, Simone Biles o Serena Williams nos ha servido para corroborar que a la mayoría de los encuestados les es más fácil reconocer a los deportistas masculinos que los femeninos, que han oído hablar más y que no es fácil de imaginar los motivos. Según los datos aportados por el Consejo Audiovisual de Andalucía, solo el 7,5% de las retransmisiones deportivas eran de deportes practicados por mujeres y, con respecto a programas deportivos, el 95% del tiempo estaba dedicado a deportes practicados por hombres y solo el 5% a mujeres. Tradicionalmente, la práctica deportiva ha sido asociada al mundo masculino, dejando a las mujeres de lado, como en muchas otras actividades.

 

 


¿Cómo ha avanzado la lucha feminista?


Hagamos un repaso de algunas de las últimas reivindicaciones, hitos y acontecimientos que han marcado la historia feminista más reciente. El año pasado se creó una nueva línea telefónica de acompañamiento al aborto, se aprobó la ley de paridad, que obliga a tener un 40% de mujeres en los órganos institucionales, se aprobó permitir hacer Topless a las piscinas municipales de Catalunya y la Escolania de Montserrat incorporó mujeres por primera vez en un coro mixto.
 


Además, hemos vivido dos fenómenos mediáticos muy importantes. Por un lado, el fenómeno Barbie, una obra abiertamente feminista que por primera vez ha encabezado taquillas y récords mundiales. Por otro lado, hemos vivido uno de los fenómenos más potentes del fútbol femenino. Las mujeres de la selección se convertían en las campeonas del Mundial y las del Barça conseguían la segunda Champions. Todo ello después de haber dejado cifras de récord de asistencia en el Camp Nou, superando incluso la media del masculino.

Finalmente, hemos obtenido las bajas laborales por la menstruación y ahora tenemos acceso a un producto menstrual y sostenible de forma gratuita.

Ahora bien, mientras se han hecho estos pasos, los casos de discriminación y violencia machista no han parado. Rubiales ya nos lo dejó claro con la agresión sexual a Jenni Hermoso y sus lecciones sobre feminismo. También, por las elecciones generales, vimos como se incorporaban políticas antifeministas en los programas electorales de la extrema derecha, como la derogación de la ley de violencia de género, la ley del aborto y la eliminación del Ministerio de Igualdad.

Y hemos continuado presenciando agresiones machistas en público y casos de discriminación evidentes. Aun así, estos solo son los casos mediáticos que se han hecho virales. Recordamos que la mayoría de las violencias machistas se viven en silencio.

En los dos meses que llevamos de 2024 ya se han producido 5 feminicidios en Catalunya. El año pasado 14 mujeres fueron asesinadas y de estas solo una había puesto una denuncia.

Aun así, el 2023 registraba más de 14.000 denuncias por violencia machista, un 9,6% más que el año anterior, y, según la Fiscalía, las denuncias falsas representan solo un 0,01% del total.



En definitiva, las mujeres siguen enfrentándose a una triste realidad de miedo y violencia cuando salen a la calle, una realidad que se ha ido consolidando a través del tiempo. El estudio citado pone de manifiesto la urgencia de abordar esta cuestión de manera sistemática e integral. La transformación requiere no solo cambios en la ley, sino también una profunda transformación cultural y educativa que desafíe las normas de género arraigadas. Conseguir a una sociedad donde las mujeres puedan andar|caminar por la calle sin miedo es una tarea de todos y todas, un llamamiento a la conciencia colectiva y a la implementación de medidas efectivas para garantizar la seguridad y la igualdad para todo el mundo.