La compañía Boeing ha informado a las autoridades de aviación estadounidenses que más de 300 aviones de los modelos 737 NG y 737 MAX tienen piezas "fabricadas de manera inapropiada", informó la Dirección Federal de Aeronáutica (FAA). Estos aviones se mantienen en tierra después de dos accidentes ocurridos en cinco meses.
En octubre de 2018, un vuelo de la aerolínea Lion Air se estrelló doce minutos después del despegue en Indonesia causando la muerte de 189 pasajeros y tripulantes. En marzo, un vuelo de la Aerolínea de Etiopía se estrelló seis minutos después del despegue dejando 157 personas muertas.
En total hay en todo el mundo 133 aviones NG y 179 unidades MAX con piezas piezas defectuosas, según la FAA. En Estados Unidos hay 32 Boeing NG y 33 Boeing MAX afectados.
Una de las piezas defectuosas es el mecanismo que hay en el borde delantero de las alas que modifica las características de ascenso y resistencia durante despegues y aterrizajes, junto con 148 piezas de un proveedor de Boeing. Según la FAA, "las piezas afectadas pueden ser susceptibles de fallas o rajaduras prematuras como resultado del proceso de fabricación inapropiado".
Boeing anunció a mediados de mayo que había completado la actualización de software y finalizado sus pruebas correspondientes, con 207 vuelos y más de 360 horas en el aire, en preparación para que los aparatos puedan volver a operar, y que estaba facilitando a la FAA información adicional requerida.
Inspecciones
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha insistido este lunes en la necesidad de mantener criterios unificados en materia regulatoria tras el caso del 737 MAX. Tras el anuncio de la FAA, Kevin McAllister, presidente y ejecutivo principal de Boeing Commecial Airplanes, ha afirmado que la firma "ha contactado a los operadores de 737 aconsejándoles que inspeccionen los mecanismos de las alas de ciertos aviones".
El Boeing 737 es un avión de cabina estrecha que realizó su primer vuelo en enero de 2016, y entre sus principales usuarios se cuentan las aerolíneas Southwest y American, de EEUU, así como Air Canadá y China Southern Airlines.
Hasta marzo pasado la firma con sede en Chicago había fabricado 393 de esos aviones, cada uno con un coste de unos 100 millones de dólares.