Los casos diagnósticos de cáncer siguen en auge en los últimos años, una enfermedad que también afecta económicamente a los que la sufren. El segundo barómetro de cáncer y trabajo en Catalunya, impulsado por la Federación Catalana de Entidades Contra el Cáncer (FECEC) y elaborado por la agencia de sociología GAPS Política y Sociedad, ha detectado un aumento del 16% del número de personas qué diagnosticadas con cáncer vuelven al trabajo por motivos económicos. En concreto, el 58% de los pacientes vuelven a trabajar por este motivo. El barómetro, presentado este miércoles en Barcelona, ha sido elaborado a partir de 1.002 encuestas en línea, e incluye una submuestra de 12,4% de personas diagnosticadas. La recogida de datos se hizo entre el 17 y el 31 de enero de este 2024.

El director de GAPS, Oriol Molas, ha detallado que en comparación con el primer estudio (2022) se ha pasado de entre el 41-42% al 58% actual. Por eso, ha dicho que "habrá que poner la lupa por si continúa" esta tendencia. Por su parte, la gerente de la FECEC, Clara Rosàs, ha celebrado la idea de la baja laboral flexible, propuesta por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, porque "es positivo que se abra el debate".

Retorno progresivo al trabajo

En relación con las bajas, Clara Rosàs ha lamentado que el sistema actual "es muy rígido", pero ha indicado que "tiene que ser voluntaria, con supervisión médica, no afecte a los derechos de los trabajadores y al mismo tiempo tiene que ser positiva para las empresas". La gerente de la FECEC se ha mostrado a favor de la iniciativa, ya que, según ha recordado, "el año pasado se aprobó el derecho al olvido oncológico, que supuso un avance." La gerente de la entidad ha remarcado que se trata de "garantizar una protección sociolaboral" de estos empleados y que "tendría que incluir el retorno progresivo en el trabajo". Rosàs ha considerado que estos datos del Barómetro "demuestran que los problemas que se presentan son estructurales y todavía queda mucho para hacer para garantizar que todos los trabajadores puedan hacer un retorno progresivo en el trabajo" después de un cáncer.

Oriol Molas ha detallado que el 40% de los encuestados no han disfrutado "de un retorno progresivo después del tratamiento y el 60% lo hubiera querido". En este sentido, ha destacado que en comparación con el 2022, una creciente "demanda de protocolos y un apoyo establecido más claro" a los centros de trabajo. Por otra parte, el director de la agencia GAPS ha indicado que en esta segunda ola "se ha reducido del 27% al 19% la opinión que su entorno laboral ha sido más distante". En la misma línea, hace dos años un 53% consideraba que había tenido apoyo de la empresa, este año ha variado al 65%.

En el ámbito empresarial, Rociara ha propuesto que se diseñe un "protocolo-guía para gestionar el impacto de la enfermedad en la organización". La iniciativa tendría que incluir medidas para "informar, divulgar y prevenir", así como "para acompañar a los trabajadores afectados y también minimizar el impacto en los compañeros". Rosàs ha reconocido que "la colaboración emprendida y entidades de apoyo a pacientes todavía tiene margen de mejora".

Barómetro en España

El barómetro también revela que el 45% de las personas diagnosticadas en España no ha podido hacer una vuelta progresiva al trabajo una vez finalizado el tratamiento, aunque a la mayoría le hubiera gustado. Para la elaboración del barómetro han participado 2.000 personas de toda España de entre 16 y 65 años. El 64% de las personas trabajadoras encuestadas ha opinado que su empresa tendría que contar con un protocolo para gestionar el impacto de la enfermedad en el trabajo y el 48% ha afirmado que la compañía no ha buscado a un sustituto para la persona con cáncer durante la baja laboral.

El 31% ha indicado que la empresa no da bastante apoyo a las personas trabajadoras que sufren esta enfermedad, el 12% ni siquiera comunica que sufre cáncer y el 35% estima que los afectados no tienen las mismas oportunidades de crecimiento laboral. Entre las personas encuestadas y diagnosticadas de cáncer, el 67% afirma que trabajar es importante para ellos, doce puntos más con respecto a personas no diagnosticadas que opinan sobre esta misma cuestión. Con respecto a la reincorporación laboral después de la enfermedad, el 66% ha afirmado que pudo volver a su puesto de trabajo y un 11% tuvo que cambiar de tipo de trabajo por la situación de salud. El 82% siguieron trabajando a pesar de la enfermedad, principalmente por motivos económicos, un 44%, y solo el 18% agotó la baja laboral, teniendo en cuenta que las afectaciones a la salud según el tipo de cáncer que se sufren pueden ser muy diversas.