El 60% de la población catalana afirma estar de acuerdo con la inmigración, mientras que solo un 22% la ve negativamente. Así lo refleja el sondeo elaborado por el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), un consorcio de la Diputación de Barcelona y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Uno de los datos más relevantes es que la sociedad catalana es más tolerante que hace 20 años, cuando los que se mostraban en desacuerdo eran el 30%. El total de personas al que el fenómeno migratorio les resulta indiferente también aumenta con respecto al año 2000, situándose casi en el 20%, cuando hace 24 años se situaba por debajo del 10%. Los datos se extraen del cuaderno 'La inmigración en Catalunya: ¿Un debate construido?, que se ha elaborado a partir de 1.200 entrevistas presenciales a personas mayores de 18 años entre el 31 de octubre y el 20 de noviembre de 2023, recuperando hasta siete preguntas relacionadas con este fenómeno que hacía años que no se incluía. El director de la entidad y politólogo, Oriol Bartomeus, ha asegurado que "constatamos que cuanta más inmigración, la opinión es más positiva". Sin embargo, los motivos que se esgrimen de rechazo a la inmigración son mayoritariamente culturales, mientras que en 1992 eran económicos.

La Encuesta Sociopolítica del CEO del mes de julio reveló que la inmigración es una de las cuestiones que más preocupa a los catalanes, en concreto, casi la mitad cree que hay demasiados inmigrantes. La misma encuesta apuntaba a que el 51% de los encuestados considera que las leyes que regulan la entrada y la permanencia de los extranjeros en España son "demasiado o más bien tolerantes".

Entrada de inmigrantes

La encuesta también indica el cambio de opinión en relación con la necesidad de limitar la entrada de inmigrantes en el país con respecto a hace treinta años. Mientras que hace treinta años, la mayoría de los encuestados (65%) consideraba que se tenía que hacer, ahora se ve una ligera ventaja en el número de población en desacuerdo con limitar la entrada de personas inmigradas (51%), mientras que un 44% se muestra a favor, siendo las mujeres de entre 24 y 35 años el colectivo que está más en contra de regularla, con un 75,4%. El ICPS destaca este dato, teniendo en cuenta que la población inmigrante en Catalunya se ha multiplicado por diez en los últimos treinta años. Con respecto a las situaciones que se pueden asociar a la inmigración, casi la mayoría de los encuestados (96%) no considera grave tener un vecino inmigrante. En esta línea, el 73% no ve como grave edificar una mezquita cerca de casa.

El sondeo también ha revelado un cambio en los motivos del rechazo a la inmigración, mientras que en 1992 la mayoría de respuestas (55%) indicaban que el motivo era laboral, "quitan el trabajo de los de aquí", ahora, más de 30 años después solo un 17% mantiene este argumento. En cambio, la mayoría, es decir, el 35%, aducen motivos eminentemente culturales, "no aceptan nuestras costumbres" o "tienen religiones diferentes". El crecimiento de esta respuesta es de 20 puntos, así como han aumentado los que apuntan a diferencias religiosas, que pasan del 10% al 3%.

Mujeres jóvenes, más a favor de la inmigración

La encuesta señala que las personas que muestran una actitud menos favorable a la inmigración suelen ser hombres de más de 64 años o mujeres de más de 49, con estudios secundarios o inferiores, ubicados en el centroderecha o en la derecha, votantes del PP, Vox o Ciudadanos, pertenecientes a la clase de propietarios o trabajadores manuales, con especial incidencia entre las personas que desarrollan tareas del hogar no remuneradas. En cambio, las más favorables acostumbran a ser mujeres menores de 50 años con estudios superiores, que se sitúan en la izquierda y en el centroizquierda. En general, el sondeo muestra que las generaciones jóvenes tienen una actitud más favorable hacia la inmigración que las antiguas.