El tercer estudio sobre la religiosidad y la gestión de la diversidad en Catalunya revela que aunque la gran mayoría de catalanes se identifica con una religión por motivos de cultura o tradición, menos de la mitad son creyentes. Además, el estudio celebra que los catalanes tienen la mente abierta con respecto a la diversidad religiosa.
Tal como apunta la Dirección General de Asuntos Religiosos, aunque el 68,1% no va nunca a ninguna ceremonia de culto, a la sociedad catalana es "consciente de la necesidad conocer mejor las religiones establecidas en el país".
Un país con diversidad religiosa
El Barómetro sobre la religiosidad se realiza a partir de una muestra de 1.600 encuestados de más de 16 años en Catalunya, una muestra que incluye a personas inmigradas, y que ya se ha hecho en dos ocasiones anteriores: el 2014 y 2016. Las cifras de nueva edición del 2020 no presentan muchos cambios con respecto a la realidad ni las percepciones de la religión en el país.
Lo que sí que se demuestra es la pluralidad de religiones en el país. Actualmente, entre los catalanes que se identifican con una religión, el 53% lo hacen con el catolicismo, el 7% con el protestantismo; el 4,3% son seguidores del islam, el 1,3 % del cristianismo ortodoxo y el 1% son testigos de Jehová. Por el contrario, de los no creyentes, un 18% se declaran ateos y un 8,8% agnósticos.
En términos de situaciones de discriminación religiosa, sólo un 5,3% de los encuestados reportan haber sufrido en los últimos dos años. Esta cifra es optimista sobre la tolerancia religiosa y la fortaleza de las relaciones interculturales en el país. Además, la percepción de discriminación ha disminuido lenta pero constantemente desde los anteriores informes.
Más concretamente, de este 5,3% que ha sufrido alguna discriminación, más del 70% reportan que la situación ha surgido a raíz de una "incomprensión por el hecho de identificarse como miembro de otra confesión", es decir, por fobia a lo que es diferente. Además, la gran mayoría de personas han sufrido la discriminación en su entorno más próximo: el puesto de trabajo, el vecindario o el grupo de amigos.
La mente abierta de los catalanes
A pesar de este miedo a lo que se desconoce, el Barómetro señala que la sociedad catalana está abierta a conocer más sobre las diferentes religiones. Aunque los catalanes confiesan no saber mucho sobre las religiones, ni siquiera de la católica, el 66,9% de los catalanes consideran importante tener conocimientos sobre las religiones, con el fin de comprender algunas expresiones culturales o artísticas o determinadas situaciones políticas.
Además, el 72% de los encuestados se muestra a favor que se incorpore al sistema educativo una nueva asignatura que enseñe la religión desde el punto de vista cultural e histórico.