Las tiendas de la acampada por la República, que se instaló en la Plaza Sant Jaume para cerrar al paso a las manifestaciones españolistas, se han desmantelado en las puertas del inicio de las Fiestas de Mercè. En su lugar -o mejor dicho, unos metros más allá, junto al Pans & Company- se ha instalado un punto de información que estará abierto las 24 horas del día.
Según los acampados "no es una retirada" es una "cesión del espacio a las entidades culturales para que puedan desarrollar sus actividades durante la fiesta mayor".
Un miembro de la acampada ha explicado a El Nacional que "en ningún caso" ha habido "un pacto" con el ayuntamiento o con la generalidad y que tampoco se ha cedido ninguna presión. Lo que sí que se ha producido es un encuentro con la Casa de Entremeses, que agrupa entidades culturales de la ciudad, y la Federación de Entidades Culturales y Populares Tradicionales de Barcelona. "Con ellos acordamos cederles al espía. Es también una cuestión de seguridad", afirman.
ATENCIÓN
— Acampada por la Llibertat (@campllibertat) 21 de septiembre de 2018
¡En ningún caso nos marchemos!
Seguimos con más decisión que nunca.
Seguimos con más firmeza que nunca.
Liberamos espacio TEMPORALMENTE por las fiestas de la Mercèhttps://t.co/myJWFEe74a
Una vez acabe la Mercè aseguran que la acampada propiamente dicha, volverá a la Plaza Sant Jaume y lo hará "con más fuerza".
Hacer compatible la protesta con la fiesta
El gobierno del Ada Colau se ha mostrado desde el primer día abierto "a hacer compatible" la acampada con la celebración de las fiestas de la ciudad. El tercer teniente de alcalde, Jaume Asens, ha sido el hombre que personalmente se ha encargado de hablar con el colectivo, como mínimo en dos ocasiones. Si bien es cierto que ayer, los acampados decidieron dejar tres tiendas en la plaza, después de hablar con las entidades populares han decidido apartarse durante unos días.
La acampada por la República ha despertado a las críticas de los partidos unionistas con representación municipal. PSC, Ciutadans y PP han pedido en más de una ocasión a la alcaldesa que los desaloje para "despolitizar" a Mercè.