La etapa inicial de la vida es determinante en el desarrollo de la persona. Cómo se relaciona, socializa y aprende durante los tres primeros años es esencial para una infancia sana y enriquecedora. La mayoría de conexiones neuronales se establecen durante esta etapa.
La creación de espacios para apoyar a las familias durante la primera infancia se basa en la evidencia científica que destaca la importancia de la intervención temprana para asegurar una educación exitosa y una buena salud en la infancia. En esta etapa se establecen los patrones socioemocionales a partir del ambiente.
Además, es el periodo en el que se integran todos los sentidos, lo que les permite conocerse a sí mismos e interactuar con los demás. Por eso, durante esta etapa, el entorno tiene un papel clave para un buen desarrollo de los sentidos del menor: debe ser un entorno estimulante y estable que favorezca la escucha activa y el desarrollo del lenguaje del niño o niña.
El programa Espacios Familiares 0-3
En el marco de la Semana de la Infancia, la Fundación “la Caixa” pone de manifiesto diferentes proyectos e iniciativas para promocionar una infancia saludable y completa. Esta misma semana sirve para promover y garantizar los derechos de los niños y niñas, tal y como se recoge en la Convención Universal de los Derechos de la Infancia de las Naciones Unidas (1998).
Desde este mismo prisma nace Espacios Familiares 0-3, una iniciativa pionera de apoyo a la primera infancia para familias en situación de vulnerabilidad social, impulsada por el programa CaixaProinfancia de la Fundación “la Caixa” y financiada por los fondos europeos Next Generation.
El propósito es mejorar las competencias parentales, las habilidades sociales y la empleabilidad de las familias participantes, así como favorecer el desarrollo psicomotor de los menores.
El programa piloto comenzó en el curso 2022-2023 con 1.009 familias y resultados positivos en la reducción de vulnerabilidades económicas, intrafamiliares y educativas. Entre febrero y julio de 2023, se llevaron a cabo veinte experiencias piloto de intervención socioeducativa con familias vulnerables con hijos de 0 a 3 años en las siguientes comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Comunidad de Madrid y Murcia.
Mejorar las competencias parentales, las habilidades sociales y la empleabilidad de las familias participantes, así como favorecer el desarrollo psicomotor de los menores
El objetivo era obtener evidencia científica sobre los beneficios de la intervención para integrar el proyecto en el programa y extender la atención a la primera infancia. Dada la positividad de los resultados, el proyecto se implementará a partir del curso 2024-2025, conjuntamente con 30 entidades de toda la red territorial en el marco del modelo CaixaProinfancia.
El proyecto en Cataluña
En Barcelona, la iniciativa se lleva a cabo en la Fundación de la Esperanza. Hemos podido hablar tanto con profesionales como con participantes del programa para descubrir desde dentro los beneficios e infinitas posibilidades que se ofrecen desde Espacios Familiares 0-3.
Soledad García, psicopedagoga, especialista en acompañamiento durante la maternidad y la crianza, y educadora infantil en la entidad, cuenta que «la iniciativa surge de la necesidad de ampliar el acompañamiento a las familias desde dos líneas muy claras: acompañamiento social, con la figura de la trabajadora social; y el acompañamiento familiar a nivel educativo, mediante una educadora infantil y actividades para trabajar temas relacionados con la crianza».
Además, el espacio también funciona «como lugar de encuentro y relación entre los progenitores y las familias, que pueden compartir experiencias y ampliar su red social».
Adéntrate en la iniciativa en primera persona
El proyecto funciona como punto de encuentro para las familias con pocos recursos económicos y una red social en el territorio escasa, ya sea porque son familias de orígenes diversos o porque han vivido un proceso de migración.
«Algunas llevan mucho tiempo en situación de desempleo, son familias monomarentales o con diferentes situaciones a las que la maternidad las hace aún más vulnerables», añade García. Estas personas suelen llegar derivadas desde los servicios sociales o los centros de salud. También pueden pasar por un Centro de Desarrollo Infantil y Atención Precoz municipal o por entidades del territorio.
«Muchas personas también se acercan a nosotros gracias al boca a oreja», confiesa la psicopedagoga. «Quizá conocen a alguna persona que ha participado en el proyecto, ha quedado muy contenta y se lo recomienda».
Son familias monomarentales o con diferentes situaciones a las que la maternidad las hace aún más vulnerables
Entre todas estas personas se encuentra Shirley, que llegó de Perú hace tres años para ayudar a su marido, afectado por la COVID-19, que vivía en España. Esta misma enfermedad le acababa de arrebatar a su hija de 16 años. Además, sus otros dos hijos, uno de ellos autista, se habían quedado en Perú.
Al llegar aquí, se quedó embarazada. La recién llegada, Rebeca, nació con síndrome de Down. De entrada, la noticia supuso una conmoción para Shirley y su familia, pero Rebeca es hoy una niña activa y feliz. «Una terapeuta que atendía a mi hija me habló de este proyecto de la Fundación», recuerda. «Quería que Rebeca se relacionara con otros niños y el personal del proyecto me recibió muy bien, nos hicieron sentir parte de una familia. Es un espacio donde se nos da amor, se nos apoya mucho y los pequeños se divierten y aprenden».
Es un espacio donde se nos da amor y se nos apoya mucho.
También participa en la iniciativa Maryam, una mujer paquistaní de 33 años que vive en España desde hace casi 19 años. Estudió un curso de grado medio de monitora y otro de Traducción. A día de hoy, Maryam es madre de tres hijas y acude al espacio con la más pequeña. «Conocí el proyecto por amigas y me encanta. Todo el mundo es muy amable, aprendemos cómo cuidar de nuestro bebé, primeros auxilios, y te ayudan en todo. Ha supuesto un cambio muy positivo en la vida de mi familia», asegura.
Las diferentes vertientes del proyecto
Los Talleres Familiares son la esencia de la vertiente educativa del proyecto. Acuden entre seis y ocho familias, con hijos del mismo grupo de edad, y duran unas 80 horas, una o dos veces a la semana, dependiendo de la edad de los pequeños. «Los talleres son espacios de cuidado para las familias. El objetivo es facilitar la relación entre la madre o el padre y el niño o niña», explica Soledad García.
«Son un espacio de vínculo y relación, alejado del ajetreo diario». En este espacio, las familias se sienten seguras y sostenidas, pueden compartir sus problemas y sentir que no están solas.
«Hoy en día, las maternidades son cada vez más solitarias, pero venir aquí hace que sean un poco más solidarias: se comparten formas de hacer y pensar. Son un aprendizaje muy enriquecedor a muchos niveles», explica la pedagoga.
Más opciones de apoyo a las familias
Además, las familias pueden disfrutar del servicio de apoyo a la inserción laboral para disponer de itinerarios de inserción personalizados. También pueden optar al Bonus 0-3, que les permite dejar a su hijo o hija en el servicio de “canguro” del centro para que los padres puedan asistir a programas de formación. Los Encuentros 0-3 están pensados para que las familias puedan conocerse y compartir inquietudes, además de facilitar la evaluación de competencias parentales y el desarrollo infantil.
«También aprovechamos para celebrar diferentes festividades locales o propias de la cultura de las familias que acuden al espacio. Un ejemplo de celebración es el Ramadán, las familias musulmanas lo aprecian mucho», afirma Soledad. Finalmente, las familias también reciben una ayuda económica destinada a hacer frente a los gastos de su hijo o hija, que consiste en una tarjeta monedero de ”la Caixa” en la que se realizan a lo largo del curso tres cargas de 300 euros.
«Obviamente, el dinero no alcanza para cubrir todos los gastos de la primera etapa de la crianza, es una ayuda importante», señala Soledad. Así lo confirma Shirley: «Más allá de todo el apoyo moral, tranquilidad, felicidad y contacto con nuestros hijos e hijas, es indudable que las ayudas económicas van bien».
Para complementar todo esto, la Fundación también ha puesto en marcha una guía online para las familias que respalda todas estas experiencias. Diez pequeños libros para acompañar desde el embarazo hasta la etapa del desarrollo y el juego.
Una experiencia que cambia vidas e infancias
La valoración que hacen las familias es muy positiva. «Yo recomiendo a todas las madres que se acerquen al espacio», asegura Maryam. «La experiencia es maravillosa y merece mucho la pena». Shirley también recomendaría con los ojos cerrados a otras familias que acudan al proyecto.
Yo recomiendo a todas las madres que se acerquen al espacio
La psicopedagoga reconoce que «es emocionante poder seguir el proceso que hacen las familias». En ocasiones, los padres llegan en situaciones de mucho estrés, preocupación o depresión. Gracias al apoyo y a las relaciones que se generan, el bienestar de la familia mejora significativamente. El espacio se acaba convirtiendo en un segundo hogar para grandes y pequeños.