Los Mossos d'Esquadra han hecho un llamamiento de alerta por una nueva modalidad de acoso escolar que gana popularidad entre los adolescentes, según publica Catràdio. En esta nueva corriente de 'bullying', los agresores aprovechan el funcionamiento de los videojuegos que se juegan en línea y en tiempo real, que permiten mantener conversas de voz y enviar mensajes por chat, para perseguir, amenazar y eliminar del juego a la víctima. La intención de estos jugadores, que a menudo son compañeros de clase, es arruinar la experiencia de juego de la víctima hasta obligarlo a dejar de jugar. La policía ha señalado también que en la actualidad, todos los casos de acoso que suceden en edad escolar, tienen un componente de acoso en internet, especialmente entre los jóvenes entre los 11 y los 16 años, ya que las nuevas tecnologías aceleran estos procesos. Los Mossos enmarcan este tipo de ciberacoso escolar a través de los videojuegos dentro de otra práctica más global denominada spoofing y que se basa en el hecho de que los agresores se hacen pasar por otra persona.

¿Cómo actúan estos agresores en línea?

Los agresores se esconden detrás del anonimato de un avatar, y se aprovechan de la impunidad para vetar de manera sistemática a un jugador. Los casos más habituales son compañeros de clase que asedian a la víctima también en la vida real, aunque también pueden ser personas adultas desconocidas. El modus operandi, según Xavier Ivars, agente de la unidad de Proximidad y Relación con la Comunidad, es que "cada vez que entras en el videojuego te matan, y cuando te vuelves a conectar te vuelven a matar. El acoso entra dentro del mismo videojuego". Las agresiones por el chat del juego y por los canales de audio también tienen un papel importante en este tipo de ciberacoso. En este sentido, David Guerrero, jefe de la unidad de Proximidad, advierte que los insultos y las amenazas también se hacen a través de estos canales y que eso puede pasar desapercibido por los padres.

¿Cómo detectamos este tipo de ciberacoso?

Es clave tener un ojo puesto en la actitud de los jóvenes y si se ven cambios de amistades o que ya no vuelan jugar a un juego al cual antes siempre estaban enganchados, puede ser una señal de alerta. La solución exige romper el aislamiento del menor y establecer un diálogo. Los Mossos recomiendan que hace falta cambiar el concepto de control parental, más restrictivo, por la protección parental, y apostar por "crear un debate con los hijos, sin pantallas ni móviles, para que tengan un espíritu crítico". A la hora de denunciar la agresión, los menores viven con el miedo y la angustia propios del acoso, pero también se tiene que sumar que a menudo la única solución que encuentran es hacerse un usuario nuevo y esperar a no ser descubierto. Esta solución, por desgracia, tiene su contrapartida: la frustración de que el jugador pierde todo lo que había conseguido jugando. Tomar esta decisión es muy complicado para los jóvenes, que pueden llegar a tolerar las actitudes para no renunciar a premios y beneficios.

Sin embargo, en la mayoría de videojuegos, hay opciones para hacer frente a una conducta tóxica que no obligan a crearse una cuenta nueva. Como medida, si nuestro hijo o hija se encuentra ante una situación de este tipo cuando juega a videojuegos, para los Mossos "es hacerlo jugar sin auriculares". Esta decisión es drástica y antes, como decíamos, tenemos otras herramientas, como consultar qué configuración ofrece el mismo videojuego para limitar el chat, los canales de voz o incluso para unirse o invitar a jugar una partida, aparte de hacer uso de las herramientas de moderación para denunciar las 'acciones tóxicas' de otros usuarios. En caso de limitar al menor los canales de comunicación, los padres y madres podrán ser conscientes con más facilidad de a quien quiere jugar con el niño sin limitar la experiencia de juego de este.

Una conducta difícil de perseguir

Los Mossos reconocen que perseguir estas conductas es difícil porque las quejas y denuncias a la moderación del videojuego, no siempre prosperan, e incluso hay juegos en línea que no cuentan con esta herramienta. Los agresores juegan con ventaja, porque son difíciles de localizar y si son expulsados del juego, siempre tienen la opción de crearse un nuevo usuario. Una de las soluciones que se ha peleado en el sector de los videojuegos, y que también ha estado a debate en la opinión pública para las redes sociales, es acabar con el anonimato. En el caso de los videojuegos, sería obligatorio por ley vincular una identificación personal (DNI o similar), que guarde al registro de las acciones y conductas incorrectas de los jugadores, y que en caso de ser usuarios reincidentes, poder vetar de jugar de un videojuego durante un periodo temporal, y en casos más graves, poder hacerlo también de forma definitiva.