Ya hace casi seis meses que estoy en la empresa, pero hoy he visto a mis compañeros de trabajo fuera de la oficina por primera vez. Y es que me he perdido las dos cenas que han hecho desde que estoy. Esta vez, sin embargo, no he fallado. ¡Nuestro jefe de recursos humanos nos ha montado una jornada de team building en PortAventura World!

Hay días que empiezan con cafés, correos electrónicos y reuniones infinitas... y después hay días como los de hoy, donde desaparecen los briefings, las reuniones eternas y las llamadas. Así, hemos cambiado el techo de la oficina por un sol radiante y los gráficos de barras por los loopings del Dragon Khan. ¿Buen cambio, verdad? Y todo, con un solo objetivo, divertirnos y estrechar lazos entre nosotros. ¡Seguidme, que os explico cómo ha ido!

Hemos empezado fuertísimos, ni más ni menos que subiendo al 'Furius Baco'. Esta, que es una de las atracciones más fuertes de PortAventura Park, la encuentras ya de entrada (encabeza el primer espacio, la zona de Mediterráneo). En solo 3 segundos y por sorpresa, el Furius Baco nos ha propulsado de 0 a 135 km/h. Sin duda, es una manera radical de empezar el día, pero perfecta para romper el hielo. Todos hemos bajado impactados, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Foto: PortAventura World

Hemos seguido paseando por el parque hasta pasar por delante del Sésamo Aventura, un espacio infantil. Ha sido en este momento cuando los más bromistas, los del departamento de ventas, nos han desafiado a subir al 'Street Mission'. ¿Y claro, qué teníamos que hacer? ¿Echarnos atrás? ¡Eso nunca! Así pues, hemos subido a sus vagones para recorrer un camino a oscuras y convertirnos en detectives. Equipados con mandos que disparan, hemos tenido que hacer diana en diferentes objetivos y de esta manera sumar puntos para conseguir pistas para resolver el misterio: encontrar la gran galleta. ¡Sí, la hemos encontrado y antes que los de ventas!



Hemos seguido explorando el parque hasta llegar a la impresionante zona de China. Y es que allí se encuentran el Dragon Khan y el Shambhala. ¿Y qué hemos hecho? Pues ir de cabeza, sin pensárnoslo dos veces.

A medida que la fila del 'Dragon Khan' ha ido avanzando|, la sensación de nervio y emoción ha crecido. ¿"Por qué me he metido en este lío"?, ha dicho a mi compañero Pep, mientras comprobaba por enésima vez si sus gafas estaban bien guardadas. Pero todos sabíamos que el momento era irrepetible: una experiencia de equipo que recordaremos para siempre.

Foto: PortAventura World

En un abrir y cerrar de ojos, nos hemos encontrado encima de todo, con PortAventura World en nuestros pies y las nubes más cerca que nunca. Como si estuviéramos volando, hemos vivido unos instantes mágicos. Y entonces, sin tiempo ni de cerrar el ojo, hemos descendido. Todo el mundo ha gritado como si fuera el fin del mundo. Las curvas, los loopings y los giros nos han hecho sentir como si estuviéramos en una lavadora gigante. Pero entre vuelta y vuelta, hemos tenido tiempo de mirarnos los unos en los otros, cogernos de las manos y reír.

Eufóricos, hemos abandonado el Dragon Khan para ir directamente a la cola del Shambhala. El hecho de que la cola del 'Shambhala' haya sido corta ha hecho que la sensación de embriaguez de adrenalina no haya decaído ni pizca. Así, en un abrir y cerrar de ojos, hemos subido la gigantesca elevación del Shambhala. Ahora, os tendría que explicar qué se siente, qué experimentas, qué vives cuando recorres a más de 100 km/h una estructura gigantesca de hierro. ¡Sin embargo, como lo mejor que puedes hacer es vivirlo tú mismo, solo te diré que es el doble de heavy que el Dragon Khan, que ya es decir!

Acto seguido, algunos han querido hacer una cerveza y otros han comprado alguna cosa para picar. Yo, claro está, he querido las dos cosas. Así pues, me he comido unas patatas fritas y me he bebido una cerveza. Después, todo me ha parecido precioso. Y he empezado a pensar en la comida que nos esperaba.

Antes, sin embargo, hemos subido al 'Yucatán', una enorme serpiente con cabeza de dragón situada en el área de México que te hace girar a toda velocidad, mientras intentas mantenerte en su sitio. Al principio piensas que es un tranquilo paseo, pero a medida que vas girando, te embalas y te embalas. Cuando hemos tocado tierra, todos hemos coincidido en afirmar que no esperábamos que fuera tan bestia. ¿"Es que no tenemos nunca bastante?", ha dicho Jordi, un compañero mío que es muy buen tipo, pero un poco miedoso.

Ya nos habíamos ganado la comida, así que a continuación nos hemos dirigido al Restaurante Rincón de Mar para comer unos arroces buenísimos: de marisco, de verduras y de secreto ibérico. Y acompañados por unos vinos blancos finísimos. Una señora comida, vaya. Cabe decir que, previamente, hemos hecho varios entrantes, todos ellos deliciosos: virutas de jamón ibérico, calamarcitos fritos y ensalada de boquerones y mozzarella, entre otros. Ah, y hemos rematado la comida con unos postres espectaculares: pastel casero de requesón, crema catalana y pastel de chocolate. ¡Brutal!

Después de comer, hemos hecho la digestión pasenado hasta el Far West para bajar la comida. Allí se encuentran los 'Wild Buffalos', unos autos de choque que, a priori, no parecen el mayor atractivo del parque. Pues bien, nos hemos hecho un hartón de reír chocando los unos contra los otros. Solo de pensar los trompazos que le he clavado a mi compañero de mesa, me meo de reír. Se enfadaba y entonces me acosaba a toda velocidad, mientras yo intentaba escapar. El juego del ratón y el gato durante un buen rato. ¡Buenísimo!

También en el Far West se encuentran los 'Crazy Barrels', unos barriles que giran rapidísimo. Te lo pasarás superbién entre carcajadas, gritos y giros incontrolables. Sin duda, son una parada obligatoria.

El tiempo nos ha pasado volando, pero todavía nos ha quedado un rato para disfrutar de una última atracción, la llamada 'Uncharted: El Enigma de Penitence'. Es una experiencia inmersiva que combina la magia del cine con la adrenalina de una montaña rusa cubierta. Y es que está inspirada en el universo de la saga Uncharted. Te transporta a un mundo lleno de misterio y acción. Con giros inesperados, caídas repentinas y efectos especiales espectaculares, te atrapa desde el primer segundo. ¡Te sentirás protagonista de una película de aventuras!

Fotografía de la entrada de la atracción 'Uncharted: El Enigma de Penitence' / Foto: PortAventura World

Después de un día tan intenso, el trayecto de vuelta nos ha permitido bajar pulsaciones y repasar los momentos más divertidos del día. Esta salida ha sido mucho más que una jornada de team building, ha sido una oportunidad para vernos fuera del entorno habitual, para superar miedos juntos y para conocer a los compañeros de una manera totalmente nueva.