El comportamiento de algunos turistas en vuelos dirección a Eivissa ha hecho aumentar las medidas de control que aplica la popular aerolínea low cost Ryanair a la hora de embarcar en sus aviones. Así, han apostado por una nueva prohibición: ya no se pueden entrar botellas de agua dentro de la nave, por precaución. El motivo, según ha explicado el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, a Sky News es lo que hacían algunos turistas: sustituir el líquido por alcohol y así seguir bebiendo durante el vuelo sin que nadie se lo pudiera impedir. Ahora, sin embargo, la compañía ha decidido endurecer los controles por la preocupación por la seguridad del personal de los aviones ante el incremento de peleas.
Los pasajeros con conductas problemáticas acostumbran a embarcar en el Reino Unido, aunque también en Irlanda y Alemania, y hacen rutas a destinos que consideran de "fiesta". "Eivissa es, de lejos, el peor destino para esto", ha apuntado O'Leary, que también ha sumado a la lista de operaciones problemáticas los vuelos hasta las islas griegas. "Antes, la gente que bebía demasiado acababa desplomándose o quedando dormida. Pero ahora estos pasajeros también toman pastillas y polvos. Con esta mezcla, tienes comportamientos mucho más agresivos y muy difíciles de controlar", ha apuntado a O'Leary, mostrando gran preocupación por las situaciones con las que se tienen que enfrentar los trabajadores de la compañía.
La solución, de momento, ha sido hacer revisiones extensivas a los equipajes de mano de los vuelos que efectúan estos trayectos para asegurarse que no se introduzcan botellas de agua con alcohol a bordo de un vuelo. O'Leary, sin embargo, ha advertido de las dificultades que se encuentran a la hora de identificar gente intoxicada, sobre todo si viajan a grupo. "Mientras puedan mantenerse derechos y moverse, podrán pasar. Después, cuando el avión despega, es cuando vemos el mal comportamiento", ha apuntado, añadiendo que a menudo quien tiene este comportamiento son las personas que menos esperas. En esta línea, el consejero delegado de Ryanair ha apuntado que no hay ningún perfil particular.
Aparte de endurecer los controles, O'Leary también ha pedido que se apliquen restricciones a los aeropuertos y que los pasajeros solo puedan consumir un máximo de dos bebidas alcohólicas. Según su opinión, las autoridades aeroportuarias tendrían que imponer este límite por cada tarjeta de embarque para reducir el riesgo de altercados. El consejero delegado de Ryanair, sin embargo, ha asegurado que los aeropuertos, "por descontado", se oponen en la medida porque argumentan que "sus bares no sirven a pasajeros borrachos", si bien sí que lo hacen "a los acompañantes del viajero ebrio". "Lo que pedimos no afectará a sus beneficios. Los bares pueden seguir vendiendo las bebidas y las comidas. Sin embargo, las agencias gubernamentales en el Reino Unido y en toda Europa no se lo toman seriamente", ha subrayado a O'Leary.