El aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona - El Prat funciona con normalidad a pesar del apagón eléctrico general que afecta toda Catalunya y España, así como otros países como Portugal, Francia e Italia. Fuentes oficiales de Aena han confirmado que los mismos generadores de emergencia de la infraestructura abastecen el aeropuerto con energía -siempre que haya gasóleo. "Si bien puede haber sistemas con afectaciones, se opera con normalidad. Se han constituido los comités de crisis para seguir la evolución de la situación", han explicado. A estas alturas, el teniente coronel de la Guardia Civil se ha desplazado hasta el aeropuerto para evaluar la situación.

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En concreto, los vuelos funcionan con normalidad, con aterrizajes y despegues, a pesar de que con el tráfico aéreo reducido, lo que puede suponer algunos retrasos, pero las pasarelas de embarque - los conocidos como fingers- están paralizadas, debido a la dificultad en acoplarlas a los aviones. Por otra parte, también se han parado durante unos minutos las cintas transportadoras de las maletas y equipajes, con los pasajeros sin poder recoger sus pertenencias.

El apagón se ha detectado inicialmente a las doce y media del mediodía de este lunes, 28 de abril, sin que todavía haya una explicación sobre el motivo de la incidencia, aunque algunas hipótesis hablan de que podría tratarse de un ciberataque.

Incidencias en algunos aeropuertos

Aena ha informado a través de su cuenta de X que "Debido al corte de energía, se están produciendo algunas incidencias en los aeropuertos", aunque no ha especificado en cuáles, e insta a los viajeros a que consulten a las respectivas aerolíneas para detectar cualquier contratiempo, tanto con los vuelos como con los accesos y los medios de transporte terrestres para llegar. En todo caso, el aeropuerto de Barcelona sigue funcionando sin incidencias notables gracias al autosuministro, según han confirmado también fuentes de la Generalitat de Catalunya.

La afectación en el aeropuerto del Prat no está tanto dentro de las terminales como fuera, en la zona de espera de autobuses donde pasajeros y trabajadores, que quieren volver a casa después de acabar sus turnos de la mañana, se ven con dificultades para poder coger el transporte público para llegar a Barcelona.