La lacra de la violencia de género también rompe moldes en los estudios. Los agresores de violencia de género que cumplen toda la condena en la prisión sin haber hecho una transición al medio abierto porque son clasificados de alto riesgo tienen una probabilidad de reincidencia tardía, que se sitúa hasta los cinco años. Es un tiempo excepcional, ya que en el resto de delitos los expertos indican que el riesgo a volver a delinquir siempre está en los dos primeros años de salir de la prisión. Esta es una de las conclusiones destacadas del estudio La reincidencia en las excarcelaciones de alto riesgo (2014-2016) en las prisiones catalanas, realizado por la unidad de Ejecución Penal del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE) del Departament de Justícia.

Una segunda conclusión del estudio es que "no se ha encontrado ninguna relación entre el tipo de programa aplicado a las prisiones catalanas y la reincidencia". Es decir, hacer un programa de violencia sexual (SAC), de violencia de género (VIGE) o de otros delitos violentos (DEVI) "no tiene ningún impacto en términos de disminución o cambio en la reincidencia". Los investigadores añaden que esta carencia "ya se empezó a modificar el 2019", por parte de la Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima al hacer la Instrucción 2/2019, sobre el procedimiento de trabajo para la excarcelación de internos con riesgo alto de reincidencia delictiva violenta en los centros penitenciarios catalanes. Uno de los cambios es que se avanza el tiempo de inicio del protocolo de excarcelación, en concreto cuando al interno le quedan unos ocho meses para cumplir la condena. Así, los siguientes operadores (desde entidades sociales, la fiscalía y Mossos) que tienen que intervenir tienen más margen de tiempo para actuar: buscar recursos para el exrecluso (como la vivienda y trabajo) y traspasar la información y coordinarse, como avisar a la víctima de que su agresor sale en libertad y hay riesgo de reincidencia, y si hace falta ofrecerle medidas de protección.

En la investigación, se indica que los condenados por violencia de género "parecen, por  sus variables personales, sociales, penales y penitenciarias, el grupo más normalizado y con una conducta menos conflictiva y disruptiva dentro del centro penitenciario". Sin embargo, se añade que de forma preferente, los hombres que reinciden en delitos de violencia de género "abusan más de alcohol, tienen una respuesta limitada al tratamiento con respecto a este tipo de delito, y presentan más impulsividad e inestabilidad emocional". Precisan que "tienen unas necesidades criminógenas específicas que hay que trabajar de forma diferente al resto con el fin de alcanzar el desistimiento". Actualmente, en las prisiones catalanas, hay 7.721 personas cerradas, de las cuales 701 por delitos sexuales y 598 por delitos de violencia de género, según la estadística del Departamento de Justicia.

La reincidencia

Este exhaustivo estudio se presentará en una sesión de investigación en el CEJFE, el próximo 18 de febrero bajo el título Excarcelaciones de casos de alto riesgo: de la evaluación al retorno a la libertad. Intervendrán el catedrático de Psicología de la UB, Antonio Andrés Pueyo, y el responsable de investigación del CEJFE que ha hecho este estudio de la reincidencia, Manel Capdevila, entre otros.

En el estudio, se ha analizado la evolución de 1.072 personas que habían cumplido la condena  entre el 2014 y el 2016. La tasa de reincidencia penitenciaria de este grupo valorado de alto riesgo es del 32,7%, unos 2,3 puntos menos que a la tasa calculada entre el 2010-2013, que era del 35%. En el grupo valorado de riesgo medio y bajo la reincidencia se sitúa en el 14,6%. En este estudio el tiempo medio de seguimiento de las personas que han cumplido la condena y con elevado riesgo de volver a delinquir ha sido de 1.538 días (4,2 años) por término medio. El 94,6% de los casos del estudio actual tienen periodos de seguimiento que superan los 3 años y llegan hasta los 5,5 años. Con respecto al desistimiento, seis de cada diez excarcelados de alto riesgo no han vuelto al sistema de ejecución penal catalán (ni a la prisión ni a cumplir una Medida Penal Alternativa) durante el tiempo de seguimiento de esta investigación.

Con respecto al grupo de alto riesgo de reincidencia violenta, la media de tiempo que tardan en reincidir son 495,86 días (1 año y 4 meses aproximadamente). Se indica que pasados 4 años desde la excarcelación ya han reincidido el 97,8% , hecho que corrobora que entre los 4 años y 5 años es tiempo suficiente de seguimiento para detectar la reincidencia de infractores adultos y al mismo tiempo sostener la idea de que a partir de los 5 años se puede considerar a la persona como desistente si no ha reincidido. Con todo, se remarca que en los casos de violencia de género la respuesta es más elevada en el tiempo, y se propone hacer un seguimiento "más intensivo y prolongado" a este colectivo.

Delitos

El 80% de los investigados cometieron delitos violentos. De estos, uno de cada tres eran por violencia de género y uno de cada diez delitos contra la libertad sexual. La otra mitad cometió otros delitos violentos contra personas. De la categoría otros delitos, los cinco con más frecuencias como delito principal son: lesiones (117), robo con violencia e intimidación (96), atentado contra la autoridad (58), homicidio (55) y asesinato (18). Dentro de los delitos de violencia de género, los cinco más comunes por orden de volumen como delito principal son los siguientes: maltratos (154), amenazas (48), ruptura de condena o medida de alejamiento (30), lesiones (26) y violencia doméstica habitual (21).

Los individuos que reinciden en un delito contra la libertad sexual o un delito de tráfico lo hacen dentro de los tres primeros años de seguimiento. Después de este periodo, todos los individuos son desistentes. Con respecto a los reincidentes en delitos contra la propiedad, el 80% cometen la reincidencia durante los dos primeros años de libertad, aunque es la tipología delictiva que presenta una persistencia mayor en el tiempo. Es la única que presenta reincidentes pasados los 7 años de seguimiento. Finalmente, en relación con los delitos contra las personas, el 85% de los reincidentes los cometerá antes de los 3 años de seguimiento, pero también en este caso se ha encontrado una persistencia en el tiempo.

Una participante en la manifestación del 8-M en Barcelona: Sergi Alcàzar

Programas específicos

De los condenados por delitos de violencia de género que han realizado el programa específico, el estudio asegura que "reinciden casi el triple los que sí que aprovechan el programa de tratamiento, en contraposición de los que no lo aprovechan". El resto de grupos no muestran diferencias significativas, aunque en general hay una tendencia a ser más reincidentes los que sí han aprovechado el programa. Precisan que "el conjunto de estos resultados muestran que los programas de tratamiento específico aplicados en el momento del estudio no tenían el impacto deseado", hecho -se añade- ya revisado y se han cambiado los procedimientos de aplicación a partir del 2020.  No obstante, en el estudio, no se detallan los cambios realizados en los programas actuales.

Se precisa que los programas de tratamiento tal como se estaban aplicando "no tenían impacto en la reducción de la reincidencia de los excarcelados de alto riesgo, y en los casos de violencia de género de riesgos medio y bajo realizar el programa producía el efecto adverso".

Perfil

En el estudio se indica que las personas que tienen alto riesgo de volver a delinquir acostumbran a tener desajuste infantil; pertenecen a un grupo social de riesgo; tienen más presencia de trastorno de personalidad; actitudes que justifican el uso de la violencia y el comportamiento delictivo; abuso de drogas y una mayor proporción de rasgos de hostilidad, temeridad, impulsividad e inestabilidad emocional. También los que tienen un coeficiente intelectual bajo o un trastorno mental severo están más representados en este grupo. En el ámbito social presentan en mayor proporción bajo nivel educativo, problemas de empleo, falta de recursos económicos y de apoyo familiar y social, ausencia de planes de futuro realistas, antecedentes penales en la familia y, mayoritariamente, no tienen cargas familiares. En el ámbito de la conducta, tienen falta de recursos para afrontar las demandas de una situación estresante, respuesta limitada al tratamiento, comportamientos sexuales de riesgo, violentos o desviados, y relaciones familiares caracterizadas por la indiferencia, la hostilidad y el uso de castigos. En proporción, el grupo de alto riesgo ha cometido más delitos contra la propiedad como delito principal, mientras que los de bajo riesgo están en delitos contra la libertad sexual y contra la salud pública.

Control

Se afirma que la investigación del CEJFE se centra en el riesgo de cometer reincidencia violenta con el fin de dar herramientas a la fiscalía y otros operadores "para proteger a la sociedad de esta posibilidad, sin estropear los derechos de los excarcelados". El año 2007 el Departamento de Justicia y la Fiscalía Superior de Justicia de Catalunya acordaron el primer protocolo para impulsar una actuación coordinada con los reclusos que presentaban un riesgo elevado de reincidencia violenta, como el caso de violadores, que salían a la calle sin estar rehabilitados, según los profesionales de las prisiones. Se acordó un sistema de vigilancia policial no invasiva, no prevista en la ley.

Fuera de la prisión

La mayoria de los operadores entrevistados en el estudio (fiscalía, oficina de atención a la víctima y responsables de prisiones) consideran que el protocolo de excarcelados de alto riesgo actual "es útil para frenar la reincidencia y proteger a las víctimas", aunque reconocen tener un conocimiento parcial del protocolo y quien interviene. Se asegura de que los diferentes operadores consideran que se elevan demasiados protocolos de alto riesgo y que es necesario mejorar las herramientas de valoración para ajustar más las propuestas. Además, los operadores jurídicos consideran un punto débil que el protocolo actúa en "un marco de inseguridad normativa" con respecto a las actuaciones que se pueden hacer con las personas que ya han cumplido su pena. Y se reclama que "esta casuística se tendría que regular", tal como ya se ha hecho a otros países. Con respecto a los hechos delictivos, el año pasado hubieron 51 crímenes en Catalunya.