El número de ejecuciones de 2023 en todo el mundo ha ascendido a las 1.153, el máximo desde 2015, según un informe publicado este miércoles por Amnistía Internacional (AI), que ha desvelado un aumento del 31% respecto al año anterior. En su análisis global ‘Penas de muerte y ejecuciones 2023’, Amnistía ha destacado el aumento de estas condenas en Irán como una de las principales causas de que el año pasado fuera el récord en número de ejecuciones. Allí se produjeron 853, cifra que supone el 74% del total de ejecuciones registradas, si bien Amnistía Internacional no dispone de la suma de las que se produjeron en China, donde la organización estima que miles de personas murieron por este hecho.
En cuanto al número de penas de muerte en 2023, también se incrementó respecto al año anterior, con 2.428 nuevas condenas, un aumento del 20% respecto a las 2.016 del año anterior. Pese a todo, la secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard, se ha mostrado optimista con el trabajo de la organización en pos de eliminar las ejecuciones en todo el mundo. “Los países que siguen llevando a cabo ejecuciones están cada vez más aislados; nuestra campaña contra este castigo abominable funciona y continuaremos hasta que hayamos terminado con la pena de muerte”, ha expresado, según la nota de prensa.
China, líder en ejecuciones, según Amnistía
Pese a la ausencia de datos de China, que mantiene sus cifras en secreto, según Amnistía, la organización ha considerado que fue el país que más ejecuciones llevó a cabo, con una estimación de miles. Para Amnistía, el secretismo respecto al número de ejecuciones –también en Corea del Norte y Vietnam, países en los que la organización cree que se producen ejecuciones de forma generalizada– sirve como indicador de que la pena de muerte se utiliza como herramienta gubernamental para ejercer el poder y sembrar el miedo en la población.
Entre los países que sí publicaron datos, sobresalió Irán, con un aumento del 48% en sus ejecuciones respecto al 2022, pasando de 576 ese año a las 853 de este, muchas relacionadas con los delitos de estupefacientes. “Las autoridades iraníes mostraron un total desprecio por la vida humana y aumentaron las ejecuciones por delitos de drogas, lo que puso aún más de relieve el impacto discriminatorio de la pena de muerte en las comunidades más marginadas y empobrecidas de Irán”, ha declarado Callamard. Después de China e Irán, ha destacado el número de ejecuciones en Arabia Saudí (172), Somalia (38, aunque Amnistía considera que esta cifra es mayor) y Estados Unidos (24).
La lucha de Amnistía por la abolición
Aunque el informe ha subrayado el aumento en las penas de muerte y ejecuciones en todo el mundo en 2023, Amnistía Internacional también ha destacado que ese año fue el momento en el que se registró el menor número de países donde se produjeron ejecuciones. Esta cifra bajó de los 20 países que llevaron a cabo esta pena en 2022 a los 16 del último año, en el que no se registraron muertes de este tipo en Bielorrusia, Japón, Birmania y Sudán del Sur.
Además, la organización ha destacado que en Pakistán se eliminó la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas, mientras que en Malasia se acabó con la pena de muerte obligatoria para algunos delitos. Al mismo tiempo, según Amnistía, también los parlamentos de Ghana, Kenia, Liberia y Zimbabue dieron pasos hacia la abolición de la pena de muerte.