Catalunya ha recibido esta semana una alerta de la NASA: un lugar de nuestro país está en peligro. Se trata del Delta del Ebro. Según la agencia espacial, el estado y la forma del delta han dejado de estar controlados por el río y ahora lo están por las olas del mar, un efecto directo del cambio climático. Es por eso que desde los EE.UU. instan al Gobierno a tomar medidas urgentes y dedicar todos los esfuerzos que haga falta a ralentizar la regresión.
El estudio y el papel del Gobierno
La NASA ha elaborado un estudio comparativo con fotografías de los satélites Landsat 5 y Landsat 8 demuestra que la isla triangular de la desembocadura del Ebro, cerca de Riumar, en Deltebre (Baix Ebre), se ha retirado "varios centenares de metros". La comparación se ha hecho con imágenes de 1984 y del 2021. El aumento del nivel del mar y las frecuentes e intensas tormentas han comportado "el retroceso mayor" que ha sufrido el litoral deltaico. La agencia estadounidense recuerda que el plan del Gobierno, para adquirir terrenos y ampliar la zona de amortiguamiento, supondrá la compra de tierras mayor en Europa para mitigar el cambio climático.
En esta línea, el artículo también propone un Plan de Protección al Gobierno y ya augura que quizás los habitantes, unos 60.000, se opondrán, porque prevé comprar y permutar hasta 900 hectáreas de arrozales y retroceder la delimitación del Dominio Público Marítimo Terrestre de la cincuentena de kilómetros que tiene la costa deltaica. La NASA menciona que el territorio lo considera insuficiente y que apuesta por otras actuaciones de refuerzo en las playas, con movimientos de arenas, dragados y diques.
El estudio de la NASA también describe y señala los problemas acumulados de los últimos 150 años en el Ebro, como las concesiones de agua para regadíos en la cuenca "del río mayor de España" o como las 187 presas del Ebro y afluentes para generar energía hidroeléctrica, que "han atrapado la mayor parte de los sedimentos" que llegaban a la desembocadura. La Agencia indica que en el tramo final del río está "donde ha empezado la erosión y el hundimiento y la subsidencia" y que se está poniendo en riesgo los arrozales, que cubren el 80% del Delta, forzando los agricultores a experimentar con variedades de arroz resistentes a la salinidad.
Preocupación internacional
No es la primera vez que la NASA publica un artículo o estudio sobre el delta del Ebro, pero como ha apuntado Carles Ibáñez, coordinador de la línea de cambio climático del centro tecnológico Eurecat en la ACN, cada vez son más los organismos internacionales que muestran su interés por la situación del sistema deltaico. Los numerosos estudios y series de datos que se han ido desarrollando las últimas décadas "facilitan" que se pueda conocer el estado y la evolución del delta del Ebro y de los hechos y circunstancias que lo rodean. "No hay tantos casos por cuyo todo mundo pudiéramos conocer su evolución con el detalle que estamos teniendo en el Delta", ha remarcado Ibáñez.
La comparativa de la NASA la ha llevado a cabo Lauren Dauphin en el Observatorio de la Tierra de la Agencia norteamericana, con imágenes del Servicio Geológico de los Estados Unidos. El artículo está firmado por Sara E-Pratt. No son fotografías o tipos de análisis nuevos o exclusivos, pero como señala al científico de Eurecat, que lo haga la NASA "quiere decir que tiene interés, que es uno de los lugares del mundo donde es más clara la evolución tan rápida de la regresión, que llama la atención y que desgraciadamente es un ejemplo". "No el único caso, así y todo, despierta interés a escala internacional y es positivo", ha insistido Ibáñez.
Un ejemplo evidente de la emergencia climática
La agencia espacial no posiciona en la cuestión de las medidas, pero asegura que el delta del Ebro "ilustra las difíciles decisiones" que tienen que tomar las administraciones ante el aumento del nivel de mar, para contener los océanos y gestionar la regresión. Ibáñez apunta que, aunque tarde, los gobiernos se están moviendo desde el Gloria. "Otra cosa es si habrá consenso en las actuaciones, si habrá recursos y serán técnicamente las que convienen en el Delta", ha dicho. La NASA también habla del Gloria y sus efectos: la inundación de la barra del Trabucador y de cerca de 3.000 hectáreas de arrozales, o la desaparición de los campos de dunas de las playas más frágiles. "Estamos en la discusión técnica y política de cuáles son las cosas que hacer, en qué orden de prioridad y quien lo paga," ha añadido Ibáñez, convencido de que la urgencia facilitará que se llegue a un consenso.