Hasta 274 personas han muerto en Catalunya durante este mes de agosto por las altas temperaturas, que se suman a las 73 registradas en julio. Son datos del Instituto de Salud Carlos III, del Ministerio de Sanidad, según el cual en el conjunto de España han muerto por motivos atribuibles al exceso de temperaturas entre el 1 y el 31 de agosto 1.386 personas, una cifra que supone un incremento del 3% respecto del mismo mes de 2023. La peor semana del verano se registró entre el 29 de julio y el 4 de agosto, cuándo murieron 611 personas en siete días a todo el Estado. Catalunya y la Comunidad de Madrid han sido las autonomías más afectadas con 274 y 251 muertes durante agosto, superando con creces las cifras de Andalucía, la más poblada, con 76 defunciones  por 8.600.000 habitantes y por detrás de Castilla y León, Castilla-La Mancha, el País Valencià, Galicia y Aragón.

La primera quincena de agosto de este 2024 ha sido en Catalunya una de las más cálidas de la historia, con unas temperaturas medias iguales en las del 2022. Según datos del radiosondaje de Barcelona, la temperatura media en 850 hPa del 1 al 15 de agosto iguala los 20,6ºC mesurados durante la primera quincena de agosto de hace dos años. Anteriormente, la del verano de 2003 también fue excepcionalmente cálida, con 20,5ºC. Son las tres primeras quincenas de agosto más cálidas de la serie (1997-2024) a este nivel de referencia.

Mayor riesgo de mortalidad de Europa

Este incremento de las cifras va en la línea con los últimos estudios publicados. A finales de agosto, la revista médica The Lancet revelaba que España sería uno de los estados europeos con mayor riesgo de mortalidad atribuida al calor. Los resultados, que analizan las muertes actuales y futuras a causa de temperaturas no óptimas en 854 ciudades europeas, constatan que las regiones del sur del continente son las que tendrán un mayor número de defunciones asociadas a altas temperaturas. La investigación detalla que los puntos de más peligro se sitúan en latitudes meridionales, especialmente en regiones de España, Italia y Grecia, pero que también se pueden extender a zonas septentrionales, como Francia. Por todo eso, el informe pide a responsables políticos y autoridades que "den prioridad" a la protección de las zonas más susceptibles a este riesgo.

El mismo estudio detallaba que si se mantenían las políticas climáticas actuales, en el continente europeo las muertes por calor podrían pasar de las actuales 43.000 anuales a más de 128.000 el año 2100, es decir, se triplicarían en menos de ochenta años.