Los cuatro alumnos del instituto Leonardo Torres Quevedo de Santander, investigados por la Fiscalía de Cantabria por su presunta implicación en la una brutal agresión a un alumno con discapacidad, abandonarán el centro de forma voluntaria este jueves. Así lo ha anunciado el consejero de Educación de Cantabria, Sergio Silva, en declaraciones a los medios, donde ha explicado que los alumnos no asisten al centro desde el pasado jueves, todo y que, están recibiendo clases telemáticamente para que "el impacto en ellos sea el menor posible". La Fiscalía pidió la semana pasada, como medida cautelar, que los cuatro jóvenes no puedan acercarse al menor, ni a su domicilio, ni al centro educativo, ni comunicarse con él, aunque todavía no se conoce el pronunciamiento del Juzgado de Menores de Cantabria.

Reconducir la situación del centro

El consejero ha explicado que las familias de los alumnos han entendido la situación y considera que el hecho de cambiarles de instituto ayudará a "normalizar las cosas". Además, ha hecho un llamamiento a mantener la calma y ha recordado que se trata de menores de edad y "es un caso complejo", pero "como educadores lo más importante es reconducir la situación". Silva ha detallado que en este centro se ha trasladado un equipo de atención a las alteraciones de las emociones y las conductas para trabajar con familias y alumnos para "fomentar el respeto a los compañeros".

"Necesitamos que haya como una especie de asimilación psicológica de todo lo ocurrido, porque el contexto de lo ocurrido, más la repercusión que ha tenido, imagínense en unos adolescentes lo que puede suponer", ha subrayado el titular de Educación. Según ha dicho, la "angustia" generada en agresores, agredido y en la comunidad educativa habrá que tratarla a lo largo del tiempo, como ya se está haciendo en otros centros cántabros. "Al viralizarse en redes sociales es una cosa que está en las aulas de Cantabria y a lo que los adolescentes dan bastante importancia", ha dicho.

Silva ha detallado que, de momento, no hay ningún expediente abierto en la dirección del centro por este caso de agresión a un compañero, aunque ha reconocido que alguna cosa no ha funcionado, si se ha llegado a producir el acoso. A su juicio, hay que centrarse en cómo es posible que adolescentes de 16 años se vean envueltos en estas situaciones, "más que a cuestiones disciplinarias". "No digo que no tengan su importancia, pero para nosotros no son en absoluto una prioridad", ha insistido.

Agresión a un compañero con discapacidad

La indignación estalló el pasado miércoles cuando apareció un vídeo en el cual los cuatro jóvenes increpaban y acosaban a un compañero con parálisis cerebral que iba en silla de ruedas. Después de trascender los hechos que se habían producido dos semanas antes, la Consejería de Educación de Cantabria activó el protocolo de acoso escolar y el centro abrió el procedimiento disciplinario ordinario a los responsables de la agresión, que comportaba medidas cautelares y la expulsión del instituto durante cinco días, el plazo máximo que marca la ley.

Entre las medidas preventivas del protocolo de acoso adoptadas se encuentran el acompañamiento del alumno a lo largo del día, dentro del marco de protección y seguridad: la supervisión del clima del aula evitando el contacto entre víctima y agresor; la colaboración familiar para informar sobre el estado emocional del alumno y los posibles incidentes y el apoyo individualizado para trabajar autoestima, bienestar emocional o relaciones interpersonales. La familia de la víctima reclamaba que los agresores no se volvieran a acercar a su hijo y que fueran expulsados del centro.