Transports Metropolitans de Barcelona ha detectado la presencia de amianto en la pintura de los bajos de 38 de los 109 vagones analizados desde que el pasado septiembre se detectara este componente cancerígeno en convoyes de Madrid. Los responsables de TMB aseguran que no hay ningún riesgo para la salud, ni para los trabajadores ni para los usuarios.
El material cancerígeno se encuentra en la pintura bituminosa anti-ruido que cubre parte de los vagones de las series 2000, 3000 y 4000, en servicio en las líneas L1 (roja) y L3 (verde). Los vagones afectados son 38 de un total de 109. Quedan para analizar la mitad de los vagones.
Transports Metropolitans de Barcelona prevé retirar todo el amianto de la red de metro en tres o cuatro años como máximo, sustituyendo todos los trenes y estructuras con este elemento, y que no afectan a la calidad del aire, según mediciones que han dado resultados negativos. Lo ha confirmado el consejero delegado de TMB, Enrique Cañas, que ha explicado que la retirada ya estaba prevista porque están al final de su vida útil.
El consejero delegado de TMB ha remarcado que no se ha diagnosticado ningún caso de enfermedad como consecuencia del amianto entre los trabajadores del metro, ni entre los que todavía están en activo ni entre los que ya están jubilados.
Cañas ha asegurado que los análisis ambientales realizados por la empresa han confirmado que "no hay ningún efecto negativo en la calidad del aire" como consecuencia de la presencia de amianto. En cuanto a las instalaciones, Cañas ha dicho que ya se han retirado 3.000 metros cuadrados de placas de fibrocemento.