El nuevo sonido que el productor Tony Doogan ha extraído de una banda con solera como Els Amics de les Arts se ajusta como un guante a un festival como el de Cap Roig, donde el público quiere convertirse en el quinto músico y disfrutar en primera persona del concierto. Doogan, que ha trabajado con grupos internacionales de la talla de Mogwai o Belle and Sebastian, le ha dado a los catalanes en su último trabajo, "Un estrany poder", un sello que convierte la mayoría de temas en una invitación a convertirse en ese quinto 'amic'. Los Alegret, Barceló, Costa y Piqué seguramente ya habían comprobado que la apuesta por ese sonido calaba entre el público de festivales de verano, pero difícilmente habrán tenido nunca una imagen tan clara y evidente de que el objetivo se ha conseguido.
Els Amics saltaron al escenario de Cap Roig dispuestos a convencer con una buena batería de canciones de "Un estrany poder", concretamente diez de las doce que integran el álbum, aunque sin renunciar a muchos de los himnos que han creado a lo largo de más de una década. Para abrir y sin alterar el orden que Tony Doogan pensó, "Les coses" y "30 dies sense cap accident", aunque rompieron después la secuencia con "Ja no ens passa" de "Només d'entrar hi ha sempre el dinosaure".
Ese extraño poder de Els Amics de les Arts convirtió las gradas, con el paso de los minutos, en una monumental pista de baile donde los más de dos mil fieles que habían agotado hace semanas las localidades disfrutaron de esas noches mágicas de Cap Roig, en las que el Mediterráneo saca todo su arsenal de encanto veraniego.
Los cuatro músicos ya habían pisado este escenario con anterioridad y, conocedores del partido que se le puede sacar a un agosto en unos jardines de ensueño en plena Costa Brava, tiraron de su mejor arsenal para no desperdiciar ni un segundo de concierto.
Con "Louisiana o els camps de cotó", los cuatro músicos bajaron del escenario y ejercieron de directores de un coro integrado por todo el público, pero aún hubo más. En un momento de la noche, alguien pidió a gritos el clásico más clásico de Palafrugell, la habanera "El meu avi", y, después de plantearse si era posible, Els Amics se lanzó a la aventura por sorpresa de todos los presentes.
Después de todo eso y más, dos últimos temas en todo lo alto, "Jean-Luc" y "El seu gran hit", dos de esos himnos que apuestan por la comunicación-fusión entre músicos y público. En los bises, más madera con "Casa en venda", "Primer en la linia succesòria", "4-3-3" y, como despedida, "El matrimoni Arnolfini", con el que se puso fin a una de esas noches especiales que la productora Clippers Live idea año a año.
Los nuevos 'Els Amics de les Arts' han demostrado que son capaces de evolucionar, que su música está viva, que son ambiciosos sin renunciar a su marca de kilómetro cero y, sobre todo, que saben como disfrutar de una buena fiesta de verano en el Mediterráneo.