Quién más quién menos, se ha enamorado alguna vez. Excepto aquellos que, por suerte o por desgracia, no lo han 'podido' experimentar. Cuando se está dentro de esta burbuja es posible que hacerse preguntas quede en un segundo plano, pero, claro está, tarde o temprano, todo vuelve. ¿En este contexto, cuánto dura el enamoramiento? ¿Es para siempre? Vivir en una montaña rusa emocional (de pensamientos y sensaciones) podría resultar complicado. Afortunadamente (o no) todo caduca, también el enamoramiento. El psicólogo especializado en vínculos Sebastián Girona recuerda que algunos estudios sugieren que el enamoramiento podría durar entre seis u ocho meses, aunque depende de cada pareja. Por lo tanto, los cálculos matemáticos no existen, aunque a veces, estaría bien que una ecuación de segundo grado diera respuestas. Girona, argentino establecido en Barcelona, destaca que el enamoramiento va en función de los integrantes de cada vínculo y de la intensidad de cada uno "ya que el enamoramiento implica un fenómeno químico en el cerebro". Ahora bien, también pone de manifiesto una idea interesante. "Aunque siempre hablamos de enamoramiento en una relación de pareja, hay que destacar que no solo nos enamoramos de personas. Puede darse también con trabajos, ciudades, proyectos y claro está, amigos".

Las características (y complicaciones) del enamoramiento

De esta manera, tal como expone Girona, el enamoramiento presenta varias características particulares. "En primer lugar, hay que decir que una persona que está enamorada ve el mundo como si fuera de color de rosa, es decir, que lo ve diferente. Lo ve más vivo que los otros. Cuando nos enamoramos nuestro cerebro vive una revolución". Así, expone que "la descarga de adrenalina y las ganas frenéticas de estar con la otra persona, sobre todo sexualmente, nos acerca a una de las sensaciones más valiosas y diferentes que podemos experimentar en la vida".

Además, tal como subraya "el juicio crítico que todos tenemos en el día a día, en esta primera etapa, está apagado. Es decir, que la persona que nos gusta, al principio, no tiene ningún defecto y a partir de eso yo veo en el otro lo que quiero ver, no la persona real. Quizás viene de aquí el dicho de 'el amor es ciego'". Insiste en que durante esta época predomina aquello ideal y lo real y la persona que nos gusta no tiene defectos durante este tiempo. "Esta etapa puede ser un poco mentira". "Por otra parte, el cerebro de una persona atrapada por una flecha de Cupido presenta niveles muy altos de dopamina, serotonina y oxitocina", y recuerda que "eso genera, por una parte, mucho placer y, por otra, dependencia".

¿Puede durar para siempre?

Una pregunta de difícil respuesta, como no podría ser de otra manera. El enamoramiento, constata Girona, es como la vida, no se sabe cuánto dura, pero sí que se sabe que acaba en algún momento. "Es decir, por más que se alargue, en algún momento, acaba. Y está muy bien que sea así porque bajo este estado de borrachera amorosa son pocas las cosas que se pueden construir de cara al futuro en una relación".

"El enamoramiento tiene mucha intensidad y poca profundidad y uno de los desafíos que tiene cualquier pareja es el de superar este enamoramiento para construir una relación de amor que, necesariamente, tendrá que perder intensidad para poder ganar profundidad", concluye.

 

 

 

Imagen principal: amor fugaz, corazón roto (o no) / Unsplash