Este jueves sale a la venta en España "Esperanza" (Plaza & Janés, 2025), la autobiografía del papa Francisco en la que el pontífice argentino vierte sus memorias tras 88 años de vida, de los cuales casi 70 los ha pasado vinculado al sacerdocio y los últimos 11 como cabeza de la Iglesia Católica. Escrita durante más de seis años junto con el periodista italiano Carlo Musso, en un primer momento la obra estaba pensada para publicarse tras su muerte, si bien el Pontífice ha decidido avanzarlo al Jubileo de este 2025 y será, de esta forma, una reafirmación en vida de sus postulados. La publicación coincide con un escenario mundial complejo, de inestabilidad, guerras y auge populista en medio mundo, y de todo ello habla el Papa en sus páginas. También de vivencias personales de juventud, de debates actuales en la Iglesia o de su estado de salud.
Francisco, Jorge Mario Bergoglio de nacimiento, relata en primer lugar episodios de su infancia, adolescencia y detalles de juventud. "Yo también me sentí atraído por dos chicas en aquella época, una de Flores, de la parroquia, y otra del barrio de Palermo". "Salíamos en grupo, íbamos a bailar el tango. Yo tenía diecisiete años y ya sentía en mi interior la inquietud de la vocación por el sacerdocio. Ambas señoras siguen con vida y volvería a verlas siendo ya obispo: una dirigía una parroquia del barrio de Caballito y la otra aún vivía en Palermo; ambas estaban casadas y tenían hijos", explica el Papa. Posteriormente, también relata episodios ocurridos durante la dictadura argentina —que fue, de hecho, una de sus primeras polémicas al ser elegido en 2013 para liderar el Vaticano, por las acusaciones de haber protagonizado presuntas delaciones que él siempre ha negado—.
En defensa de las personas LGTBI: "Son hijos de Dios"
El Pontífice también se pronuncia en su autobiografía sobre la homosexualidad y las personas LGTBI y su relación con la Iglesia. Si bien ha protagonizado recientemente polémicas al haber hablado en entornos privados de que hay "demasiada mariconería" en la casa de Dios, Francisco ha reiterado que la Iglesia acoge a todo el mundo, "también las personas divorciadas, también las personas homosexuales, también las personas transexuales".
"¡Pero son hijos de Dios! Pueden recibir el bautismo en las mismas condiciones que los otros fieles, y en las mismas condiciones que los demás pueden ser aceptados como padrino o madrina, así como ser testigos de una boda. Ninguna ley del derecho canónico lo prohíbe", escribe en el libro. Y, al recordar que muchos países persiguen a los gais, Francisco reitera que "la homosexualidad no es un crimen, es un hecho humano, por lo que la Iglesia y los cristianos no pueden permanecer indolentes ante esta criminal injusticia, ni ser pusilánimes".
Señala el "terrorismo" de Israel contra los civiles palestinos de Gaza
El Pontífice también revela que hubo dos atentados fallidos contra él en su viaje a Irak y repasa posteriormente los conflictos internacionales de la actualidad. De la invasión rusa a Ucrania, Francisco menciona sus intentos de mediar para detener la guerra y su ofrecimiento a viajar a Moscú, a lo que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, contestó que no era "el momento". Francisco se extiende ampliamente también en la guerra de Gaza y el enésimo reavivamiento del conflicto palestino-israelí. Primero menciona el dolor que sintió el 7 de octubre de 2023 con los ataques de Hamás. "Para mí fue dos veces doloroso: en aquella matanza perdí a viejos amigos argentinos que vivían en un kibutz de la frontera con Gaza", afirma. Y añade: "A ese desastre, a esa barbarie, luego se añadiría otra, enorme: los raides aéreos israelíes, que causarían miles de muertes de inocentes, sobre todo mujeres y niños; y cientos de miles de evacuados, casas destruidas, gente a un paso de la carestía...".
El Pontífice relata que está en contacto con Gaza y con la iglesia de la Sagrada Familia, cuyo párroco es el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, que acoge a familias y enfermos,"convertida en un escenario de muerte". "La señora Nadha Khalil Anton y su hija Samar Kamal, que era cocinera en la casa de los niños discapacitados al cuidado de las monjas de la madre Teresa, murieron a manos de un francotirador del ejército israelí mientras se dirigían al convento y trataban de protegerse mutuamente. A otros los mataron a sangre fría en los alrededores de la parroquia, una pequeña comunidad cristiana que llora la muerte de más de veinte de sus miembros", describe. Y va más allá: "Eso también es terrorismo. La guerra, que mata a civiles indefensos y desarmados, incluso a voluntarios de Cáritas que distribuyen ayuda humanitaria, que atormenta sin tregua a los civiles, que reduce al hambre a la población, produce el mismo terror insensato". El Papa critica además "la vergonzosa incapacidad de la comunidad internacional y de los países más poderosos para poner fin a esta masacre, la ola de odio se ha convertido en un maremoto de violencia".
A Dios: "Que sea cuando quieras, pero, Tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico"
Francisco también se refiere a su salud, en un momento en el que ha sido evidente su deterioro físico: suele desplazarse en silla de ruedas y ha tenido que ausentarse de algunos actos o postergarlos por motivos de salud. También ha reducido sus viajes. El Pontífice afirma que incluso tras las operaciones y hospitalizaciones "nunca" ha pensado dimitir, mientras que ante la muerte confiesa: "Aunque sé que ya me ha concedido muchas, solo le he pedido una gracia más al Señor: cuida de mí, que sea cuando quieras, pero, Tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico... Así que por favor, que no me haga mucho daño".