La diplomática es la ciencia que se ocupa de la autenticidad y falsedad de los documentos. Joan Soler Jiménez se ha ocupado de hacer el análisis diplomático de la presunta "nota" de la inteligencia norteamericana que se ha utilizado para organizar la campaña contra los Mossos D'Esquadra y el Govern. Conclusión: El Periódico publica una copia simple, no autenticada; "que sea de la CIA (...) tenemos que creérnoslo y punto. Nada en el presunto original indica que provenga de la CIA, nada lo demuestra".
Soler es director del Archivo Histórico de Terrassa y paleógrafo y diplomatista por la Scuola Vaticana di Paleografia, Diplomatica ed Archivistica. Es profesor de Diplomática en el ESAGED y en la Universidad de Barcelona y presidente de la Asociación de Arxivistes-Gestors de Documents de Catalunya. Su análisis apareció en dos partes, que El Nacional presenta juntos, en dos capítulos, ligeramente editados su estilo y extensión:
I. Una presunta advertencia
El 31 de agosto, El Periódico publica: "Los Mossos recibieron la alerta de atentado en Barcelona de la CIA el 25 de mayo". La noticia se apoya en un presunto documento emitido por la CIA donde aparece la advertencia de una posible acción terrorista a la Rambla de Barcelona. El documento presentado es el siguiente:
El artículo argumenta que la NCTC (National Counterterrorism Center) –organismo que coordina más de veinte agencias de investigación y seguridad norteamericanas, entre ellas la CIA, la NSA o el FBI– habría hecho llegar a los Mossos d'Esquadra este documento. El mismo 25 de mayo, esta noticia se habría enviado a la Policía Nacional, Guardia Civil, Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La nota no dejaría de ser una información más de las múltiples notas y advertencias, avisos y preventivos, que las agencias de seguridad occidentales se envían cada día y habría pasado desapercibida, de no ser que el pasado 17 de agosto hubo un atentado en la Rambla que ha matado a 16 personas y heridos a otras decenas. De la noticia se derivaría pues, que los Mossos disponían de información muy concreta que les habría permitido tomar medidas preventivas para evitar la presunta amenaza en la Rambla.
(…) El artículo publicado por el director de El Periódico ha querido mostrar que alguna cosa podía haberse hecho antes [del atentado] y, a la vez, poner en cuestión algunos aspectos de la actuación de los Mossos. Nos ahorramos el repaso de todos los movimientos en la prensa desde el fatídico 17 de agosto, pero se resumirían así: quizá los Mossos podrían haber hecho más; no están lo bastante coordinados con las fuerzas de seguridad españolas por culpa del "procés"; que cierta prensa quiere desacreditar a los Mossos para hacer ver a la sociedad catalana que podrían evitarse desgracias si estuviéramos más "unidos", entre muchas otras cosas.
Errores bajo sospecha
Sin embargo, el revuelo se ha suscitado porque la noticia se sustenta en un presunto documento que es a todas luces sospechoso. Y digo sospechoso detrás de lo que dijo la misma mañana del día 31 el mismo Julian Assange y, de rebote, Wikileaks: el presunto documento presentado ha sido "fabricado" y es claramente sospechoso de falta de genuinidad por una larga lista de motivos. Si hay alguien en el mundo, al margen (...) de las agencias de seguridad mundiales, que ha visto más documentos originales de esas agencias es precisamente Assange. De manera que su prestigio, o al menos su bagaje y dedicación, han servido para poner en crisis rápidamente el presunto documento. Los principales elementos de crítica se han centrado en la forma intelectual del documento y en algunos aspectos filológicos:
- Las comillas >> serían de uso típicamente hispánico y no de uso habitual en los documentos en inglés de la CIA y otras agencias de seguridad.
- Los informes de la CIA suelen usar el acrónimo ESP en lugar de SPAIN para designar al Estado Español.
- El acrónimo ISIS es habitualmente usado por los medios de comunicación pero las agencias de inteligencia usan ISIL. Takl vez la nueva administración Trump ha modificado esta obligación.
- Iraq aparece escrito con k, cuando en inglés es siempre Iraq, como en catalán.
- El documento dice en "the text of the nota" que se encontrará un aviso, cuando en inglés tendría que haber sido mejor "notice" o "note". La expresión podría haber reportado la palabra en castellano si el peticionando fuera de este origen lingüístico.
- La fecha 25 may 2017 tendría que haberse escrito May 25th en correcto inglés.
- El uso de The Mossos" parece excesivamente coloquial para denominar un ente que oficialmente se llama Mossos D'Esquadra y no tiene acrónimo.
- La expresión "administratives purposes" es incorrecta gramaticalmente. Tendría que ser "administrative purposes". Puede deberse a un error de picado o de repicado, como veremos enseguida.
- Se ha puesto en duda la expresión "La Rambla Street" por ser poco ortodoxa.
Refacción de un original incierto
En definitiva, un montón de errores gramaticales, lingüísticos y de terminología técnica que hacen al documento sospechoso de falsedad. Ante esta multitud de incongruencias, que no podemos delimitar como meros errores contingentes, sino que ponen bajo sospecha todo el procedimiento de elaboración del documento, el director de El Periódico fue entrevistado en las radios. Las entrevistas han conseguido poner todo más en duda. Dudas sobre el presunto documento en sí, dudas más serias sobre el procedimiento de presentación del documento y dudas, en definitiva, sobre la existencia o no de un original.
Las excusas han sido magníficas: "los errores gramaticales y de las comillas se pueden haber producido porque el documento es de naturaleza digital y venía cifrado", o "el documento en realidad no tiene la tipografía original y lo hemos adaptado para una mejor lectura o comprensión". Memorable. En resumidas cuentas, de todo ello se desprende que se trata de lo que Vicenç Ruiz llama una refactorización, es decir, la reelaboración de un documento por la vía de la transcripción integra de su contenido, debido al peligro de pérdida del original, la inconsistencia de su soporte o su frágil integridad. Conviene decir, para mayor claridad, que me refiero al término diplomático, no al proceso informático conocido como refactoring. Es importante. La refactorización ha sido más simple. Se ha hecho por la vía del "copia y pega" del texto extraído de un arquetipo original no precisado y se ha maquetado con tipografía "Cambria". A continuación se ha extraído un fichero de imagen. Se ha añadido la marca de agua de El Periódico y se ha utilizado como imagen ilustrativa del artículo publicado.
¿Cómo era el original del cual se extrae el contenido para hacer la refactorización? Una pregunta de respuesta compleja. La Sexta ofreció una nueva refactorización, pulida con respecto al estilo, de la que tampoco sabemos si se parece a la nota original:
Como se puede observar, falta la cabecera introductoria con el "the nota" y se pasa directamente al contenido del mensaje. Se pule la expresión "administratives purposes", y se cambia la tipografía a una itálica cursiva. ¿Se trata esta tipografía la utilizada en el original o es una nueva refactorización del texto del documento de El Periódico? Probablemente es esta segunda posibilidad. La clave la tenemos en las palabras del director del diario: "el documento llega cifrado en digital". Detrás de esta expresión poco esmerada y nada técnica quiere decir que es un original extraído en formato de texto como lo son la mayoría de cables diplomáticos o entre agencias policiales. Es decir, no hay un documento en sí, un documento en papel o un PDF con el texto de la advertencia, sino un mensaje enviado por un canal de comunicación seguro que no genera documento si no se imprime o si no se extrae el texto repicándolo. Hace falta un visor o tratar el mensaje como TXT. Quizás un buen ejemplo serían los cables diplomáticos que Wikileaks publicó hace unos años y para lo cual tuvo que habilitar un visor para poder consultarlos. Una posible apariencia del original podría haber sido esta:
Otra situación habría podido ser que el texto de la advertencia fuera dictado, es decir, que una fuente oral lo hubiera transmitido a los periodistas de El Periódico y estos lo hubieran transcrito con más o menos fortuna.
En este sentido el diario dice más de una vez que la información inicialmente la tenían de forma oral. Pero esta opción, que técnicamente denominaríamos un dictatus, no permitiría explicar expresiones técnicas como (S//REL TO SPAIN) y otras abreviaturas del documento. Estas sí nos reportan algún elemento próximo al original. Son, en el fondo, símbolos imitados, abreviaciones técnicas que marcan los campos de escritura y elementos de la temática a tratar. En este sentido, improvisar o falsificar estos elementos podemos considerarlo más complicado. Nadie ha podido verificar si estas abreviaturas son utilizadas o no en los cables de las agencias de seguridad norteamericanas. Nadie las ha desmentido ni aprobado. Es un elemento a tener en cuenta para considerar la falsedad o no del presunto documento.
Reconstrucción (no definitiva) del procedimiento
Es difícil cuesta hacer una propuesta del todo precisa sobre qué procedimiento se ha seguido, aun atendiendo a que el propio director de El Periódico haya tenido tantos problemas para explicar y dar respuesta creíble a algunas de las dudas suscitadas por la nota. Pero haré un primer ensayo. Simplemente pongo en práctica el método de análisis diplomático que nos aporta esta ciencia ante situaciones de falta de contexto como es el caso de que estamos estudiando.
1. El día 25 de mayo se recibe una comunicación o cable por un canal telemático no determinado. El formato de los datos se textual, quizás sin ser formado html y sin enriquecimiento de ningún tipo. Esta información llega a todas las fuerzas de seguridad del Estado Español. Ninguna de ellas ha desmentido a día de hoy esta información, sino al contrario, han aceptado haber recibido información relacionada con el terrorismo y sus posibles acciones en Barcelona. Los Mossos han desmentido que el presunto documento que publica El Periódico sea cierto y lo cuestionan abiertamente: es un montaje. Eso hace pensar que la fecha de 25 de mayo sea simplemente una elucubración y que la fecha de recepción de información relativa a posibles atentados sea otra. Ninguna otra cuerpo de seguridad ha dicho nada más en torno a esta comunicación. Que alguna cosa llegó a los Mossos está claro desde el momento que admiten haber recibido algo que consideraron de "baja credibilidad". De comunicaciones se reciben cada día.
2. El mes de junio, según El Periódico, la información llega de manera oral al diario. De esta información se toma nota, quizás se transcribe alguna parte por vía telefónica o en reunión presencial. Esta información queda al diario como posible exclusiva, pero en stand-by, seguramente por falta de prueba "física".
3. Después de los atentados del 17 de agosto, el diario solicita una reproducción del documento hablado y comentado del mes de junio. Se busca esta prueba física para hacer más creíble la noticia que se quiere publicar y que demostraría que los Mossos ya tenían información sobre posibles amenazas de atentados en la Rambla. La fuente de la que proviene la información envía el documento solicitado pero pide que no se publique íntegramente. El Periódico respeta la petición. Con un ennegrecimiento al principio del documento se anonimiza el dato de quien solicita el documento o la información en un formato no oral. Se hace un extracto del presunto documento original que, insisto, no es el qué se publica.
4. El Periódico le da una forma nueva. De esta manera se hace una refactorización del documento en el formato que se presenta el día 31. Una refactorización que también permite a La Sexta hacer su propia versión. La apariencia de documento sin embargo, no permite aportar credibilidad de documento auténtico, para ser seguramente incompleto o por no poder verificar su completitud de manera clara, por la carencia de marcas de origen y de producción, de validaciones o nombres o códigos de quien lo redactó, de datos cronológicos... en fin, un montón de carencias de orden diplomático del documento que lo hacen sospechoso a ojos de cualquier persona. La ciudadanía ve muchos documentos cada día, y es suficientemente hábil para determinar si el documento puede ser sospechoso. Verificar la falsedad es otra cosa. De hecho, Assange había considerado inicialmente la falsedad del documento, pero después ha rectificado. Decir que es falso es toda otra cosa, en este caso no tendríamos que hablar de refactorización sino de contrafacción o producción fraudulenta.
Tejemanejes de la prensa
El activista Liz Castro apunta que hay expresiones que sí ha visto en cables de la CIA y otras que le son más extrañas o no las ha visto nunca. Por ejemplo, la frase "This information is provided only for intelligence purposes in an effort to develop potential investigative leads" es una frase detectada. En cambio "It cannot be used in connection with any foreign or domestic court proceedings or for any other legal, judicial, or administratives purposes" dice no haberla visto nunca redactada de esta manera.
De hecho, si prestamos atención a esta última frase la información que se está transfiriendo es poco más que un mensaje etéreo o evanescente: ¿qué información en el mundo se transmite y no puede ser utilizada en ninguna instancia judicial ni para propósitos de orden legal, judicial o administrativo? Sólo se me ocurre una, de naturaleza cognitiva: la literaria y de ficción. Decir eso en el documento es poco más que decir que podemos considerarlo como una historia de miedo o un cuento de terror.
En realidad, la función de esta cláusula es más sutil: que este documento no pueda ser nunca utilizado como prueba de nada ante ninguna instancia de naturaleza jurídica. Es por lo tanto, un documento fuera de sistema y no quiere ser prueba. Pero existe. En caso de que estudiemos, la prensa no actúa con un sentido jurídico stricto sensu, pero condiciona la opinión pública para que la información del documento pueda acabar provocando consecuencias de alcance jurídico. Y eso es una temeridad porque acaba contraviniendo y usando el presunto documento de manera incorrecta e incumpliendo la cláusula propiamente dicha.
En segunda instancia la nota habla "de información insubstanciada y de verificación desconocida". Estos preventivos son lo bastante claros como para que no sólo los Mossos sino todas las fuerzas de seguridad del Estado dieran a la información "baja credibilidad". El hecho de que después el 17 de agosto se produjera un atentado donde la información dice que se podría producir (...) no puede dar sombra de duda sobre la actuación de ningún cuerpo de seguridad. Desde este otro punto de vista, quizás menos diplomático y más de crítica textual y exégesis, también podemos considerar una temeridad la publicación de este presunto documento.
En última instancia [vale a decir que] la metodología que sigue la prensa española de utilizar documentos por la vía de recortes, imágenes y reconstrucciones inconsistentes es un triste servicio a la credibilidad de las noticias. Ya disponemos de pocos espacios de confianza en entornos digitales como para ir haciendo estos tejemanejes, que simplemente manifiestan no conocer bien la naturaleza de las fuentes primarias de base documental que tratan. Con más cuidado, con más conocimiento y maña en su presentación, la noticia gozaría desde el principio de credibilidad alta, predispondría incluso al ciudadano a la confianza. Haciéndolo de la manera que últimamente se hace, aunque al final la noticia pueda ser veraz o el original transmitido genuino, predispone al lector a la no credibilidad y a la desconfianza. Hay mucho que mejorar, sinceramente.
II: Finalmente ¿aparece el Original?
Después de publicar el análisis anterior, el día 31 de agosto, que evalúa la genuinidad de la refactorización del presunto informe que la CIA habría enviado a los Mossos D'Esquadra el pasado 25 de mayo, y donde tuve que trabajar sobre un montón de suposiciones y una suma alta de preventivos, El Periódico publicó el presunto original desde donde se generó la refactorización. Todo el qué decía hasta ahora sobre "The Nota" se aplicaba a la refactorización. Con el presunto original enfrente hace falta una nueva evaluación.
Copia simple
Una de las críticas que hacemos [los especialistas] habitualmente es que los documentos presentados por la prensa suelen ofrecer más defectos que virtudes. No hablemos ahora de su contenido, sino sobre todo de la parte formal, la que de entrada aporta credibilidad a la fuente primaria basada en documento que se presenta como prueba del artículo periodístico. En el anterior capítulo criticaba la suma de errores contingentes que presentaba la refactorización [de la nota] y ya se demostró que algunos eran fruto de una mala praxis por parte del diario en el momento de la transcripción.
[Con el presunto original] lo que podemos decir es que la imagen que se nos presenta es claramente borrosa, apenas si se puede leer el texto que transporta, aunque con un poco de esfuerzo se puede acabar deduciendo (esta práctica recuerda la de El País con la primera publicación de los Papeles de Bárcenas en el 2013). Se aplica una marca de agua en prueba de propiedad, práctica también habitual por parte de la prensa. Por la lectura de este presunto original se ve que la tipografía es Times New Roman (no Cambria como a la refactorización, ni cursiva itálica como la refactorización de La Sexta). Se mantiene el concepto castellano "Nota", desaparece la "s" de "administratives purposes". Desaparecen las comillas > y vuelven las " .
Lo más interesante es un ennegrecimiento en tres de los campos informativos: en el "Memo number", en la "Reference" y al inicio del texto que presuntamente se envió a los Mossos el 25 de mayo. Los dos primeros son los que permitirían reencontrar el original auténtico del documento producido. El qué publica El Periódico es una copia simple no autenticada, sin ninguna certificación, ni prueba de procedencia (sello, logo, etc) y sólo hay un signo de propiedad en la marca de agua (que es posterior y colocado por El Periódico). Que sea de la CIA –nosotros tristes mortales nunca seremos grandes expertos–, nos lo tenemos que creer y punto. Nada en el presunto original indica que provenga de la CIA, nada lo demuestra.
Lo que sí que está claro para la Diplomática y para el Derecho es que una copia simple tiene siempre valor informativo pero nunca puede ser prueba en un entorno jurídico.
El "Memo number" es en realidad un "Memorandum number", es decir, el número que identifica de manera unívoca este documento (denominado memorándum) en relación en los otros que emite el productor en el desarrollo de su actividad. La "Reference" puede hacer referencia a un número de expediente, a la persona que emite el informe o, a alguna cosa que permita trazar un camino hacia el productor del documento (una especie de tracknumber). Ya he dicho hace un momento que no soy expertos en documentación de la CIA ni de ningún otroi servicio de seguridad (...), pero es evidente que la anonimización responde a la necesidad de proteger la fuente que ha producido el documento a El Periódico pero, a la vez, nos imposibilita buscarlo por otros caminos.
Donde sí cabe alguna duda más seria (también la apuntaba Wikileaks) es con la expresión SECRETO//REL TO USA, ESP ONLY y sus derivadas que aparecen en el presunto original. Esta nos indica en primer lugar la clasificación del informe, evidentemente SECRETO, es decir, el segundo nivel de seguridad después del TOP SECRET. El REL TO quiere decir "Realeased to", es decir, liberado o que puede ponerse fuera de un entorno confidencial, en este caso, tanto en los EE.UU. como en España. En este sentido conviene abundar en la sospecha que decimos. El código de país que utiliza la CIA, según Wikileaks, se basa en la ISO 3166 "Codas for the representation of names of country and their subdivisions" [el estándar internacional para codificar los nombres de los países y colonias administrativas y sus divisiones, como provincias]. La CIA parece también utilizar la codificación STANAG 1059: "Letter codas for Geographical Entities". Efectivamente la ISO 3166 utiliza los códigos SE, ESP o 724 para España. La codificación STANAG, también utiliza ESP. Una última codificación conocida por la CIA es la GC o Geopolitical Entitites and Codes (FIPS, PUB 10-4), que utiliza SP. Ninguno de los códigos utiliza de entrada el nombre completo de SPAIN. Esta información puede encontrarse en abierto a la librería de contenidos de la propia CIA. En el presunto original de El Periódico encontramos el ESP al inicio del documento pero en la transcripción del mensaje del día 25 de mayo aparece S//REL TO SPAIN. Habría que ver el original del día 25 para determinar si eso también así o no, si es corriente y práctica habitual no utilizar código de abreviatura y desarrollar el nombre completo del país. O si, en definitiva, este podría ser un elemento de sospecha que pudiera poner en duda el presunto documento.
¿Cómo era el original del 25 de mayo?
Y aquí hay otro elemento en discusión. El presunto original que se presenta es un memorándum enviado el 21 de agosto a petición de alguien (o de oficio, eso no se puede determinar), que reporta información de otro presunto original del día 25 de mayo que no vemos en su integridad sino sólo en el asunto que se envió. Es decir, no sabemos quién envía el del 25 de mayo, si se hace con un memorándum o no (recordad que recibe la denominación no anglófona de "Nota"), ni qué "reference" tenía, ni si era de prioridad alta o no, entre tantos otros interrogantes. ¿Se utilizó el mismo canal que se ha seguido para hacer llegar el presunto original que ahora analizamos? ¿Dónde está el original del 25 de mayo? Este sería el original que valdría para demostrar de manera más fuerte posible lo qué se pretende defender.
Hay que dejar clara una cosa antes de continuar con el fin de evitar algunas de las críticas. No pongo en duda el contenido que se transmite en este presunto original, no cuestiono la "veracidad" –no soy adivino ni juez– ni pongo en duda la refactorización hecha de manera chapucera del día 31 [la primera publicación], es decir, mantengo por encima de todo la presunción de sinceridad de aquello que se nos transmite, pero trato de demostrar malas praxis que restan confianza y credibilidad. Insisto en que los Mossos, el pasado viernes, dijeron que habían recibido información en el sentido del qué dice el presunto original y que le dieron "baja credibilidad", basándose seguramente en un contenido muy vago. Ahora bien, ¿tenemos que creerlo todo simplemente por esta presunción?
Ante tanta incertidumbre (en este tema y tantos otros) el ciudadano empieza a tener derecho a saber con propiedad y de manera completa la información y la naturaleza de las fuentes utilizadas para transmitir esta información. Lo pedimos a las administraciones públicas por la vía de la transparencia, ahora lo pedimos también a la prensa por la vía de la transparencia, la ética y el derecho a la información de calidad. Esta reclamación es la que hago utilizando la Diplomática, como ciencia que estudia el contexto, la forma y la esencia de cualquier realidad documentada de naturaleza jurídica y que permite conocer con gran detalle y precisión las características de un documento. En caso de que el conocimiento de la tipología documental o del agente productor no esté claro, [los especialistas] tratramos de colaborar en qué el ciudadano sepa hacer las preguntas necesarias para recibir respuestas igualmente pertinentes. Lo que tengo claro es que este presunto original es de naturaleza jurídica, de manera que podemos aplicar un método de análisis formal sin problemas. Lo que reclamamos es más claridad en las explicaciones y en el reforzamiento de la fuente que se utiliza.
En este sentido, cuando Wikileaks filtró los cables diplomáticos de la Administración norteamericana, la prensa dedicó páginas y páginas a dotar de credibilidad y confianza a unos cables que llegaban en muchos casos con apariencias parecidas a la nota que estudiamos. En aquel momento, una revista como Der Spiegel publicaba cuadros de estas características para explicar bien cada uno de los códigos utilizados. ¿Podríamos imaginar una prensa tan bien documentada en nuestro país? ¿No habría aportado una credibilidad mucho más alta una explicación detallada de cada código? Fíjate si se hubiera hecho de esta manera:
Un último comentario
Hasta la aparición de este presunto original, la fecha que aparece de 21 de agosto no había salido en ninguna de las noticias que se habían publicado. El documento parece pues, hecho cuatro días después del atentado de Barcelona y seguramente se hace a petición de alguien o se hace de oficio por parte del productor. Quien recibe el documento es el CITCO, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. De este centro de inteligencia sale el documento que llega a El Periódico. ¿Quién filtra eso? ¿Se filtra desde el CITCO, cosa que nos haría hablar de una praxis absolutamente deplorable en temas de alta seguridad como estos? ¿Por qué no lo publica directamente el CITCO y se evita caminos colaterales, así no daría que sospechar segundas intenciones? ¿O alguien extrae el documento de alguna otra manera y tiene acceso a canales de comunicación internos y lo hace público? ¿No hay nada delictivo en esta praxis?