La última noche ha sido la más fría en el centro de Barcelona en los últimos dos años y esta mañana se ha levantado con unas temperaturas que hacían temblar. Sin embargo, este domingo a las 12 del mediodía, casi una cincuentena de activistas de la asociación Anima Naturalis se han concentrado en la salida del metro de Sagrada Familia para protestar contra la industria peletera, que tildan de "cruel" y que cada vez más países europeos están prohibiendo, como a Alemania o Reino Unido. Este domingo por la mañana el grupo de activistas ha hecho una protesta donde se han tendido en el suelo, completamente desnudos y se han rociado con sangre artificial, mientras gritaban premisas como "cuántas vidas vale un abrigo"?.
La belleza de la Sagrada Familia de Gaudí ha contrastado durante más de media hora con la crudeza de la protesta, que ha causado un gran impacto visual a los peatones y que ha atraído la atención de simpatizantes con la causa, vecinos que paseaban el perro bajo el sol de domingo y también turistas interesados que no entendían muy bien qué estaba pasando.
"Cada vez más países desarrollados prohíben las granjas peleteras y España se queda en la cola de Europa, una vez más," declara Gemma Guaza, coordinadora de Anima Naturalis en Barcelona. "Vestir pieles de animales no solo es ineficiente y anacrónico, sino que es intensamente cruel con los animales", ha añadido. El auge de entidades y movimientos animalistas ha provocado que el mensaje de repulsión contra esta industria haya calado en gran parte de la sociedad y eso se ha trasladado en una disminución de las ventas y la demanda de este producto comúnmente asociado con el lujo.
"La industria mata a visones, chinchillas, zorros e infinidad de animales por sus pieles (...). A causa del estrés que les provoca el confinamiento en el que viven, muchos de ellos se automutilan, y después son asesinados por sus pieles. Dentro de unos años, cuando los niños pregunten por qué se hacía esto, nosotros podremos decir que estábamos aquí luchando contra esta industria", ha afirmado con un megáfono durante la protesta una representante de Anima Naturalis.
La industria peletera hace años que está en duda por las condiciones en que se encuentran los animales, que viven en cautividad y que son sacrificados con técnicas "inhumanas", como lo califican los activistas. "Viven toda la vida en cajas de metal, en muchos casos a la intemperie y aguantando todos los fenómenos meteorológicos. Después son asesinados con técnicas como cámaras de gas o electrocutados, para no estropear las pieles, y en algunos casos son despellejados todavía vivos y plenamente conscientes", explica una portavoz de Animas Naturalis.
Las granjas de visones, las más importantes y criticadas
En España hay 37 granjas de visones que crían unos 750.000 ejemplares de esta especie con el objetivo de extraer las pieles, que son de las más reclamadas en el mercado peletero. De estas 37 granjas, 31 están a Galicia, 3 en Castilla y León y 1 en Aragón, en el País Vasco y en Valencia. La misma organización que ha organizado la protesta de este domingo en la Sagrada Familia llevó a cabo un reportaje entre el 2020 y el 2021, cuando pudieron entrar en algunas de las granjas de visones más importantes de Galicia. En las imágenes que grabaron se puede observar el maltrato al cual están sometidos estos animales y también las ínfimas condiciones de higiene de las granjas. Más allá de las condiciones de los visones, otro de los puntos más polémicos de las imágenes es el vertido de residuos orgánicos y químicos en riachuelos y zonas naturales que se encuentran en los alrededores de las instalaciones. Una práctica estrictamente prohibida por la legislación.
"Después de décadas de exponer la realidad de las granjas peleteras, creemos que podemos asegurar que mejorar las condiciones en que viven los animales es imposible. No existe normativa ni voluntad para reducir o eliminar el sufrimiento de los animales", explicó Belén González, portavoz de la organización animalista, después de la difusión de las imágenes en cuestión. "En nuestro reportaje, observamos vertidos de purines y contaminación de arroyos en tres de las explotaciones. Una de ellas ya tiene denuncias previas por numerosas irregularidades y presentaba aguas residuales estancadas en sus alrededores", añadió.
La cría de visones en España, además de suponer grandes controversias éticas por la mala calidad de vida de los animales, ha generado problemas ambientales importantes por el hecho de que se trata de una especie exótica que, al producirse fugas, amenaza el equilibrio biológico de la península Ibérica.
Otra de las problemáticas de estas granjas se vivió durante las primeras olas del covid, cuando el virus se extendió entre centenares de miles e incluso millones de animales en cautividad y que supuso que se tuvieran que sacrificar por evitar que se contagiara a los humanos. Uno de los casos con más resonancia mediática se vivió en Dinamarca, donde el gobierno decidió sacrificar diecisiete millones de visones por precaución mientras la covid se extendía de forma incontrolable en las granjas.