Una "anomalía" ha hecho perder el control de la misión Peregrine, poco después de despegar hacia la Luna. Según ha informado la empresa Astrobotic, el módulo de aterrizaje lunar se ha separado con "éxito" del cohete Vulcan de la United Launce Alliance (ULA) y ha empezado a recibir telemetría a través de la red de espacio profundo de la NASA. "Todos los sistemas de aviónica, incluida la unidad principal de mando y tratamiento de datos, así como los controladores térmicos, de propulsión y de potencia, se han encendido y han funcionado como se esperaba", ha explicado la compañía, antes de añadir lo siguiente: "Desgraciadamente, se ha producido una anomalía, que ha impedido que Astrobotic consiga una orientación estable hacia el Sol". Es decir, que el módulo ha perdido la capacidad de cargar las baterías y mantener el suministro de energía. El equipo intenta responder en tiempo real al problema.
El despegue se ha producido este lunes desde Florida, a las 7.20 horas GMT (las 8.20 horas en Barcelona). El cohete Vulcan Centaur (de la empresa norteamericana ULA) se ha elevado según lo previsto y sin "problemas significativos" con la misión Peregrine (de la empresa Astrobotic), cargada de instrumentos de la NASA para analizar la superficie de la Luna. Los problemas han llegado después, cuando un problema técnico ha impedido que el módulo consiga una orientación estable hacia el Sol y, por lo tanto, pierda la capacidad para cargar a las baterías para el suministro de energía. Si el problema se soluciona y finalmente consigue llegar a su destino, será la primera misión norteamericana (y privada) a llegar a la Luna en más de 50 años.
Abaratar los envíos a la Luna
La previsión era que Peregrine aterrizara en una región de la cara oculta de la Luna, conocida en latín como Sinos Viscositatis (bahía pegajosa, en catalán). El trato era que la NASA pagaría a Astrobotic 108 millones de dólares para llevar cinco experimentos en el marco del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), el objetivo del cual es abaratar el coste del envío de objetos en la superficie lunar. En el caso de la NASA, se trataría de la primera misión robótica comercial de la agencia norteamericana que llegaría al satélite.
Sea como sea, en la ULA están "muy contentos" con el despegue exitoso de su nuevo cohete Vulcan Centaur: el éxito final de la misión supone un paso en la certificación oficial de este tipo de cohetes, la nueva y más poderosa gama de la compañía norteamericana. Y es que, hasta ahora, sus cohetes eran muy caros para la mayoría de los clientes comerciales. Con Vulcan, la ULA busca una mayor cuota de mercado: Amazon ya ha comprado 38 de los 70 lanzamientos previstos para el Proyecto Kuiper, una constelación de satélites de comunicaciones para proporcionar internet rápido y asequible a comunidades de todo el planeta. En esta línea, la Fuerza Espacial de los EE.UU. desea que se realicen con éxito dos lanzamientos del Vulcan antes de poner a bordo cualquiera de sus cargas útiles.
Muestras de ADN de presidentes y 'Star Trek'
La ULA ya tiene planeado un segundo despegue, que podría tener lugar en abril y que llevaría encima el Dream Chaser. Se trata de un avión espacial sin tripulación construido por Sierra Space para entregar carga a la Estación Espacial Internacional.
A bordo del cohete que se ha elevado este lunes había las cenizas y muestras de ADN de celebridades y figuras prominentes como George Washington, Dwight Eisenhower, John F. Kennedy y Ronald Reagan. También hay restos y muestras de ADN de Gene Roddenberry y su mujer Majel, creadores de Star Trek, así como de actores de la serie televisiva como Nichelle Nichols, DeForest Kelley y James Doohan.