Algunos no recuerdan nada, otros dicen que oyeron el lanzamiento de objetos. Un agente dice que oyó detonaciones y otro que no. Algunos vieron a sus compañeros salir de la furgoneta, otros no lo saben. Así ha sido la declaración de los antidisturbios que iban en dos de las furgonetas que se detuvieron justo en el lugar desde donde supuestamente se efectuó el disparo que hirió a Ester Quintana. Son los mossos de la Dragó 403 y la Dragó 414, las dos que acompañaban a la furgoneta donde iban los dos acusados, la Dragó 40.
Su testimonio no ha aclarado absolutamente nada. Sólo ha servido para ver que durante la investigación interna, algunos de ellos mintieron sobre donde pararon el vehículo, asegurando que nunca bajaron de la furgoneta en el cruce del Passeig de Gràcia con Gran Via. Un vídeo los desmintió y les acabaron abriendo un expediente. Hoy tampoco han sabido explicar porqué los expedientaron. De hecho, todos han asegurado que no lo saben.
Así como los de la Dragó 403, que se detuvo en la segunda posición y no llevaba escopetero, han admitido que no había disturbios y que oyeron detonaciones, los de la Dragó 414 no recuerdan prácticamente nada de los hechos. Los agentes han hecho equilibrios para no entrar en contradicciones entre dos versiones que ellos mismos dieron y para no señalar como culpables a los compañeros. Un juego de encubrimientos y de no aclarar nada que poco aporta en el juicio, más allá de la falta de rigurosidad con la que se hicieron los informes basados en las explicaciones de los antidisturbios.
En la única cosa que coinciden es que la furgoneta donde iban los dos acusados estaba en el ángulo de tiro de la zona donde estaba Quintana. También han coincidido en que todo fue muy rápido, que fue una "intervención fugaz".
El dolor de espalda, la coartada
Dentro de las furgonetas van 7 agentes pero sólo hay dos que disparan: El escopetero y el lanzador. El primero va con arma larga y puede disparar salvas y pelotas de goma. El segundo tira proyectiles de foam. Según los agentes de la 414 su escopetero bajó de la furgoneta en el momento de los hechos, pero hizo sin el arma porque "le hacía daño la espalda".
De hecho, aseguran sus compañeros que le dolía la espalda desde la mañana (trabajaban desde e las 7 de la mañana y los hechos pasaron cerca de las 21h). El escopetero declarará este jueves por la mañana.
Si los escopeteros de la 403 y de la 414 bajaron sin escopeta, sólo queda el escopetero de la Dragó 40 como sospechoso de disparar. Que de hecho es uno de los acusados que ya admitió durante la instrucción que disparó salves. Pero ninguno de los mossos que han declarado hoy le vieron.
Tiros descontrolados
Días después de los hechos, Afers Interns les pidió un informe sobre todo lo que recordaran, incluidos los disparos efectuados, lugar y hora. Como muy bien ha explicado uno de los agentes de la 403, el informe se redacta haciendo un ejercicio de memoria. "No se había hecho nunca", ha indicado.
De esta manera se redactó el informe y se perdieron algunos tiros por el camino como el disparo del proyectil en la Ronda Sant Pere o el de delante de el Apple Store que hasta hoy en el juicio no se ha admitido.
Sobre el tiro de la Ronda Sant Pere, el responsable de la 414 ha admitido que no lo autorizó, que fue el agente que llevaba la lanzadera quien decidió disparar para "cubrirlos", e informó de ello más tarde.
La furgoneta, una carraca
Las tres furgonetas de la unidad que se detuvo en el cruce del Passeig de Gràcia con Gran Via, no pararon una tras la otra. La última, la 414, se puso en paralelo en la primera, la Dragó 40. Eso abre la duda sobre quienes de los antidisturbios dispararon, porque los testigos siempre han dicho que fue la primera furgoneta. Pero delante de todo había dos. Por eso los de la 414 ocultaron en un principio su posición.
Hoy hemos sabido porqué no se detuvo en tercera posición y se avanzó. La furgoneta era vieja y no corría lo suficiente y siempre se quedaba retrasada. Ante este hecho el cabo de la 414 pidió poder adelantarse cuando estuvieran parados.
Todos los agentes de la 414, han explicado con pelos y señales que su furgoneta no "tiraba", iba lenta, era una carraca. Era de las antiguas y le costaba seguir a sus compañeros.