Nunca es buen momento para un apagón general, pero queda claro que, en pleno trayecto de tren, todavía menos. La línea S1 de los Ferrocarriles Generales de Catalunya (FGC) entre Terrassa y Plaça Catalunya, como el resto de líneas y, básicamente, todo el territorio catalán se ha quedado sin electricidad.

Tren parado, incertidumbre y nervios. Hasta los 5 minutos de la inmovilización del vehículo, no ha habido noticias de la incidencia. No obstante, el maquinista ha acabado confirmando la caída de la tensión en toda la línea y, con el máximo tacto posible que se puede tener ante una situación como esta, sugerir a los pasajeros que la paciencia es la mejor compañera de viaje en un trayecto como este.

Una odisea a pie sobre raíles

A pesar de la delicadeza de la situación, los pasajeros del tren han respondido de buena manera, una vez mentalizados de que la avería iba para largo. Algunos de ellos han decidido seguir con sus auriculares y ponerse cómodos. Otros, no han tardado en entablar conversación con los desconocidos con quienes este lunes les ha tocado compartir una inédita situación: "A las 15:00 horas tengo que estar en el aeropuerto", comentaba uno de ellos, preocupado.

La gestión de la situación por parte de FGC y, en concreto, del propio maquinista, ha sido inmejorable. Al cabo de unos 5 minutos de revelar que se trataba de un problema a nivel general, ha comunicado que "procederemos a evacuar el tren". Se ha hecho por la puerta más próxima a su cabina, y aunque la escalera de emergencia que se ha adaptado para hacer bajar a la gente del medio de transporte no era ni mucho menos estable, el personal de las estaciones más cercanas — en este caso la del Peu del Funicular y Sarrià — han contribuido a ayudar a los pasajeros a pisar sobre suelo de nuevo.

Y es que, en este caso, ha surgido otro gran problema. Aparte de la inestabilidad de la escalera, una vía de tren no está diseñada para recorrerla a pie. Entre los raíles y las tablas de madera, piedras de la medida de una pelota de tenis han complicado a los pasajeros el avance hacia la estación más cercana. De los más jóvenes y, evidentemente, de las personas mayores. Además, en el tren viajaba una persona en silla de ruedas. Mientras el resto evacuaban, el personal que estaba ayudando valoraba como proceder en este caso.

Overbooking en los medios de transporte de las estaciones de destino

Y al llegar a la estación a la que se dirigía el tren, Sarrià, otra consecuencia: los medios de transportes de las estaciones de destino, es decir, los autobuses y los taxis, estaban sobresaturados. Overbooking en los autobuses, demanda disparada en los taxis y, para acabar colmo, tráfico enloquecido. Sin duda, un caos que no augura mejoras si no se recupera la normalidad.