Efectivos desplazados en la localidad valenciana de Pedralba han encontrado el cuerpo sin vida de Susana, una joven de 30 años con síndrome de Down, que desapareció con su padre, José Javier Vicent, después del paso de la DANA el pasado martes 29 de octubre mientras se encontraban en su casa situada en el lado del barranco del pueblo. José Javier Vicent, 56 años, y su hija de 30, desaparecieron cuando estaban en su casa en el campo, situada a 3 kilómetros de Pedralba. Sin embargo, las autoridades mantienen la búsqueda activa del padre. Susana Vidal, mujer de José Javier y madre de Susana, explicaba a El Mundo, que a las 18:00 horas martes su marido le envió un mensaje de WhatsApp "diciéndome que pasaba mucha agua por delante de la casa y ya no he vuelto a saber de ellos. El móvil sale como si estuviera apagado".

Batidas con drones

Para encontrar los cuerpos de ambos las fuerzas de seguridad han hecho batidas con drones que llevan sensores térmicos, y además, la familia también ha organizado desde hace 10 días batidas por su cuenta con la colaboración de personas anónimas que se han sumado gracias a la difusión por las redes sociales. Susana no está participando en la búsqueda y espera en su domicilio en València. "Primero me quedaba en casa con la esperanza de que aparecieran, caminante y cubiertos de barro, ahora no me siento con fuerzas para ir hasta esta zona", ha confesado. Hace solo dos días todavía confiaba en encontrar a su familia "José Javier es una persona muy fuerte y conoce mucho el terreno. Tenemos la casa desde hace 30 años. Quizás están refugiados en algún lugar, en alguna zona para cazadores, incomunicados, a la espera de que se les rescate. Es un sitio con mucha vegetación". Aunque admitía que "otra posibilidad es que hayan sido arrastrados por la corriente y se hayan quedado enterrados en el barro".

Padre e hija habían ido a pasar la semana a la casa de campo de la familia, mientras que Susana, que es administrativa en una empresa de mensajería, se quedó trabajando en València. A las 14:00 horas del mismo martes habló con su marido y la situación estaba controlada y no llovía. No fue hasta las 18:00 que llegó el mensaje de alerta de su marido. Según explica la misma Susana, se puso en contacto con los vecinos del lado, que le explicaron que la casa de campo, de una planta, que se encontraba al lado del río, la fuerza de la DANA lo había destrozado. El agua entró y llegó hasta casi el techo de la casa, solo había una distancia de 10 centímetros. "La puerta estaba abierta. Los muebles flotaban y atascaban las entradas. Quizás ellos intentaron salir para subirse al tejado y el agua no se lo permitió y los arrastró. No estaban ni el coche ni la furgoneta, que tal vez han sido atropellados. Las llaves estaban en la casa", relataba a El Mundo y ABC.

Susana también pedía ayuda para el Centro Ocupacional La Torre, donde trabajaba su hija Susana en el taller de artesanía. Según explicaba, el centro ha supuesto una gran alegría para la joven. "El profesorado tiene una vocación tremenda. Es necesario que este centro se reconstruya urgentemente porque es muy importante para la vida de las personas que están en él. Han perdido la cocina, los materiales, el taller informático y tres vehículos," señala Susana. El centro tiene más de 70 usuarios con diferentes tipos de discapacidades.

Localizados dos cuerpos en la Albufera

En paralelo, los equipos de búsqueda en el lago de la Albufera de València han encontrado este viernes dos cuerpos sin vida, diez días después del paso de la DANA. Precisamente este viernes el servicio de Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València ha ordenado la suspensión de toda la navegación en el lago y sus canales, excepto la destinada a las tareas de rescate, inspección o limpieza, para facilitar las tareas de búsqueda en profundidad de víctimas, con el propósito de "mantener la seguridad". Desde hace dos días, los efectivos de emergencia tienen como prioridad la búsqueda de víctimas tanto en el río Magro como la rambla del Poyo, la desembocadura del Turia y la Albufera.

En busca de Rubén e Izan en Torrent

Unas 150 personas, entre las que hay vecinos, miembros de equipos de rescate, sanitarios y buzos, buscan desde primera hora de este viernes a Rubén e izan, los dos niños de 3 y 5 años, en las proximidades de su casa en Torrent, en la cual desaparecieron durante la riada cuando es encontraban con el suyo pare. Los primeros miembros del dispositivo, organizado entre voluntarios, han salido en vehículos como todoterrenos y motos, después de que el grupo más numeroso haya salido a pie para recorrer el terreno de cerca dividido hasta en cinco sectores. 

"Intentamos ir todos en fila, cinco metros de espacio entre cada uno, todos frenamos si vemos algo, avisamos, no nos agrupamos, marcamos ubicación y seguimos adelante, no podemos formar alboroto", ha apuntado uno de los coordinadores de la búsqueda antes de salir. Además, ha destacado la importancia de "mirar la siembra y los naranjos, que es el que ha hecho de filtro" en la bajada del agua el pasado día 29, momento en el que los niños fueron arrastrados por la riada mientras su padre consiguió cogerse a un árbol, donde quedó atrapado durante cuatro horas.