¿Cómo será el área metropolitana de Barcelona dentro de unas décadas? ¿Cuáles son los aspectos a tener en cuenta ahora para preservar un futuro de calidad? ¿Cuál será la importancia ecológica, medioambiental y de movilidad? Eso es lo que persigue el Plan director urbanístico metropolitano (PDUM). Este es el instrumento urbanístico que ordena, planifica y estructura la metrópolis de Barcelona. El PDUM y el Plan de ordenación urbanística metropolitano (POUMet) sustituirán el Plan General Metropolitano (PGM), de 1976. La aprobación inicial del PDUM da cumplimiento a la figura de planeamiento establecida por la Ley 31/2010, de 3 de agosto, del Área Metropolitana de Barcelona y a los objetivos del mandato 2019-2023.
Antecedentes y trayectoria hasta el momento actual
El año 2015 se iniciaron los trabajos de redacción del Plan, cuyo avance fue aprobado por el Consejo Metropolitano el 26 de marzo del 2019, momento en que se inició el periodo de información pública, que se alargó hasta el 31 de enero del 2020 con el fin de favorecer el proceso de participación. Dentro de este plazo, se recibieron más 2.000 sugerencias y aportaciones por parte de personas físicas y jurídicas, así como los informes de los ayuntamientos metropolitanos y de varios entes públicos. El documento del PDUM para su aprobación inicial ha tenido en consideración todas las aportaciones y observaciones recogidas en estos informes, la gran mayoría de las cuales han sido recogidas en la propuesta.
El PDUM se ha aprobado con un elevado consenso técnico, político, territorial y social
El PDUM se elabora en un momento en que coinciden la necesidad, la voluntad, la posibilidad y la obligación de hacerlo. El Plan General Metropolitano (PGM) incluye 27 municipios, mientras que el resto hasta llegar a los 36 han desarrollado planeamientos generales más recientes. El servicio, la utilidad y la eficacia del Plan General Metropolitano han tenido una duración de más de cuatro décadas, pero ahora muestran signos de agotamiento.
La misma flexibilidad que ha permitido introducir con relativa facilidad centenares de modificaciones y desarrollar múltiplos y varias figuras de planeamiento derivado ya no puede absorber los nuevos retos y demandas. En el resto del territorio metropolitano fuera de estos 27 municipios enmarcados dentro del PGM, donde el planeamiento urbanístico es más reciente, la necesidad mayor no solo viene de la obsolescencia de las disposiciones, sino de la falta de visión metropolitana. Este desgaste y la falta de una verdadera visión de conjunto del planeamiento metropolitano reclaman, pues, una revisión. Al mismo tiempo, la multiplicidad de planes y regulaciones que se han superpuesto a lo largo de los años al territorio metropolitano ha creado una cierta saturación que conduce a la complicación y a la confusión.
El PDUM dibuja una Barcelona metropolitana del 2050 regenerada, policéntrica, renaturalizada y cohesionada
Esta oportunidad ha hecho resurgir una renovada confianza en el planeamiento. Se reconoce, de esta manera, la capacidad del planeamiento no únicamente para hacer compatibles las voluntades y las demandas de los diversos agentes que intervienen en este proceso de desarrollo, sino también para potenciarlos mediante la coordinación de sus intereses.
Igualmente, las condiciones técnicas, políticas y juridicoadministrativas que coinciden en el momento actual se combinan con la capacidad política y, al mismo tiempo, con el mandamiento irrenunciable de emprender el plan director otorgado por la Ley 31/2010 del Área Metropolitana de Barcelona.
Misión y objetivos
El PDUM aspira a plasmar espacialmente un modelo de desarrollo urbanístico metropolitano que tiene como premisa de partida dar respuesta a las necesidades de la población metropolitana basándose en las capacidades del territorio.
El nuevo Plan director urbanístico del AMB proyecta una metrópolis policéntrica, con 15 polos de atracción urbana
Este modelo se concreta en 10 objetivos: reforzar la solidaridad metropolitana; potenciar la capitalidad metropolitana; naturalizar el territorio potenciando los valores de la matriz biofísica; mejorar la eficiencia del metabolismo urbano; articular el territorio a partir de una estructura policéntrica; fomentar una movilidad activa y sostenible repensando las infraestructuras metropolitanas; favorecer la cohesión social por medio de la vivienda, el espacio público, los equipamientos y el transporte público; rehabilitar y reciclar tejidos urbanos; incrementar la complejidad y la habitabilidad urbana; y, finalmente, impulsar la competitividad y la sostenibilidad de la economía metropolitana.
Cuatro ejes estratégicos
El PDUM tiene cuatro ejes estratégicos que guían las propuestas más concretas. En primer lugar, la preservación de las funciones y los servicios de los ecosistemas metropolitanos para hacer emerger la infraestructura verde como el principal condicionante del desarrollo urbano. En segundo lugar, la recuperación de estructuras y continuidades urbanas para configurar una ciudad metropolitana de proximidad, a la medida de las personas, con más equilibrio e integración con los espacios abiertos, y que al mismo tiempo garantice su papel a escala regional.
El PDUM prevé más de 120.000 viviendas asequibles estables y 870 km de ejes verdes
Seguidamente, la regeneración urbana, con transformación de los tejidos urbanos con la intención de generar resiliencia, redistribución de los recursos, y mejor calidad de vida. Por último, la transición ecológica, social y tecnológica de las próximas décadas al área metropolitana para conseguir una reducción de los impactos ambientales, una mejor adaptación al cambio climático, un reaprovechamiento de los recursos y una economía más sostenible.
Configuración de una estructura urbana y social
EL PDUM proyecta una red de avenidas metropolitanas que suman más de 240 km, así como plantea 870 km de ejes verdes. El PDUM visualiza una ciudad metropolitana basada en una red de avenidas, calles, parques, ejes verdes y equipamientos que prioriza a las personas, cohesiona los barrios y facilita la movilidad a pie, en bicicleta y en transporte público.
La estructura urbana y social del PDUM está formada por un sistema de vías estructurantes: avenidas metropolitanas, calles, conectores y caminos; el sistema de parques y ejes verdes estructurantes, y las centralidades y equipamientos. Esta estructura de tamaño humano quiere ser el pilar de las futuras transformaciones urbanas y vincular el modelo urbano a una movilidad de proximidad y sostenible.
Intermodalidad de transporte y proyección de una red de avenidas metropolitanas
EL PDUM apuesta para que en el 2050 la mitad de los desplazamientos en la metrópolis se hagan a pie o en bicicleta y el 30% en transporte público. También prevé que se reduzca a la mitad el uso del vehículo privado en el área metropolitana. Sin embargo, proyecta 10 grandes avenidas metropolitanas que sumen 240 km. EL PDUM garantiza el derecho a la accesibilidad con dos estrategias: reordenación de usos y proyección de una red de avenidas metropolitanas. Este Plan redistribuye los usos para acortar las distancias y posibilitar que los desplazamientos cotidianos sean a pie o en bicicleta.
La ciudad metropolitana tiene que tener una visión ambiciosa de las grandes infraestructuras tanto con respecto a la red vial como la red ferroviaria con el fin de descarbonizar la movilidad, mover el máximo de personas con medios sostenibles, y que no supongan una barrera para la ciudad metropolitana. El modelo de estructura urbana y social va ligado a un replanteamiento de la red vial segregada metropolitana, hecho que reconfigura ciertos nodos estratégicos con el fin de priorizar la continuidad de las avenidas, crear ciudad allí donde hay discontinuidades y favorecer al máximo el intercambio modal.
Sistemas de autopistas y autovías, avenidas metropolitanas y nodos estratégicos
El PDUM propone tres grandes tipos de actuaciones:
- Los sistemas de autopistas y autovías. Las transformaciones en la red vial segregada responden a un replanteamiento de su estructura que permita pasar de la superposición de dos modelos, el de las vías radiales segregadas y el de las vías de circunvalación que forman las rondas, a utilizar estas últimas para distribuir y gestionar el tráfico en la ciudad central.
- Las avenidas metropolitanas y la red vial segregada. La propuesta del PDUM busca la combinación de ambos elementos. Algunas actuaciones requerirán reconfigurar un nudo viario para dar paso a la avenida, o transformar la vía segregada para convertirla en avenida, o bien compatibilizar las dos.
- Los nodos estratégicos. Para posibilitar la continuidad de las avenidas metropolitanas, el PDUM propone también una serie de actuaciones específicas en la infraestructura viaria segregada; concretamente, sobre los principales cuellos de botella que representan algunos enlaces o nodos viarios.
Más vivienda asequible y nuevas centralidades
El nuevo Plan director posibilita que el 10% del parque de vivienda social sea estable, así como prevé más de 120.000 viviendas asequibles estables para el 2050. Con el fin de conseguir los objetivos de ampliación y redistribución de la vivienda asequible, el PDUM propone la intensificación de las reservas sobre los nuevos desarrollos, las actuaciones de transformación de interés metropolitano y las estrategias en suelo urbano para dotar de vivienda asequible. Así pues, se intensifican las reservas de vivienda de protección pública en los ámbitos de centralidad metropolitana delimitados por el Plan y para los futuros planos, así como en los ámbitos de oportunidad metropolitanos que se encuentran en municipios con déficit de vivienda asequible estable, y las incrementan hasta el 50% del techo residencial.
EL PDUM distingue 15 nuevas centralidades que permitirán aumentar el reequilibrio de la metrópolis y superar la dicotomía entre el centro y la periferia, así como identifica 115 ámbitos que permitirán desarrollar más de 135.000 viviendas y disponer de 20 millones de metros cuadrados renovados para actividades económicas. La ciudad metropolitana futura no crecerá en extensión, pero hace falta que potencie ciertos lugares. El PDUM propone unas áreas de centralidad fuera de la ciudad central con el fin de distribuir los lugares de actividad y de residencia, equilibrar las oportunidades con respecto a dotaciones y acercar las redes de movilidad sostenible. Las 7 centralidades ordenadas son Cruïlla Sant Boi, Porta Diagonal, la Torrassa, Quatre Camins, Riera de Palau, Montgat y Besòs Central. Las 8 no ordenadas son Prat Nord, Porta Delta, Baricentro, Montcada Bifurcació, Besòs-Gran Via C-31, Hospital General, TV3 Diagonal y Castelldefels UPC-Estació.
Impulso de la infraestructura verde
La preservarció de los espacios abiertos y el hecho de que tengan un papel central en la articulación de la metrópolis de Barcelona es clave para el PDUM. De hecho, se aumenta en un 4,2% el suelo no urbanizable. El Plan protege los espacios naturales y agrarios de la metrópolis, quiere garantizar el valor ecológico y la capacidad de aportar beneficios a las personas. Además, plantea una red de parques y ejes verdes que integran la naturaleza en la ciudad para tener más calidad de vida ante el calor extremo y la contaminación del aire.
Para revertir la situación actual, el PDUM propone la ordenación de la infraestructura verde como base estructural del desarrollo urbano considerando cuatro tipos de actuaciones principales: la preservación de los espacios abiertos, la recuperación de la actividad agraria, la mejora del ciclo integral del agua y el establecimiento de una red de verde urbano interconectada con su entorno.
Impulso a la actividad económica
El PDUM protege la actividad industrial en los polígonos y adecua los usos en el territorio. El nuevo Plan proporciona los mecanismos para proteger la actividad industrial y, al mismo tiempo, flexibilizar los usos que puede haber. El Plan incluye todos los polígonos de actividad en dos categorías de funciones: los segregados de los tejidos residenciales y con buena accesibilidad en la red vial básica -en la función especializada de actividad económica-, y los integrados con los tejidos residenciales en la función mixta.
El PDUM permitirá disponer de 20 millones de metros cuadrados el techo renovado de actividad económica. El nuevo modelo urbanístico prohíbe el uso residencial en las áreas especializadas de actividad económica en los polígonos de actividad segregados de los tejidos residenciales. En estos ámbitos, todo el techo será destinado a la actividad económica y las dotaciones que le den apoyo. La estrategia garantiza en estos polígonos especializados un mínimo del 30% del uso productivo y asegura el mantenimiento del techo existente en cualquier operación de transformación.
Un nuevo concepto: el metabolismo urbano
El metabolismo urbano es el conjunto de los flujos ambientales de un municipio, como agua, materiales, energía, concebidos como si fuera un ecosistema. Este nuevo concepto urbano propuesto parte de una infraestructura verde que preserve los recursos, con especial incidencia en los recursos hídricos, la producción de alimentos y los servicios ecosistémicos de regulación y soporte. Además, una estructura urbana y social eficiente que propicie la autocontención y las relaciones de proximidad. En definitiva, un modelo de movilidad sostenible y bajo en emisiones donde se priorice la movilidad activa y el transporte público. Se trata, pues, de una ordenación del tejido urbano que garantice la reducción de demandas en edificaciones y actividades, que permita maximizar la generación de energías renovables y que genere al mismo tiempo entornos saludables.