El Ártico perderá todo el hielo marino una década antes de lo previsto, según un artículo publicado en la revista Nature este martes. La investigación, encabezada por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pohang (Corea del Sur), prevé que este hielo desaparecerá durante los meses de septiembre a partir del año 2030-2050 en todos los escenarios de emisiones. Eso quiere decir que esta posibilidad tendrá lugar incluso en un escenario de bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Recordemos que hace solo una semana que se alertó de que ya se han superado 7 de los 9 límites "seguros" y "justos" de deterioro medioambiental.
Fue en marzo cuando el sexto informe de evaluación del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) previó que el Ártico habrá perdido prácticamente todo el hielo marino durante los meses de septiembre a mediados de siglo, en escenarios de emisiones intermedias y altas (no bajas). Pero el estudio de este jueves adelanta la fecha hasta el 2030, en todos los escenarios de emisiones. Son unos resultados que ponen de relieve "el profundo impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero en el Ártico y demuestran la importancia de planificar y adaptarse a un Ártico estacionalmente sin hielo en un futuro próximo", indican los autores.
El impacto humano en el hielo del Ártico
La situación no es nueva. El hielo marino del Ártico ha disminuido rápidamente en todas las estaciones del año durante las últimas décadas, especialmente desde el año 2000. Ahora, en los meses de septiembre lo perdería todo. Es así que el equipo científico recuerda que un Ártico sin hielo marino afectaría a las sociedades humanas y los ecosistemas naturales, tanto dentro como fuera de la región: por ejemplo, cambiaría la actividad marina, aceleraría más el calentamiento de la zona y alteraría el ciclo del carbono.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han utilizado datos de observación entre 1979 y el 2019 para restringir las simulaciones de modelos climáticos. Los resultados sugieren que el impacto humano en la disminución del hielo marino en el Ártico puede observarse durante todo el año y puede atribuirse en gran parte al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por el contrario, la contribución de los aerosoles y los factores naturales (como la actividad solar y volcánica) resultan ser muy menores. Sin embargo, es verdad que la revista PNAS publicó en mayo un estudio sobre cómo el Protocolo de Montreal y la limitación del uso de aerosoles ayuda a retrasar este escenario: el tratado entró en vigor en 1999 y retrasa hasta 15 años la aparición del primer verano ártico sin hielo. Sin el protocolo, la temperatura media mundial en la superficie sería medio grado más cálida el año 2050; en el casquete polar ártico, un grado más.