"Intervine en todo momento para cumplir el mandato del Parlament, a quien yo me debía". Así, sin salir del guión, siguiendo la misma línea de su declaración en el Tribunal Superior de Justicia durante su propio juicio, Artur Mas se ha vuelto a hacer responsable del 9-N.
Hoy el expresident ha declarado como testigo en el juicio a Francesc Homs a petición de la defensa. El fiscal no le ha preguntado nada, igual que hizo el fiscal a Emilio Sánchez Ulled en Barcelona cuando Homs compareció como testigo en el juicio de Mas.
Durante una comparecencia corta de 25 minutos, Mas ha vuelto a repetir los argumentos que ya expuso durante su declaración como acusado en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y ha expuesto que ningún poder del Estado actuó para parar la consulta. Hubo mucho tiempo para que alguien se acordara de que aquello podía ser un gran delito y nadie se acordó. Ni antes ni después", ha sentenciado.
"Había que hacer alguna cosa que permitiera escuchar la voz de la gente", ha expuesto Mas para explicar el mandato que tenía del Parlament, que es quien lo eligió como presidente, y con quien tenía el compromiso.
Con la ley de consultas anulada "se tenía" que hacer" alguna cosa que permitiera escuchar la voz de la gente. No se tomaron decisiones unilaterales, como se dice", ha justificado el expresident. "Entramos en un proceso conflictivo desde un punto de vista político. Aquel esquema quedó alterado por el TC a petición del Gobierno español", ha relatado Mas, que ha querido concretar exactamente qué salida se dio al compromiso para el proceso soberanista: "Ni la consulta suspendida por el TC, ni el proceso participativo que se ideó en sustitución de la consulta, ni uno ni el otro, tenían efectos legales vinculantes. Estábamos apelando a derechos fundamentales: Participación, libertad de expresión, libertad ideológica... Lo que hacíamos tenía, evidentemente, consecuencias políticas pero no consecuencias vinculantes legales".
Artur Mas ha criticado el hecho de que el TC no respondiera al recurso que presentó el Govern para aclarar que es lo que se tenía que suspender exactamente y ha denunciado que hubo un "abuso de poder del Gobierno de la nación".
El expresident ha recordado que la junta de fiscales de Catalunya, el 17 de noviembre, hizo un informe por unanimidad certificando que no había indicios de delito en el proceso participativo. Justamente este escrito que figura en el sumario, el Tribunal estudia tenerlo en consideración antes de dictar la sentencia de Francesc Homs.
Nuevamente Mas ha recuperado uno de los argumentos de las defensas del juicio del 9-N en Barcelona exponiendo que la providencia no recogía la advertencia que la Advocacía del Estado pidió por orden del ejecutivo de Rajoy. Así la providencia obviaba avisar al Govern de que si no suspendía el proceso participativo podía haber consecuencias legales.
Las tres diferencias
Artur Mas ha querido ser muy pedagógico y no ha desperdiciado que estaba delante de los siete magistrados del Tribunal Supremo para explicar cómo el Govern cambió el rumbo con la primera prohibición del Supremo respecto de la ley de consultas.
La consulta "tal como la teníamos ideada no la podíamos hacer por la prohibición del TC", ha explicado, y por este motivo "se cambió el formato" y "como Govern nos quedamos bastante solos".
El expresident ha sido claro y concreto. Ha diferenciado punto por punto la consulta prevista del proceso participativo que se acabó celebrando.
Las tres diferencias que ha expuesto Mas son: El censo, que se construyó a partir de los participantes. La duración: la consulta se tenía que hacer en un día y el proceso participativo empezó el 9-N y se acabó el 25 de noviembre. Y los organizadores, que en la primera consulta estaban en manos del Govern, y en el caso del proceso fueron 42.000 voluntarios los que se hicieron cargo de la logística última. "Sin ellos no hubiera sido posible", ha dicho Mas.
"Aquellas cosas que tienes grabadas a la memoria"
Artur Mas ha reproducido la reacción del Govern durante todo el proceso previo al 9-N. El expresident ha explicado que una vez anulada la ley de consultas y sin unidad política, "la primera reacción de Rajoy cuando comprobó que se había roto la mayoría parlamentaria fue decir 'es una noticia excelente".
Es una de "aquellas cosas que tienes grabadas a la memoria", ha dicho el ex president. Pero "a veces las noticias excelentes duran poco", ha explicado Mas que dijo. Y ha recordado como Rajoy, después, "hizo mofa, se rió, y despreció" el proceso participativo, calificándolo "de una ocurrencia más".
"Durante bastantes días se despreció con una burla continuada", ha expuesto.