Conmoción en el Reino Unido. La tranquilidad nocturna en el castillo de Windsor ha quedado rota por culpa de un asalto de película que ha puesto en alerta a los equipos de seguridad de la casa real británica. Según han informado varios medios ingleses como The Sun o The Telegraph, dos encapuchados asaltaron la propiedad de la Casa Real mientras los príncipes de Gales, Guillem y Kate Middleton, junto con sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis, dormían en escasos metros, en Adelaide Cottage. El acto vandálico se produjo el mes pasado, y según relatan, los asaltantes utilizaron un camión para atravesar una puerta de seguridad y después escalaron una valla de casi dos metros de altura, pero el objetivo principal era robar vehículos agrícolas, en concreto, consiguieron llevarse una camioneta Isuzu negra y un quad rojo, de Shaw Farm, una granja situada en el interior de la finca del castillo. Después del robo, huyeron.

La policía local ha detallado que los agentes acudieron hasta el lugar de los hechos después de recibir una llamada por un robo en un terreno de Crown Estigues a Windsor, en el oeste de Londres, poco antes de la medianoche del 13 de octubre. En declaraciones en el diario The Sun, los agentes han declarado que "hacia las de las 23:45 horas del domingo recibimos un informe de robo en una propiedad en un terreno de Crown Estate, los delincuentes entraron en una granja y huyeron con un camión Isuzu negra y un quad rojo. Después se dirigieron hacia el área de Old Windsor/Datchet". La policía de Thames Valley han indicado que "no se han realizado detenciones de momento y se está llevando a cabo una investigación".

Conocimiento del terreno

Las informaciones que llegan desde el Reino Unido apuntan que es una operación "meticulosa y preparada" y que los ladrones tenían un conocimiento previo del terreno. Las informaciones apuntan que los asaltantes habían elaborado un plan de vigilancia durante días, estudiando los patrones de seguridad y las rutas de posible escape del castillo. Esta hipótesis cobra fuerza gracias a la precisión con la cual localizaron los vehículos, que apunta que conocían su ubicación en el interior del complejo. La entrada se hizo después de que los agentes armados acabaran su jornada, así como las entradas públicas en el castillo de Windsor. Según apunta The Sun, "hay alarmas en el Castillo de Windsor, pero la primera vez que alguien se enteró de que había un robo fue cuando atravesaron la barrera de seguridad en la salida de Shaw Farm Gate".

El robo coincide con la retirada de policías armados de las entradas principales del castillo. Aunque no se ha establecido una conexión directa entre los dos hechos, la retirada de la vigilancia podría haber facilitado la entrada de los ladrones en el recinto. Estas decisiones han despertado a las críticas hacia las autoridades responsables de la seguridad del castillo. La policía ha detallado que "era una noche del domingo en una semana escolar, por lo cual los Príncipes y sus hijos estarían durmiendo en Adelaide Cottage, muy cerca, pero todavía en el terreno. (...) La barrera tuvo que ser reemplazada porque estaba muy dañada", se apostilla. Se descarta que en el momento del robo el rey Carlos III y la reina Camila estuvieran en el castillo.