He aquí el asentamiento fenicio que puede reescribir la historia de Catalunya: el yacimiento de Sant Jaume d'Alcanar. Hace un tiempo que arqueólogos, restauradores y conservadores de la Universitat de Barcelona (UB) trabajan para demostrar que era una factoría fenicia, después de haber encontrado numerosos vestigios que apuntan esta posibilidad. Si se demuestra la teoría, se trataría del asentamiento fenicio más al norte del Mediterráneo —cosa que comportaría la reescritura de la historia y un impacto "trascendental" en la investigación internacional, según el arqueólogo David Garcia. La previsión era que la campaña de excavación se alargaría hasta finales de este mes de agosto.
La prudencia marca el trabajo que durante un cuarto de siglo han llevado a cabo los miembros del Grupo de Investigación en Arqueología Protohistórica (GRAP) de la UB al yacimiento de Sant Jaume d'Alcanar. En esta campaña de excavación, los investigadores auguran poder distinguir entre las dos hipótesis sobre el origen del asentamiento. Previsiblemente, no queda nada para mirar de descifrar la incógnita sobre el espacio. Una treintena de personas, divididas en dos turnos, han participado en las tareas de excavación, restauración y conservación del yacimiento.
¿El palacio de un caudillo o una factoría fenicia?
La primera teoría, y prioritaria hasta ahora, apunta la posibilidad de que se tratara de una residencia o un palacio de un caudillo o caudilla que tuvo una estrecha relación con el pueblo fenicio. Así lo denota la fortificación de los edificios de dos plantas, la muralla de seis metros de altura y los vestigios encontrados en los restos de los almacenes. "Estaríamos hablando de unos personajes indígenas que mandan mucho, pero que tienen unas relaciones muy estrechas con los navegantes fenicios que llegan hasta aquí, con quienes intercambian productos de valor. A la vez, los fenicios también estarían influenciando mucho a la hora de construir este palacio", explicó Garcia a la ACN hace dos semanas.
Pero los hallazgos de las últimas campañas han abierto la puerta a una segunda teoría: que en realidad se tratara de una factoría fenicia, un núcleo con actividad orientada al ámbito comercial. La cantidad de cerámica fenicia localizada en este espacio y más concretamente la vajilla encontrada, así como otras circunstancias sobre la disposición y estructura de los edificios, son algunos elementos que habrían hecho replantear esta hipótesis alternativa. Es decir, que se trataría de un espacio con pocos habitantes, pero con movimiento constante de comerciantes y marineros fenicios. Se ha estudiado el 35% del yacimiento, lo que corresponde a las áreas más públicas como un templo, la cocina o los almacenes. Ahora, los esfuerzos se han centrado en estancias de carácter más privado, con la esperanza de demostrar esta nueva teoría. Un elemento que podría acabar de confirmar las sospechas sería encontrar una inscripción fenicia en la vajilla de marineros, tal como ha pasado en otros asentamientos de esta comunidad.
Ambas teorías comparten que existía una clara influencia fenicia en ámbitos como la religión, el poder, la defensa o la arquitectura. El asentamiento constaba de unos 700 metros cuadrados muy fortificados, donde se instalaron las primeras torres de ocho metros de altura de la zona, que en aquella época solo encontraban su homónimo en países del Oriente Medio como Siria, Egipto o Israel. De acuerdo con los estudios hechos hasta ahora, el asentamiento estuvo activo justo antes de la llegada de la cultura ibérica (entre el año 800 y 500 a.C.). Un ataque promovido posiblemente por ciudadanos de otras comunidades indígenas de Benicarló y Vinaròs podrían haber puesto fin a Sant Jaume, que fue quemado intencionadamente después de la batalla.
Pronto tendríamos que salir de dudas, aunque ya hay voces del mundo académico que lo ven claro —tal como pasó en el congreso internacional de estudios fenicios en Eivissa de este otoño. "Los profesionales de la materia nos preguntaron por qué tardábamos tanto en decir que Sant Jaume era fenicio, que ellos lo tenían claro. Nosotros preferimos ser muy prudentes, pero la balanza se ha decantado bastante. Nos faltaría el elemento final de autoconvencernos a nosotros mismos, parece que somos los últimos que faltemos para hacerlo", detalló Garcia.
La primera colonización mediterránea, 200 años antes
El arqueólogo remarcó que la trascendencia que comportaría la nueva teoría tendría una "proyección internacional". "En Catalunya se ha planteado siempre el discurso que la primera colonización mediterránea e histórica que se da es por parte del mundo griego en el área del Empordà. Y resultaría que no, que serían los fenicios en el área de las Terres del Sénia y del Ebre 200 años antes de lo que nos pensábamos", subrayó. Ante este contexto, Garcia afirmó que también haría falta reescribir la historia y considerar el yacimiento de Sant Jaume d'Alcanar como el asentamiento fenicio situado más en el norte de todo el Mediterráneo.
El de Sant Jaume no es el único yacimiento en el cual trabaja el GRAP. En Ulldecona, hace años que estudian los yacimientos de la Moleta del Remei, Ferradura-els Castellets y la Cogula. Los investigadores tildan la tercera campaña en la Cogula como "espectacular" después de descubrir que el yacimiento no está tan destruido como creían en un inicio y, por el contrario, es mucho mayor de lo que se imaginaban. Por otra parte, en estas últimas campañas han podido determinar la funcionalidad de los tres yacimientos. Así, pudieron determinar que la Moleta del Remei era un gran poblado, mientras que el resto cumplen funciones estratégicas de "primer nivel" en relación con las rutas locales comerciales. En el caso de la Ferradura-els Castellets, se trataba de un puesto de control de rutas locales de norte a sur, mientras que el Castell podría cumplir la función de control por la zona sur. Con respecto a la Cogula, Garcia ha destacado que su perspectiva de 360 grados la convertía en una atalaya que permitía un control político y geográfico del entorno.