"Era muy agradable, no daba problemas y siempre saludaba". Esta es una frase que se ha repetido hasta la saciedad cuando los periodistas acuden a hablar con vecinos o conocidos de los asesinos después de un crimen. No sorprende que sea así, pese a que en el imaginario colectivo se halla la psicopatía como causa principal de cualquier delito de sangre y, como asevera el Dr. Bernat Tiffon, psicólogo forense y profesor de psicología jurídica y forense de la Universitat Abat Oliba CEU y ESERP Digital Business & Law School, para que sea un psicópata primero debería mostrar un "comportamiento de tipo antisocial". Esto es muy significativo, especialmente a nivel social, dado que muestra la alta exposición que existe a la ciencia ficción y los estereotipos en gran parte de la población.
El perfil criminal engloba diferentes variables y en ninguno de los casos se repite el patrón del comportamiento antisocial. Sí que aparecen la dependencia junto a las personalidades ansioso-evitativas y límites, pero nunca el psicópata caracterizado en famosos largometrajes como el Joker. Aunque, en cualquier caso, la exaltación que llevaría a cometer el asesinato sería desencadenada por una pérdida de control. Tal y como explica la Dra. Vanesa Berlanga, estadística, analista y metodóloga profesora de la UAO CEU y la Universitat de Barcelona, esta explosión bajo presión -como podría ser presenciar una infidelidad- puede llevar al individuo a "matar a pesar de haber tenido siempre una vida lineal". Por lo que un psicópata no tiene porque convertirse en un sanguinario asesino.
El análisis psicológico y criminal descarta la psicopatía
Los trece casos más mediáticos de los últimos años en Catalunya, desde 2018, recopilados en el libro Disección forense de la personalidad criminal de asesinos, descarta en todos los casos el comportamiento antisocial que se debería haber observado en el Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI-IV). Como explican ambos expertos y autores de esta obra científica a ElNacional.cat, los trastornos que más aparecen en los criminales son la personalidad dependiente, evitativa y límite. Aunque lo más sorprendente es, quizás, que los menos significativos son los comportamientos antisociales, compulsivos (sujetos de alto nivel de responsabilidad) y esquizoides, "estos se caracterizan por tener una personalidad retraída y circunspecta", remarca el Dr. Tiffon.
Si basamos el asesinato en las tres claves que explica del Dr. Tiffon (precio, recompensa y promesa) en el artículo sobre el perfil criminal, el psicópata no encontrará la misma motivación que la mayoría de asesinos en el acto criminal en si mismo. Básicamente porque con este tipo de trastorno tiene una capacidad inferior o nula para la empatía y también se convierte en un inadaptado social, entre otros rasgos narcisistas, la manipulación o las mentiras. El diagnóstico es complejo y la psicopatía puede encontrarse en muchos estratos de la sociedad actual, pero no siempre tiene que estar relacionada con un delito de sangre. La mayoría de criminales son personas normales y corrientes que en un momento dado, motivados por un detonante clave, explotan y deciden atacar y acabar con la vida de otra persona.