El papa Francisco murió este lunes 21 de abril en su residencia de Santa Marta y su funeral se celebrará este sábado, 26 de abril, a las 10.00 horas, en la plaza de San Pedro del Vaticano. La ceremonia, a la que está previsto que lleguen jefes de Estado de todo el mundo, estará oficiada por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re. Cuando se acaben todos los actos funerarios, el cuerpo del papa Francisco será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor para ser enterrado, según dejó escrito al pontífice argentino en su testamento. A diferencia de sus predecesores, Francesc no será enterrado en la cripta vaticana y en un ataúd sencillo. “Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capella Paulina (Capella del Salus Populi Romani) y la Capella Sforza de la citada basílica Papal, como se indica en el documento adjunto. El sepulcro tiene que estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”, consta en su testamento.

La Capella Paulina de la basílica Santa María la Mayor / EFE

La devoción del papa Francisco

El papa Francisco ha escogido Santa María la Mayor para su descanso eterno porque, tal como había explicado alguna vez, la Virgen es su gran devoción, especialmente la Salus Populi Romani, más conocida como nuestra Señora de las Nieves, una de las vírgenes más querida por los romanos, protectora de su salud, y por el papa Francisco. La imagen que llegó a Roma el año 590 d.C, y antes de ser pontífice, el papa Francisco, siempre que iba a la capital italiana, trataba de pasar un rato en este lugar. La imagen consiste en una representación bizantina de María con el Niño sobre un fondo dorado que, según la tradición, fue creada por san Lluc Evangelista, patrón de los pintores.

El pontífice argentino ha sido durante su papado muy devoto de este icono, al cual siempre acudía antes y después de cada viaje apostólico que hacía. Tanta era la devoción del Papa, que hace solo un mes, después de 38 días ingresado por sus problemas respiratorios, lo primero que hizo al salir del Hospital Gemelli de Roma fue acudir a rezar a la iglesia. El icono de la basílica, el Salus Populi Romani, fue trasladado a la plaza de San Pedro la noche del 27 de marzo del 2020, cuando Francesc rezó por el final de la pandemia de la covid delante de un mundo confinado. Ante esta devoción, el Papa ha decidido no ser enterrado en la cripta vaticana y ha escogido una pequeña capilla en Santa María La Mayor.

Las basílicas papales de Roma

La basílica de Santa María la Mayor está situada en la colina romana del Esquilino, y es una de las cuatro basílicas papales de Roma, junto con San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Se trata de una iglesia antiquísima, cuyos orígenes se remontan al tiempo de los primeros cristianos, todo y que, con el paso de los siglos, su apariencia y estilo arquitectónico, naturalmente, fue cambiando. En Roma existe la leyenda que la basílica es fruto de un milagro: en el año 352 d.C, la virgen se apareció en sueños a una rica familia patricia romana y al papa Liberio, adelantándoles que la mañana siguiente un prodigio indicaría el lugar para dedicarle un templo. Al despertar, un 5 de agosto, esta zona del Esquilino empezó el día raramente nevada. La primera iglesia fue construida en este mismo sitio, donde cada año, este día, Roma escenifica la nevada milagrosa (ahora lanzando pétalos blancos o copos artificiales).

Santa María la Mayor es el único templo de Roma que conserva su estructura original, de origen paleocristiano, con el paso del tiempo su arquitectura asumió diferentes estilos, hasta la actual fachada barroca del siglo XVIII. Además, el templo está estrechamente vinculado a la corona española, especialmente desde que el papa Alejandro VI (1492-1503) encargara su imponente artesonado, según la tradición, con el primer cargamento de oro llegado de América por decisión de la reina Isabel La Católica. En la entrada del templo, todavía actualmente se alza una estatua del rey español Felipe IV (1605-1665), que se convirtió en su benefactor. En 1953, el papa Pío XII reconoció en su bula Hispaniarum Fidelitas los “privilegios honoríficos” de España en favor de la basílica. Por esta razón, los monarcas españoles tradicionalmente han ejercido el cargo de “protocanónigo honorario”. Juan Carlos I y la reina Sofía visitaron el templo en enero de 2018.

El descanso del Papa

El papa Francisco ha escogido que su nicho esté en la nave lateral del templo, entre la Capella Paulina y la Capella Sforza. La primera está situada en el corazón del templo y está decorada hasta la zona de la cúpula de mármoles de colores. En el interior de la capilla encontramos el relicario del Salus Populi Romani, diseñado por Girolamo Rainaldi y realizado por Pompeo Targone, está compuesto por cuatro columnas de jaspe de Barga. Su capa uniforme simula un cielo nublado y evoca una puerta celestial. Los frescos de la sala son obra de Giuseppe Cesari, conocido como Caballero de Arpino, quien dirigió un grupo de pintores, entre los cuales se encontraban artistas del calibre de Giovanni Baglione, Lodovico Cigoli y Guido Reni. En la cúpula aparece la Virgen es recibida en la gloria celestial.

Por su parte, la Capella Sforza, situada al lado de Paulina, es un mausoleo de los Cardenales Guido Ascanio Sforza di Santa Fiora y de Alessandro Sforza. Es la última obra diseñada por Miguel Ángel, que concibió una planta rectangular oblicua, llena de movimiento, con ábsides laterales elípticos y un espacio cuadrado destinado al altar. Sus líneas ya anticipaban el estilo barroco.