Josep Pàmies, una persona que se considera un experto en salud y nutrición pero no tiene ningún tipo de aval certificado, vuelve a convocar un encuentro de "besos y abrazos" para el próximo martes 14 de julio. Ya hizo una saltándose las normas del confinamiento en plena desescalada de la pandemia en Balaguer y ahora desplaza la actividad a Sant Pere de Ribes, Garraf.

De momento, ninguna autoridad pública ha suspendido el encuentro de que, a diferencia de cualquier establecimiento, no cuenta con ninguna licencia ni permiso para poder concentrar a un número ilimitado de personas. Desde la asociación que lidera Pàmies, Dulce Revolución, avisan de que la concentración se hará de seis a ocho de la noche, no hace falta inscripción previa ni tienen limitado el aforo.

El objetivo del primer encuentro, según los organizadores, fue "contrarrestar la farsa de las medidas represoras e inperants sobre la mal llamada pandemia del coronavirus". Más allá de incumplir los protocolos sanitarios y de seguridad, se despejan tesis no fundamentadas científicamente y ponen en peligro la salud de las personas.

Así pues, defienden el consumo de MMS o dióxido de cloro para cuidarse. Una sustancia prohibida por el consumo humano. A pesar de defender el consumo de este producto químico, a su página web disfrazan sus principios vendiendo productos naturales como aceites, miel, entonces o incluso podemos encontrar un kilo de nueces por cinco euros.

El encuentro se hace sin mascarilla y sin respetar las distancias de seguridad: besos y abrazos en abundancia y fuera de los núcleos próximos y controlados de cada ciudadano. El acto anterior fue denunciado por el Consejo de Colegios de Médicos de Catalunya, el Consejo de Colegios Oficiales de Médicos y el Ilustre Colegio Oficia de Médicos de Alacant para promocionar terapias alternativas contra el coronavirus pero la Fiscalía archivó la causa porque no vio delito.

En paralelo, el líder de la organización sigue defendiendo y promocionando sus discursos a través de las redes: "Nos queréis fumigar las ciudades para acabar con el coronavirus. Por qué criminalizáis el dióxido de cloro, es lo mejor para protegerse si pillan una de estas pandemias que existen. Estamos hartos del gobierno", sentencia Pàmies. Este componente químico es un desinfectante y oxidante habitualmente usado por el tratamiento de aguas potables y residuales como alternativa al cloro.