Un perfecto desconocido en el barrio. Así es el hombre que esta mañana ha sido abatido a tiros por los Mossos d'Esquadra después de entrar en la comisaría de Cornellà con un cuchillo en la mano y al grito de "Alá es grande".
Pero si él es desconocido, no lo es tanto su pareja (o ex pareja desde hace poco, según algunos vecinos). En el barrio todos la conocen, aunque sea de vista, porque cuando comenzó la relación con el agresor se colocó el pañuelo islámico. "Es una chica alta y guapa que se puso el velo porque según decía, él se lo había pedido", asegura Mari Carmen, una vecina del bloque de enfrente. Una pareja joven, que vive en el edificio del atacante, explica el mismo: "A él le habíamos visto poco, hacía un año que vivía, y ella se puso el pañuelo". Todos coinciden en que nunca había habido problemas, al menos públicos, ni entre la pareja ni con los vecinos del edificio.
La mujer tenía dos hijas, de entre 10 y 12 años, de una anterior relación que, estos días, estarían con su padre. Las niñas van a una escuela concertada católica que hay junto al domicilio. Un grupo de vecinas que lleva a los hijos en el mismo centro reconoce que les sorprendió cuando vieron que ella se colocaba el velo: "Más que nada porque las niñas siguen yendo a colegio católico".
El domicilio del atacante, situado entre las calles de Garraf y la República Argentina de Cornellà, está a escasos dos minutos de la comisaría de los Mossos. Los agentes no descartan ninguna hipótesis.
El atacante, de nombre Abdelouahab Talib, era nacido en Argelia en abril de 1989 y tenía NIE español.
A esta hora el edificio del hombre abatido a tiros está acordonado por los Mossos d'Esquadra, que a medida que pasan las horas están ampliando el cordón de seguridad en torno a la vivienda.
El caso está levantando mucha expectación en un vecindario humilde y tranquilo que, según algunos vecinos, en los últimos tiempos ha recibido un gran número de población extranjera.