Los llamados "ayuntamientos del cambio" no presentan diferencias "sustanciales" con el resto de ayuntamientos con respecto a sus partidas presupuestarias destinadas a educación, bienestar comunitario o medio ambiente. Han incrementado los gastos pero no las inversiones, según las conclusiones de un informe elaborado por el Observatorio de Servicios Urbanos (OSUR). El informe analiza la evolución de las cuentas locales entre los años 2010 y 2018 de 21 ciudades españolas en base a cifras oficiales.
Analizando las grandes líneas presupuestarias, la inversión en educación es ligeramente superior en el 2018 por parte de los gobiernos tradicionales, con 47,63 euros por habitante delante de los 46,18 euros de los nuevos actores.
El informe destaca que desde 2015 el gasto destinado al funcionamiento de centros docentes de preescolar, primaria y educación especial, ha crecido exponencialmente en ambos tipos de gobiernos municipales, hasta los 36,11 euros de los tradicionales, un 21% más que los 28,72 euros de los nuevos. Las partidas para servicios complementarios a educación como becas para el comedor u otras ayudas, mantienen la tendencia y son prácticamente iguales.
El bienestar comunitario, la vivienda y el transporte público
Con respecto al bienestar comunitario no hay diferencias destacables entre ambos tipos de gobierno. Así, los gobiernos tradicionales dedican a esta partida agregada 153 euros por habitante por término medio anual, delante de los 151,63 de los gobiernos municipales del cambio.
La vivienda en los ayuntamientos del cambio ha tenido una sustitución de colaboración público-privada en la construcción de viviendas públicas con capital estrictamente público. Madrid es la ciudad que más ha gastado en el 2018 en promoción y gestión de vivienda de protección pública (40,39 euros por vivienda) delante de los 20,18 euros por habitante de Barcelona.
En el transporte público es uno de los servicios en que se ha destinado más dinero en general por parte de los ayuntamientos. El año 2018 los ayuntamientos del cambio se comprometieron a gastar 50,91 euros delante de los 44,59 de los ayuntamientos tradicionales.
Para Ramiro Aurín, director general de OSUR, "los autodenominados ayuntamientos del cambio han confundido gasto con inversión. Sin aumento de las inversiones los servicios no mejoran, mientras que el aumento de otros tipos de gasto compromete a la estabilidad financiera del ayuntamiento de largo pazo".