El Ayuntamiento de Begur (Baix Empordà) ha cobrado más de 20.000 euros en multas por consumos excesivos de agua y reducirá la presión a todo el municipio para fomentar el ahorro ante la entrada en preemergencia. Hasta ahora, después de instalar contadores electrónicos a todo el pueblo y a las urbanizaciones, el consistorio ya ha interpuesto unas 70 multas. La alcaldesa, Maite Selva, admite que "es triste" que "a veces solo se entienda el idioma de la sanción", pero que se han encontrado con casos flagrantes donde el consumo era estratosférico. Ahora, el Ayuntamiento impulsará más medidas para reducir el consumo. Redactará una normativa que obligará a las nuevas viviendas a tener depósitos y subirá el último tramo del recibo del agua para encarecer la factura a quien más gasta.

Begur es uno de los municipios que, a pesar de no estar obligado a hacerlo, se dotó de un Plan de Emergencia ante la sequía. "Nuestro consumo de agua era excesivo y consideramos que teníamos que hacerlo; además, hay que tener en cuenta que, por su tipología, Begur tiene una gran población flotante", concreta la alcaldesa. De hecho, para verlo solo hay que echar un vistazo a las cifras. Begur tiene unos 4.200 habitantes censados, pero durante la temporada alta, su población se llega a multiplicar por siete. Está salpicado de urbanizaciones, cuenta con 5.700 viviendas —de las cuales unas 4.000 son segundas residencias— y tiene hasta 28 hoteles y dos campings.

Contadores inteligentes y avisos

Para conseguir bajar el consumo de agua, y sobre todo penalizar a aquellos que abrían el grifo sin pensárselo, el Ayuntamiento instaló contadores inteligentes en todas las viviendas y empresas. Esto le ha permitido monitorizar con detalle qué consumo hace cada uno y ver quién malgastaba el agua. "Estos dispositivos, que ponemos a cero cada semana, nos han ayudado mucho; es un trabajo casi quirúrgico", concreta Selva. Y a partir de aquí, llegaron los avisos y después, las sanciones. "Primero hicimos pedagogía, y enviamos muchas cartas, tanto a los consumidores domésticos como particulares que se sobrepasaban con el agua; y a partir de aquí, cuando reincidían, es cuando hemos multado", explica la alcaldesa.

Contador inteligente de un edificio de Begur / ACN

Hasta ahora, el Ayuntamiento de Begur ya ha puesto una setentena de multas a grandes consumidores. Todas son de 750 euros, aunque la gradación —para aquellos que persistan— permite llegar a los 3.000. Maite Selva explica que, contrariamente a lo que se piensa, el problema no han sido las piscinas, sino el riego automático. Sí que se han encontrado con gente que ha llenado piscinas de nueva construcción a pesar de la emergencia —en Begur no se podía— y los han sancionado. Pero la gran mayoría de multas hacen referencia a aquellos que se resistían a tener el jardín seco. Mucha gente renunció a regar; pero ha habido otros que no lo hicieron, y que tenían un jardín precioso con césped verde en un momento en el que no tocaba", precisa la alcaldesa de Begur.

De hecho, entre estos sancionados (propietarios de segundas residencias) hay casos realmente flagrantes. "Nos hemos encontrado con consumos de viviendas que equivaldrían a los que harían 150, 200 o incluso 300 personas; eso es una burrada", admite Maite Selva.

Más de 20.000 euros

De las multas que se han interpuesto, de momento el Ayuntamiento ya ha cobrado 45. En global suponen más de 20.000 euros (porque si se pagan durante los primeros días, hay descuento). "Con el resto se han presentado alegaciones, algunas de las cuales se han aceptado, y otras no o bien están en trámite", especifica Selva.

Las sanciones, sin embargo, se han revelado efectivas. Porque la multa se acompañaba de una clara advertencia: si la situación continuaba, el Ayuntamiento y la compañía —Aguas de Catalunya— instalarían un dispositivo que reduciría drásticamente la entrada de agua a la vivienda. "Solo llegaría agua para los usos domésticos básicos y necesarios", dice la alcaldesa. Y de momento, añade, no han tenido que poner ninguno, porque la gente ha entrado en razón. "Sí que es verdad que en todos aquellos que eran reincidentes, y a quienes hemos sancionado, han reducido el consumo de agua; es triste, porque la gente a veces solo entiende el idioma de la sanción", lamenta la alcaldesa de Begur. "Nuestra voluntad no es hacerlo, pero esta es una de las herramientas, o podríamos decir la herramienta, que nos ayuda a paliar este exceso de agua", precisa.

Menos presión del agua

Los pasos que el Ayuntamiento de Begur ha dado hasta ahora han ayudado a reducir al consumo de agua en el municipio. En diciembre del año pasado, llegó al pico de 576 litros por habitante y día. Y en los últimos meses, según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA) se ha situado muy por debajo. En agosto, fue de 313 litros; en septiembre, de 356; y en octubre —el último dato disponible— subió hasta los 409 litros.

La alcaldesa admite que, a pesar de los esfuerzos, todavía está por encima del consumo que fija la preemergencia por sequía (210 litros por habitante y día). Y adelanta que el Ayuntamiento impulsará nuevas medidas para incentivar más el ahorro de agua. "De entrada, estamos trabajando para reducir la presión de la red en todo el municipio; queremos tirarlo adelante lo antes posible", dice Selva, añadiendo que eso los ayudará no solo a reducir consumos a las viviendas, sino también a controlar los escapes. Porque, de hecho, la red de agua de Begur es tan ingente —tiene 52 urbanizaciones— que otro de los problemas son las pérdidas en las cañerías.

"De hecho, esta es la razón que explica que, a pesar de estar en temporada baja, en octubre se haya incrementado el consumo; cuando hay menos gente en Begur, el agua que se pierde por los escapes repercute más a la hora de calcular los litros por habitante y día", explica Maite Selva. "Tenemos detectados los escapes y vamos trabajando; ya hemos hecho obras, y allí donde podemos, enseguida, se actúa, pero tenemos una extensión de municipio muy amplia y muchos kilómetros de territorio", concreta la alcaldesa.

Nueva normativa y cambios en el recibo

En paralelo a reducir presión, el consistorio también llevará a cabo otras medidas. Hace poco, por ejemplo, se han cambiado las plantas de las zonas ajardinadas de entrada al municipio por otros más resistentes a la sequía. Y según adelanta Selva, desde el Ayuntamiento también se impulsará una nueva normativa municipal de ahorro de agua. Entre las medidas que se incluirán, estará la obligación de que todas las viviendas de nueva construcción deban tener dos depósitos. "Uno para recoger las aguas residuales y destinarlas al riego del jardín, y otro para poder aprovechar el agua de lluvia; lo exigiremos a partir del momento en que nos pidan la licencia", dice la alcaldesa.

Además, el consistorio también subirá el último tramo del recibo (precisamente, aquel que graba a los que más consumen). "Estamos revisando las tarifas del precio del agua, el primero y el segundo tramo los dejaremos como están, pero sí que el tercero lo queremos incrementar, y que sea mucho más elevado de lo que es ahora", explica la alcaldesa de Begur.

Que no paguen justos por pecadores

Maite Selva reitera que "es muy triste" tener que tocar el bolsillo para que los grandes consumidores se lo piensen dos veces a la hora de abrir el grifo. Pero también añade que lo que se tiene que evitar —y que quieren hacer— es que paguen justos por pecadores. "Tenemos gente que va con muchísimo cuidado, pero lo que no puede ser es que por culpa de los que vienen a pasar las vacaciones, o que no quieran ahorrar agua, esto acabe repercutiendo en el resto", dice. "Tiene que pagar quien realmente hace mal las cosas", concluye a la alcaldesa.