El juez que dirigirá el juicio contra seis Mossos d'Esquadra acusados de causar la muerte del empresario Juan Andrés Benítez, mientras lo reducían a la calle Aurora del Raval, el 6 de octubre del 2013, ha prohibido a los medios de comunicación tomar imágenes de los acusados mientras declaren. Tampoco se podrán grabar los testigos ni los peritos forenses. El juicio público, que empezará el lunes, se podrá seguir desde la sala y también se podrá registrar el sonido, pero no se podrán grabar las imágenes de nadie que tenga que declarar. Para prohibirlo el magistrado José Luís Ramírez ha tenido que redactar un auto judicial de 13 páginas argumentando las medidas que se han tomado y que llevan al extremo el derecho a la intimidad personal y lo anteponen al derecho de la libertad de información.
El tiempo al que se tienen que acotar las televisiones en el momento de explicar las noticias es el principal escollo según el juez. En el auto remarca que "el tiempo es un producto extremadamente escaso y valioso, lo que se traduce en la necesidad de seleccionar sólo algunos fragmentos de lo que se ha grabado para dar difusión" y añade que esta selección "acaba sesgando la información" y provocando noticias que tiran hacia la vertiente "sensacional y espectacular". El magistrado interpreta que las imágenes en vez de "reflejar la realidad acaban creándola" y que eso "intensifica riesgos".
El auto es extremadamente garantista con los acusados y argumenta que la difusión de las imágenes de las declaraciones del juicio pueden incidir en el comportamiento de los testigos y del jurado popular. En su opinión, pueden propiciarse juicios paralelos que pueden interferir gravemente sobre el juicio oral y que generan un riesgo añadido de "teatralización de todo el proceso, con su previsible pérdida de rigor".
Con la medida, el magistrado del caso Benítez quiere evitar "el efecto de perpetuación de la imagen" en Internet. Todos estos "riesgos" argumentados por el magistrado existen igualmente en todos los juicios, pero nunca hasta ahora se habían tomado unas medidas tan estrictas con la prensa.
Imágenes clave
Si por una cosa se caracteriza el caso Benítez es precisamente por las imágenes que se hicieron públicas a través de los medios donde se veía toda la actuación de los mossos d'esquadra acusados. Desde el momento que empieza la reducción hasta que llegan las ambulancias del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) que se llevan al detenido, aunque todo apunta, y así se verá en el juicio, que ya estaba muerto cuando lo trasladaron.
Las imágenes son la prueba clave de las acusaciones contra los mossos d'esquadra y todavía hoy se pueden encontrar en la red.
Periodistas castigados
Es el mismo caso que ya provocó que los periodistas tampoco puedan grabar dentro de la Ciutat de la Justícia. Por norma general los medios no pueden grabar ni hacer fotos en los pasillos de los juzgados. Las características de la Ciutat de la Justícia, sin embargo, con dos puertas y un atrio central considerado vía pública, hicieron que desde el primer día se instalaran unas zonas para la prensa gráfica para grabar a los acusados cuando iban a declarar. Pero el caso Benítez supuso un antes y un después. La entrada en pelotón de los Mossos encapuchados para que no los pudieran identificar, junto con unos incidentes unos días antes con una manifestación que se coló dentro de los juzgados, acabó provocando que la jueza decana ordenara la prohibición de grabar dentro del complejo judicial.
Los periodistas de tribunales recurrieron la decisión judicialmente hasta llegar al Tribunal Supremo. El alto tribunal desestimó finalmente el recurso contencioso-administrativo que presentó el Col·legi de Periodistes de Catalunya en representación a los medios y profesionales afectados.
Lo que sí ha ordenado el Supremo es un espacio donde poder grabar las declaraciones de los abogados o testigos, dentro de la Ciutat de la Justícia. Hasta ahora se tenían que hacer en la calle.
Cabezas cortadas
El caso Benítez comportó cambios en la estructura de los Mossos d'Esquadra. Los responsables del cuerpo relevaron al jefe de la comisaría de Ciutat Vella, Enric Garcia Doñate, y lo trasladaron a Les Corts. Es él el mosso con chaqueta blanca que encabeza el pelotón que entró en la Ciutat de la Justícia saltando todas las normas habituales de la entrada de imputados para proteger a sus agentes de las cámaras de fotos y de televisión. El caso Benítez, un año después del caso Quintana, acabó de hacer tambalear a la cúpula de Interior. Artur Mas mantuvo en el cargo de director de la Policia a Manel Prat, pero las diferencias entre el jefe político de los Mossos y el ex conseller Ramon Espadaler cada vez eran mayores.
Prat todavía tuvo otra actuación controvertida: Los disturbios posteriores al desalojo de Can Vies. Al día siguiente, sí, dimitía de su cargo.