Otra salida de tono del ultraderechista presidente del Brasil Jair Bolsonaro. Tanto le hace el futuro de su país y las graves consecuencias medioambientales en las que se enfrenta el planeta. Por eso cuando le han preguntado en rueda de prensa sobre cómo se puede conciliar el crecimiento económico y de población con la preservación de la naturaleza, ha contestado de forma irónica y burlona: "Haciendo caca un día sí y el otro no mejoraremos nuestra vida". Bolsonaro va más allá de declaraciones absurdas y también lo demuestra con hechos: la deforestación en el Amazonas ha crecido con su último año de mandato y ya llega a los 5.879 kilómetros cuadrados, un 40% más que los meses anteriores.
Las declaraciones de Bolsonaro también dejan claro que el problema no pasa por controlar el crecimiento poblacional: "El mundo aumenta 70 millones de habitantes cada año, tan sólo hace falta una política de planificación pero no un control de natalidad". Y añade: "Las personas que tienen más cultura tienen menos hijos, yo soy una excepción porque tengo cinco". Una muestra más de quién es Bolsonaro que él mismo admite que fuera de su país es visto como el "Capitán Motosierra". No va nada equivocado.