Todo el mundo tiene su media naranja; quien te ama te hará sufrir; el amor todo lo puede y todo lo perdona. "Sin ti no soy nada", cantaba Amaral; "Es que yo sin ti y tú sin mí, dime quién puede ser feliz", decían Nicky Jam y Enrique Iglesias; "Nadie como tú es capaz de compartir. Mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir", entonaba Amaia Montero; "Y tú, y tú, y tú, y solamente tú. Haces que mi alma se despierte con tu luz", destacaba Pablo Alborán. La lista es infinita.
Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todos estos mitos que se han cantado, escrito y repetido en numerosas ocasiones a lo largo de la historia sobre el amor romántico? Y lo más importante; ¿por qué lo asimilamos y lo perpetuamos a lo largo de generaciones y generaciones? ¿Quién nos lo enseña? ¿Existen alternativas? ¿Cuáles son?
La monogamia: un sistema que jerarquiza las relaciones
Brigitte Vasallo (Barcelona, 1973) es escritora, activista feminista y profesora de género y comunicación de la UAB, con una amplia y larga trayectoria dedicada al estudio y al análisis de las relaciones que se establecen en torno al amor romántico. Pensamiento monógamo, terror poliamorsoso es toda una declaración de intenciones con la que el lector puede coger el subrallador y tomar nota de lo que explica a lo largo de las 220 páginas.
La autora define el amor romántico como "una construcción social que organiza eso que sentimos y nos enseña cuándo se tiene que sentir y cuándo no, cuándo está bien sentirlo y cuándo no, de qué formas y cuáles son los indicadores". Vasallo explica que "el mensaje que transmite el sistema monógamo es que somos una mitad incompleta que necesita encontrar la otra mitad, que en el imaginario del sistema es heterosexual".
¿Por qué a pesar de ser tan diferentes entre sí, todos y todas reproducimos el mismo modelo de relaciones románticas?
La escritora dice que la monogamia es un sistema jerarquizado donde encima de todo se encuentra la pareja con finalidad reproductiva y la patria, la sigue la familia sanguínea y en un nivel inferior, se encuentran las amistades.
El amor Disney
Vasallo hace referencia al concepto de amor Disney para distinguir "la construcción del amor que decimos que mata" —entendido como la dependencia, el aislamiento y la jerarquización de las relaciones que puede derivar en las violencias— del romanticismo que se genera en torno a las relaciones y que la propia autora defiende y pone en práctica.
La misma Vasallo reflexiona y se muestra incrédula ante la hipocresía que se ve a menudo en las redes sociales, donde es habitual colgar fotografías transmitiendo y redundando el mensaje que sin pareja no se puede vivir, que es un fracaso no tenerla y que la auténtica felicidad pasa por tener una relación basada en este tipo de amor romántico. Lo explica así:
Las violencias
Vasallo ha profundizado en el estudio del pensamiento crítico sobre el amor romántico y una de las cosas que más le interesan es encontrar líneas de fuga para poder escapar, en caso de que lleguen las violencias en una relación.
"La violencia dentro de las relaciones amorosas no es una excepción. Toda esta construcción Disney del amor hace que sea muy difícil que el entorno perciba lo que está pasando, que lo hable, que pueda aconsejar o intervenir y hacer que la persona se aparte cuando la cosa va mal". Vasallo explica que "hay toda una construcción de lo que a mí me da valor, que es la mirada de esta persona sobre mí."
La escritora apunta que su mayor interés es generar conciencia y "construir las relaciones de otra forma, al menos desnaturalizarlas, mirarlas y poder decir: 'ostras, eso no era tan natural como me pensaba, ¡no era tan inevitable!".
¿Por qué hay que romper con la jerarquía del sistema monógamo?
"El hecho de que nos organicemos con estos núcleos tan pequeños hace que seamos menos resistentes, que estemos más indefensas con este sistema que nos encierra en lugares pequeños, que no nos permite compartir información. Somos mucho más manipulables y gobernables, hecho que nos hace más dóciles".
Vasallo añade que el mismo sistema categoriza una serie de cualidades como masculinas —valentía, fuerza, determinación...— y otras como femeninas —cuidado, sensibilidad, ternura...— y que son complementarias entre sí. "¡Es una construcción, un invento! Una promesa de felicidad que nos dice que cuando las dos mitades se junten todo irá bien y estaremos completos, porque en aquel núcleo tendremos todas las características necesarias para la supervivencia". La profesora dice que "eso es peligroso y se tiene que desmontar, que no significa dejar de tener pareja —o parejas—, sino de bajar el volumen".
Romper con la monogamia no es un hecho que se pueda aplicar de hoy para mañana. "Si eso es un sistema, no se acabará de forma individual. ¿Cómo se desmonta el capitalismo? La solución no pasa por dejar de comprar o consumir, ninguna de estas vías es la solución, y con el sistema monógamo pasa lo mismo".
Vasallo explica que la solución para deshacernos de la monogamia no pasa por liarse con más personas, ni por tener dos, tres o más parejas a la vez. "Hay que darse cuenta de que esta forma de organización no nos hace bien colectivamente. Cuando te enamoras, todo parece súper guay, pero recordemos todo lo que sucede cuando sale mal, cuando aparece la violencia y no ves las señales que te avisaban".
La autora confiesa que el hecho de estar enamorada es una cosa que le gusta bastante: "Soy bastante fan de estar enamorada y creo bastante en las relaciones a largo plazo, debo de ser súper romántica". Eso sí, Vasallo puntualiza que las relaciones se tienen que pensar, gestionar y entender colectivamente de forma diferente.
El poliamor: ¡Hola, redes afectivas!
Vasallo tiene una visión muy diferente de lo que muchos piensan sobre el poliamor. "Con el poliamor parece que, de repente, se esté proponiendo una forma de relación totalmente fluida, sin atención, sin compromiso, pasando de todo, y a mí la fluidez no me gusta mucho. Parece que estemos proponiendo todo eso y, de hecho, hay propuestas poliamorosas que son básicamente eso, el sálvese quien pueda, y entiendo que dé miedo".
Entonces, ¿qué entiendes por poliamor, Brigitte? "Hay que analizarlo desde otro lado, no desde esta libertad neoliberal. Eso va de una libertad libertaria, que habla de la propia responsabilidad, del compromiso para el bien común ligado a los afectos".
El poliamor no viene definido por el número de relaciones que se establecen
Para Vasallo lo que define una relación poliamorosa es la relación que tienen los metaamores entre sí —que no el número de personas involucradas—. "Si yo tengo dos parejas, lo que define el poliamor para mí es la relación que tienen estas dos personas entre ellas. Si sigue siendo una relación de confrontación y de competición exaltada por mí, que estoy en el centro y que ya me va bien que se peleen, todo eso no es muy diferente de cualquier historia. Algo no funciona".
Vasallo no comprende cómo es que si construyes una relación romántica de total dependencia afectiva, total dependencia económica, total dependencia de subjetividad, al final puedas decir; '¡Ahora te puedes liar con quien quieras!'. "No lo entiendo, porque se rompe todo. Todo lo que hace que seas especial en aquellos términos, es que tienes una sexualidad exclusiva con aquella persona. En donde estás poniendo toda esta carga. Entonces me parece lógico que se pida exclusividad sexual". Por eso, concluye: "Cuando NO construyes la relación de esta forma, empieza a decaer el peso que tiene la exclusividad sexual, y todo es bastante más sencillo en este sentido".
El miedo a la soledad; la pareja lo es todo
¿Tenemos miedo a estar solos? "Estamos muy solos. La pareja —o parejas— es la última compañía que nos queda y si se pierde, la vida es complicada y da miedo". La escritora reflexiona sobre cómo este miedo hace que "a veces, no rompamos relaciones que realmente se tienen que romper".
Vasallo expone que las rupturas a menudo forman parte de las relaciones. Por eso, explica como el miedo y la dependencia emocional muchas veces evitan o posponen las rupturas de forma innecesaria durante mucho tiempo.
Consideramos que alejarse siempre es malo y, muchas veces, es lo mejor para ti y para las otras personas involucradas
Acabar o romper con una relación también forma parte de las propias relaciones —sean monógamas o no— por muy duro y por mucho dolor que se pueda llegar a sentir. La autora pone énfasis en la importancia de tener una buena red afectiva, imprescindible para ayudarse a no decaer en momentos como estos.
Adoptar conciencia para ser libres
"Ahora que tengo toda la información y lo he entendido todo, quiero tener una pareja con exclusividad sexual y organizarme de esta forma. ¡Fantástico!", exclama Vasallo, que reconoce que "una vez has mirado el sistema, ya no te organizas igual".
Una vez has mirado el sistema ya no te organizas igual
Vasallo asegura que una vez analizas el sistema y todo lo que comporta, te organizas y te planteas las relaciones de otra forma. "Te das cuenta de que las amigas tienen que tener un espacio trascendente, que las rupturas no pueden ser a destajo, que forman parte de un compromiso colectivo también".
La autora insiste en tomar conciencia para escoger con total libertad la opción que a cada uno más le convenga y se adapte con su forma de ser o con sus necesidades. Y concluye: "Es una lástima que no sepamos imaginar formas que vayan más allá de lo que ya tenemos y de lo que hemos visto". Una reflexión que entristece a Vasallo y que, gracias a la mirada crítica que aporta, espera poder ayudar a tomar conciencia con el fin de establecer relaciones sanas basadas en el bien individual y común.